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Analizamos el Peugeot 308, elegido Coche del Año en Europa 2014
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PRUEBA PEUGEOT 308 e-HDI ALLURE

Analizamos el Peugeot 308, elegido Coche del Año en Europa 2014

Peugeot ha hecho una apuesta muy fuerte por su nuevo 308, en el que ha cambiado absolutamente todo con respecto a su antecesor salvo el nombre.

Peugeot ha hecho una apuesta muy fuerte por su nuevo 308, en el que ha cambiado absolutamente todo con respecto a su antecesor salvo el nombre. Una estética nueva, un interior completamente renovado pero lo más importante es que gracias a su nueva plataforma modular ha logrado el que quizá sea el mejor compacto del momento. Y eso le ha servido para alzarse con el título de Mejor Coche del Año en Europa.

Tras el anuncio el pasado lunes de que el Peugeot 308 era el Coche del Año en Europa el modelo compacto del fabricante francés ha pasado a ser la estrella dentro del segmento más competido del mercado, el de los compactos. Pero el coche lleva a la venta desde noviembre del pasado año.

A simple vista puede parecer que se trata de un nuevo modelo que aporta los cambios de cada nueva generación de un vehículo, pero en realidad es un vehículo completamente nuevo. El 308 es un buen cóctel que combina una plataforma más ligera, una gama de motores eficientes y un equipamiento muy completo, y todo ello completado con algunos elementos muy innovadores en su segmento, como el control de crucero adaptativo. Cuando los técnicos de la marca francesa se plantearon un nuevo modelo compacto tomaron una hoja en blanco en la que el único objetivo era hacer un rival de verdad para el legendario Golf.

Su estética es nueva y proporciona un aspecto más parecido al de su gran rival alemán, pero con toques de diseño que le diferencian. Sobre todo en su frontal, afilado y con unos grupos ópticos con luces diurnas y su firma propia. Pero lo importante es que el nuevo 308 es más corto, más ancho y más bajo que su antecesor. Y eso hace que se posicione como un vehículo de aspecto muy robusto y muy bien asentado sobre el asfalto.

Su interior sorprende y es que nada más ver su habitáculo lo que más llama la atención es su buena calidad de terminación y el hecho de tener en el centro de la consola una pantalla que aglutina casi todos los sistemas del vehículo. Esto es, radio, climatización y navegador como aspectos más destacados. Y eso permite que en su consola no haya casi ningún botón, ya que casi todo se maneja con la propia pantalla táctil, lo que aporta serenidad.

Destacar su gran calidad de terminación y los buenos materiales empleados, pero también su aspecto innovador. Y en este sentido lo más llamativo es su cuadro de instrumentos. Dos relojes ovalados en su extremo exterior y un hueco bastante grande en el centro. En esa zona hay una pantalla en la que el vehículo transmite al conductor todo lo que le tiene que contar. De puertas, de manejo del limitador o regulador de velocidad, del programador de la distancia con el coche de delante. Una información muy clara para el conductor.

Los dos relojes son los clásicos, uno con la velocidad y el otro con el cuentavueltas. El de la izquierda es el velocímetro, pero el de la derecha funciona en sentido contrario a cualquier reloj. Esto sorprende mucho la primera vez que se pone uno al volante del 308. La aguja sube de derecha a izquierda, en sentido contrario a las agujas del reloj. Sinceramente, no me gusta demasiado porque al menos yo en los días que he conducido este coche no me he llegado a acostumbrar.

El otro detalle 100% innovador es su volante, que está ligeramente achatado por la parte inferior. Lo que le hace rompedor es que resulta muy pequeño, yo diría que exageradamente pequeño, a simple vista. Parece difícil pensar que uno se va a hacer con los mandos de su nuevo 308 con este volante. Pero la realidad es que resulta perfecto.

Nada más subirse al coche y sentarse al volante, éste cae perfectamente en nuestras manos y parece hecho a nuestra medida. Y eso que, además de ser muy pequeño, también va en una posición muy baja, lo que permite que el conductor pueda ver los relojes del cuadro sin problemas por encima del mismo. El tacto de dureza del volante es también muy bueno. Es, por ello, una posición de conducción muy distinta a lo habitual, pero que me ha resultado muy agradable.

En cuanto a su habitáculo, es muy generoso, gracias nuevamente a la plataforma modular que permite una longitud más pequeña que su antecesor, pero con una mayor distancia entre ejes. Y esto posibilita un habitáculo más amplio. Las plazas traseras tienen un espacio bueno, uno de los mejores del segmento. Y en cuanto a su maletero, con 415 litros, también está por encima de la media del sector.

Vayamos ya con su mecánica. Nuestra unidad de pruebas estaba equipada con el motor HDi de 115 caballos, una cifra que puede parecer muy escasa, pero que para una utilización normal de un modelo compacto creo que es más que suficiente. Y lo es por dos cosas importantes, por un lado porque el coche es más ligero que su antecesor y por otra parte porque este propulsor es un ejemplo de elasticidad.

Es un motor que empuja con mucha fuerza desde poco más de las 1.500 vueltas y sea cual sea la marcha en la que circulamos siempre hay par motor para salir airoso de una situación apurada. Donde se muestra algo más perezoso es en su parte alta, pero hay que ir muy deprisa para llegar a apreciar esa limitación.

La caja de cambios tiene algún pero. Es manual de seis marchas y las relaciones del cambio están muy bien escalonadas hasta la quinta, si bien la sexta es demasiado larga. Pese a ello la combinación de un motor brillante con un cambio bastante bueno está entre las mejores del segmento compacto. En cuanto al manejo del cambio, los movimientos de la palanca son algo largos y si las marchas impares se gestionan bien, en la pares y con la presencia del respaldo del asiento no se cambia tan bien.

Esta combinación de motor y cambio es definitiva a la hora de hablar de consumos. Este motor e-HDI, apoyado en un sistema Stop/Start de los mejores que hay en el mercado por su rapidez en el apagado del motor y la suavidad en su rearranque, permite unos valores de récord. El valor homologado es de 3,8 litros, y eso en un coche compacto que anda bastante bien. Pero lo mejor yo diría que es la cifra real de consumo que se puede conseguir. Teniendo cuidado con el acelerador, pero sin excesos, estaremos rodando siempre por debajo de los cinco litros de verdad, de los de echar en el depósito.

Hablemos ya de su comportamiento. El coche transmite inmediatamente después de ponerse a sus mandos una sensación de aplomo realmente buena y una precisión de conducción que le hace un muy buen compacto y una nueva referencia del segmento. Con ese volante de pequeñas dimensiones el conductor controla perfectamente la trayectoria del vehículo en todo momento.

Y es que por más que se intente resulta muy difícil poner en aprietos a este coche que tiene un comportamiento y una precisión de guiado sorprendente. Lo mejor es que no se consigue gracias a unas suspensiones muy duras, sino que tiene la dureza justa. En zonas viradas el coche inclina, pero de manera muy natural, sin poner en peligro ni estabilidad ni confort de marcha.

Su mayor distancia entre ejes juega a su favor, pero sobre todo lo hace el hecho de ser más bajo y de contar con 140 kilos menos de peso, lo que reduce drásticamente las inercias y permite la máxima precisión en su comportamiento tanto en buenas carreteras y a velocidad más alta como en zonas viradas, donde gracias a su motor muy elástico proporciona una buena agilidad de marcha.

Por su puesto el coche tiene todo tipo de ayudas, pero el ajuste del control de estabilidad merece un comentario especial. En la mayor parte de los coches, este sistema de ayuda al conductor actúa de forma muy rápida y ante el más mínimo problema se pone en acción. En el caso del nuevo Peugeot el ESP entra un poco más tarde, lo que permite darse alguna alegría de conducción pero sin que finalmente nos veamos ante un peligro.

El coche es muy agradable de conducir, ofrece buena estabilidad y tiene unos frenos más que suficientes. Además, transmite al conductor una precisión, un aplomo y una seguridad que pocos coches compactos ofrecen a este nivel. Y es algo muy de agradecer.

Y otro aspecto muy importante es su equipamiento, realmente muy completo. Nuestra unidad de pruebas tenía el acabado más completo, el Allure. Y entre su equipamiento opcional incluía el asistente a la frenada de emergencia, la alerta de colisión, el regulador de velocidad activo y el acceso y arranque sin llave, que cuesta otros 900 euros, que sumar a los 22.000 euros que cuesta esta versión tope de gama del 308.

Sin duda la marca Peugeot apuesta a tope de por su nuevo modelo, el 308, un vehículo con el que aspira a situarse en la primera posición del segmento más competido, pero también el que más volumen tiene dentro del mercado del automóvil.

Durante la presentación oficial del modelo, hace unos meses, el vicepresidente ejecutivo de Peugeot España, Rafael Prieto, nos comentó que “el nuevo Peugeot 308 representa un antes y un después en la marca”, y creo que realmente lo han conseguido. Y el hecho de que haya sido nombrado Mejor Coche del Año en Europa es una buena prueba de ello.

Peugeot ha hecho una apuesta muy fuerte por su nuevo 308, en el que ha cambiado absolutamente todo con respecto a su antecesor salvo el nombre. Una estética nueva, un interior completamente renovado pero lo más importante es que gracias a su nueva plataforma modular ha logrado el que quizá sea el mejor compacto del momento. Y eso le ha servido para alzarse con el título de Mejor Coche del Año en Europa.