Un verano peligroso en las carreteras

El verano es la época con mayor siniestralidad en las carreteras como consecuencia de la gran cantidad de desplazamientos que se producen por carretera. Este año, el peligro en las carreteras es máximo, porque se suman varios factores: mal estado de las carreteras por el escaso mantenimiento, envejecimiento del parque de vehículos e incumplimiento de las normas básicas de tráfico. Un cóctel explosivo.

Las carreteras están en un mal estado de conservación como consecuencia de la grave crisis que España ha atravesado estos últimos años, lo que ha reducido a casi cero el presupuesto de mantenimiento de las mismas. Un parque de vehículos muy envejecido y poco revisado y unos conductores que siguen incumpliendo las normas básicas de circulación, tales como superar la velocidad máxima, usar el móvil mientras conducen ono utilizar el cinturón de seguridad. Y también el aumento del consumo de alcohol y de drogas entre los conductores, lo que eleva exponencialmente las posibilidades de verse implicados en un accidente.

Hasta marzo de este año las cifras de siniestralidad en España bajaban cada mes. De hecho en enero y febrero de este año, meses muy buenos en este sentido, las víctimas se redujeron un 25%. Pero desde esa fecha ha comenzado un peligroso repunte del número de fallecidos. De hecho, en el balance de los seis primeros meses del año se aprecia ya un notable incremento al totalizar 511 personas fallecidas, frente a las 490 en el primer semestre de 2013, según los datos de la DGT. Un crecimiento aún más preocupante si se tiene en cuenta que las cifras de víctimas en el año 2013 experimentaron una reducción de un 12% frente a las del año anterior.

Cada fin de semana de verano los agentes de la Guardia Civil preparan operaciones especiales de vigilancia, pero el peligro este año es latente. Este fin de semana la DGT prevé 3,5 millones de desplazamientos. Y además se ha puesto en marcha desde este fin de semana un cuarto helicóptero Pegasus dotado con radar para vigilar las carretas españolas. Desde la DGT se destaca que estos helicópteros se emplean para controlar el tráfico en las carreteras secundarias donde se produce el 85% de los accidentes.

Uno de los factores más importantes es el del mal estado de conservación de las carreteras españolas, sobre todo las secundarias, que son las que acumulan la mayoría de los accidentes. Y en este sentido los problemas más graves son los del estado del asfalto y de la señalizaciónque crea un peligro real a los conductores. Y es que no se trata de que falten señales por falta de presupuesto, sino que están en mal estado y que sobran muchas de las señales que en algunas zonas se acumulan como si fuera un verdadero catálogo.

Según un informe de la Asociación Española de la Carretera, la red viaria española se encuentra por estado del pavimento, de la señalización, de las marcas viales o de las protecciones metálicas, peor que en el año 1985. Y cuantifica la inversión de choque necesaria para poner al día las carreteras en 6.200 millones de euros.

Otro factor importante que hace que este verano las carreteras sean una peligrosa trampa es el mal estado de los vehículos que circulan por las carreteras. La edad media del parque se sitúa por encima de los 10 años de vida, lo que nos sitúa en el furgón de cola de la Unión Europea, solo con Grecia y Portugal por detrás nuestro.

Los sucesivos planes PIVE han supuesto un importante empujón a la renovación, pero el parque era ya tan viejo que ni siquiera estos planes pueden rejuvenecer de manera notable el parque. En este sentido conviene recordar que hasta el año 2007 se vendieron en España casi 1,5 millones de coches cada año y ahora la cifra se sitúa, como máximo, en 800.000 vehículos cada año. Con estos registros rejuvenecer el parque es realmente difícil.

Al envejecimiento del parque hay que añadir otro factor muy importante:la falta de mantenimiento de los coches. Y es que el 70% de los conductores españoles admite que gasta menos en mantenimiento de su vehículo que hace unos años, según un informe del primer observatorio español de conductores, el Ducit, creado por el RACE.

Los datos de este estudio son aterradores. Siete de cada diez conductores se han visto obligados, por la crisis, a reducir los gastos en el mantenimiento de su vehículo con menos visitas al taller o incluso retrasando el cambio de los neumáticos. Este informe revela que más de 11 millones de conductores han reducido el uso de su vehículo debido a la crisis y que hasta 18 millones de usuarios han disminuido el gasto en partidas de mantenimiento como reparaciones, cambio de ruedas, cobertura del seguro, limpieza o revisiones mecánicas.

Pero este estudio también analiza las conductas al volante y demuestra que una parte de la culpa de los accidentes la tienen los conductores. El informe señala que 2,7 millones de conductores reconoce que no respeta los límites de velocidad establecidos en carretera de forma habitual. Además, el 7% admite que hace uso del teléfono móvil y de sus aplicaciones mientras se encuentran al volante.

En los meses de verano aumentan de manera notable los desplazamientos por la noche, entre pueblos o en zonas costeras, y en muchos de estos desplazamientos está presente el consumo de alcohol y de drogas o el cansancio. Cada día hay una mayor concienciación con el problema y el peligro que representa sentarse al volante con unas copas encima o tras haber consumido drogas, pero aún así son muchos los que siguen con esa peligrosa combinación. El dato escalofriante es que un 42% de los conductores fallecidos en accidente dieron positivo por consumo de alcohol o de drogas.