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Si las carreteras están mejor... ¿por qué los límites de velocidad no suben desde 1981?
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120 KM/H. FRENTE A LOS 130 DE NUESTROS VECINOS

Si las carreteras están mejor... ¿por qué los límites de velocidad no suben desde 1981?

Es curioso que en un momento en el que todo avanza cada día más rápido, lo único que no evoluciona a más sino que lo hace

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Si las carreteras están mejor... ¿por qué los límites de velocidad no suben desde 1981?

Es curioso que en un momento en el que todo avanza cada día más rápido, lo único que no evoluciona a más sino que lo hace a menos es la velocidad en las carreteras españolas. Según unos datos de la Dirección General de Tráfico, en 2005 el porcentaje de vehículos controlados por los radares fijos de velocidad superando los 140 km/h era de un 6,8% mientras que en 2008 esta cifra bajó hasta sólo el 0,8% de los casos controlados. Es un dato oficial.

Pero hay otro aspecto aún más curisoso y es que pese a la notable mejora de las carreteras, los límites de velocidad se mantienen invariables desde 1981. El primer límite genérico de velocidad se estableció en España por orden ministerial el 6 de abril de 1974 y fue de 130 km/h. Posteriormente, en 1976, y como consecuencia de la crisis del petróleo, se redujo hasta los 100 km/h y en 1981 se elevó nuevamente hasta los 120 km/h. Esta cifra es la que se ha mantenido hasta la actualidad.

Cada día hay una mayor polémica con este tema de los límites de velocidad. Desde la DGT ni se plantean la posibilidad de cambiarlos ya que desde el departamento que dirige Pere Navarro se esgrime un estudio según el cual subir el límite de 120 a 130 km/h supondría aumentar en un 30% las víctimas del tráfico.

Algo que no deja de sorprender cuando nuestros países vecinos, Francia o Italia, tienen el límite fijado en 130 km/h. Y también en Alemania, donde aunque hay tramos de velocidad libre en algunas autopistas, la velocidad máxima aconsejada es de 130 km/h.

En el otro lado de esta balanza sobre los límites de velocidad están los estudios realizados a conductores. Según uno de AutoScout24, empresa lider en la venta de coches de segunda mano, cuatro de cada diez conductores encuestados declaran “un estilo de conducción ágil y circular un poco por encima de los límites de velocidad legales”.

Igualmente la plataforma movimiento140.com, que trata de conseguir un aumento de los límites de velocidad en las carreteras, ha realizado diversos estudios según los cuales el 85% de los conductores supera entre 10 y 20 km/h la velocidad máxima permitida.

En los últimos dos meses he estado realizando un pequeño estudio haciendo muchos kilómetros por diferentes tipos de carreteras y tratando de analizar el comportamiento de los conductores en las diferentes circunstancias.

Y el resultado que ha podido obtener es muy diferente según los tipos de carreteras y de desplazamientos. En autovías, en las proximidades de las grandes ciudades, en general todos los conductores cumplen los límites e incluso lo hacen por debajo de ellos. Tanto en la A-1 como en la  A2, pese a tener tres carriles de entrada o salida, en general los conductores circulan por el carril central a 100 km/h.

Sin embargo, cuando se sale de las aglomeraciones urbanas, en este tipo de trazados se suele superar la velocidad legal entre 10 y 20 km/h. Un ejemplo puede ser el caso Madrid-Valencia en el que después de los primeros 100 kilómetros desde la salida, los conductores empiezan a estar cansados y aburridos y comienzan a pisar un poco más el acelerador hasta llegar a casi 140 km/h pero siempre lo hacen muy pendientes de los radares.  

Cuando se trata de rodar por la M-30, la via de circunvalación de Madrid, los conductores son muy escrupulosos y rara vez superan los 90 km/h. En todo caso, cuando se supera,  se hace por un ligero margen en torno a 95 o como máximo 100 km/h.

Dentro de la M30, en la zona subterránea con límite de velocidad de 70 km/h, este límite  se cumple de manera muy estricta. La cantidad de radares puestos en la zona y, sobre todo, el hecho de que se multe por encima de 73 km/h hace que todos vayan muy pendientes. Incluso los menos expertos lo hacen a 60 km/h para evitar riesgos.

En esta zona es curioso que en varias ocasiones he podido ver coches circulando por encima de  los 100 km/h lo que demuestra que sus conductores están exentos del pago de multas por la razón que sea. Nadie querría pagar 100 euros de multas por llegar dos minutos antes a un sitio, y no se gana mucho más tiempo.

En la M40, una circunvalación de Madrid con un límite de 100 km/h, el comportamiento de los conductores es muy distinto según la zona de la carretera de que se trate. En toda la zona Este y Sur se cumplen de manera bastante estricta, mientras que en la zona oeste y norte, sobre todo en esta última, no se cumplen casi nunca.

Un claro ejemplo son los túneles del Pardo, donde absolutamente nadie cumple la limitación de 80 km/h. Ni un solo coche ni camión lo cumple, lo normal es circular a 90 o 100 por el carril derecho y los de la izquierda siempre lo hacen un poco más ligeros. La señal, que parece invisible por el caso que se le hace, dice 80 km/h túneles.  

En el tramo entre los citados túneles y la salida de la A-1 la mayor parte de los vehículos circula a 120 km/h o incluso por encima, pese a la limitación de 100 km/h. He podido hacer al menos 10 veces este recorrido circulando exactamente a 100 km/h y por el carril derecho, y en contadas ocasiones he tenido que cambiar de carril para adelantar a algún vehículo. Incluso los camiones superan este límite.

Donde se produce el caso más escandaloso es en la desviación de la citada M40 hacia la carretera de Burgos, A1. Nada más desviarse, en una zona de dos carriles se pasa bajo un puente  en el que la señal es 60 km/h. Absolutamente todos los coches pasan por encima de 90 km/h en esa zona y tratar de ponerse a 60 como dice la señalización supone jugarse la vida. 

Por lo que se refiere a los recorridos en ciudad, ocurre exactamente lo mismo. En las calles muy anchas, con tres o más carriles, es muy raro que se cumplan estrictamente los límites. Rodar por las Castellana cuando no hay tráfico, en una zona con pocos semáforos y hacerlo a 50 km/h supone que los autobuses nos pasarán por la derecha. Y si encontramos en nuestro recorrido algún ciclista, lo mismo.

Las calles de Madrid, como las de cualquier otra gran ciudad, se han convertido en una gran trampa para el conductor. Si es una hora punta o hay mucho tráfico porque estará siempre atascado y cuando por lo que sea no encontremos mucho tráfico encontraremos un radar que aprovechará ese momento de animación… de ponerse a 60 km/h para quitarnos la cartera.

Es curioso que en un momento en el que todo avanza cada día más rápido, lo único que no evoluciona a más sino que lo hace a menos es la velocidad en las carreteras españolas. Según unos datos de la Dirección General de Tráfico, en 2005 el porcentaje de vehículos controlados por los radares fijos de velocidad superando los 140 km/h era de un 6,8% mientras que en 2008 esta cifra bajó hasta sólo el 0,8% de los casos controlados. Es un dato oficial.