Es noticia
Mazda CX7 2.2, cuestión de precio
  1. Motor
PRUEBA - EL CONFIDENCIAL

Mazda CX7 2.2, cuestión de precio

Mazda acaba de lanzar al mercado una interesante versión turbodiesel de su todocamino CX7 con el que ha conseguido desde el primer momento un buen volumen

Mazda acaba de lanzar al mercado una interesante versión turbodiesel de su todocamino CX7 con el que ha conseguido desde el primer momento un buen volumen de ventas. Sus argumentos, sin duda, un toque deportivo en un vehículo que se integra en el segmento todocamino, con una buena habitabilidad y con un precio muy ajustado.

Se está vendiendo muy bien en el mercado español porque no es un todocamino más del mercado, sino que se trata de un vehículo diferente, que combina unas ciertas posibilidades camperas, con una estética más deportiva en la que no aparecen las ya habituales protecciones en material plástico de todos los vehículos con cierto enfoque campero.

Otro aspecto importante es que ofrece una buena habitabilidad, solo para cinco personas, pero con un buen maletero. Y lo mejor, con una buena sensación de amplitud para todos los ocupantes del vehículo.

Aunque sin duda su principal argumento comercial es el del precio, que le está haciendo triunfar en sus primeros meses en el mercado. Por un precio de partida de 30.800 euros podemos tener un coche muy capaz, con un motor que le permite una velocidad máxima de 200 km/h,  con el que se puede rodar con bastante agilidad por buenas carreteras, aunque con unas posibilidades camperas algo limitadas. Forma parte de esa nueva hornada de vehículos que quieren integrarse en el segmento todocamino pero que no funcionan demasiado bien fuera del asfalto.

Algo diferente

Cuando uno se sienta al volante comprende que lleva algo diferente entre las manos. Su cuadro de instrumentos transmite a su conductor unas sensaciones distintas. Un cuadro iluminado en color rojo, pero con formas innovadoras, con un gran reloj central y otros dos más pequeños, a ambos lados, e integrados en parte en el grande. La información que transmiten a su conductor es muy completa.

Dentro de este cuadro lo que llama la atención es la presencia de un indicador de Ad-Blue, el aditivo que permite hacer mucho más limpio su motor 2.2 turbodiesel. El Ad-Blue es una solución de urea que al entrar en el catalizador y debido a la elevada temperatura que hay allí permite disociar las moléculas de los oxidos nitrosos, muy dañinas, en forma de moléculas de  nitrógeno y de agua totalmente inocuas.

Hablando de su motor, proporciona ese tacto con aires deportivos que ofrece todo lo que lleva el anagrama de Mazda. Un motor algo perezoso cuando funciona a pocas vueltas, o dicho de otra forma, poco elástico, pero que sube de vueltas con agilidad y permite estirar hasta la parte más alta del cuentavueltas. De ahí ese toque deportivo que mencionábamos. En el lado negativo hay que señalar que este propulsor resulta algo ruidoso y quizá también un poco tosco, aunque muy robusto.

La posición de conducción es muy agradable. El conductor tiene una visibilidad perfecta de todo lo que ocurre hacia adelante. Además, el hecho de llevar una posición sobreelevada le proporciona a la persona que se sienta al volante la sensación de llevar un coche con algo especial.

Un coche asentado

Su funcionamiento en carretera es muy bueno. El coche va bien asentado y su conductor siempre se siente a gusto con él. El motor tiene fuerza y el coche se mueve con mucha soltura. Ya sean buenas carreteras o pequeñas rutas de montaña, se mueve con agilidad.

En el campo, y por lo que se refiere a las pistas forestales, su único terreno razonablemente utilizable, resulta muy divertido. Esa deportividad llevada a una pista con buen firme permite disfrutar al volante sin tomar unos riesgos excesivos. Ademas, el ESP siempre está al acecho.

En esas pistas buenas las suspensiones absorben bien los pequeños baches y todo va bien. Otra cosa es si tratamos de hacer algo más que buenas pistas. Sus ángulos todoterreno son bastante malos. Sobre todo en lo que se refiere a su ángulo de ataque, de 17,3º grados, lo que deja muy claro que no se trata de un coche muy campero.

Por el contrario, un aspecto muy positivo es su distancia al suelo. Con 21 centímetros es una medida similar a la de un todoterreno y muy superior a la de un todocamino pensado para carretera.

Sin duda, lo que me parece más interesante del nuevo Mazda CX7 es su buena relación calidad/precio, o mejor aún la que se refiere a precio/producto. Por 30.800 euros en el caso de la versión básica, se adquiere mucho coche, con un aspecto bastante llamativo y con muchas posibilidades de uso, y todo ello por un precio bastante comedido.  Esta versión que ven en las fotos es la más equipada, que cuesta 38.370 euros, pero aún así, tiene un precio bastante ajustado para todo lo que tiene el vehículo.

Mazda acaba de lanzar al mercado una interesante versión turbodiesel de su todocamino CX7 con el que ha conseguido desde el primer momento un buen volumen de ventas. Sus argumentos, sin duda, un toque deportivo en un vehículo que se integra en el segmento todocamino, con una buena habitabilidad y con un precio muy ajustado.