La exclusividad del Pagani Zonda Cinque Roadster

Pagani es uno de esos fabricantes superexclusivos que se dedican a hacer vehículos en series muy limitadas. Vehículos muy potentes y sofisticados, con estética llamativa pero cuyo principal atractivo es, sin duda, la exclusividad. Al frente de la compañía, Horacio Pagani, un hombre que trabajó en Ferrari y Lamborghini y que siempre ha estado seguro de que una empresa podía hacer un supercoche y ser rentable.  

Hace algo menos de un año lanzó, o al menos presentó oficialmente, su último lanzamiento, el Cinque. La verdad es que en decidir su nombre no han perdido mucho tiempo, ya que simplemente se trata del número de unidades que se iban a fabricar, cinco, del modelo en cuestión.

Ahora la gama se va a ampliar, pero no así el número de unidades, ya que de la nueva versión roadster basada en el mismo vehículo pero con techo desmontable se van a hacer otras cinco unidades. Y también, coincidencia, su precio va a ser el mismo que el de la versión con techo rígido, 1,3 millones de euros. Sin embargo, no les puedo decir si este es un precio con impuestos incluidos, o sin impuestos, o solo con el IVA italiano.

Lo que si les puedo contar son algunas cosas del nuevo modelo que, como su antecesor de carrocería cerrada, emplea un motor de origen  Mercedes. Se trata del propulsor de doce cilindros firmado por AMG con una potencia de 678 caballos. Una cifra quizá no demasiado exagerada para un supercoche como este, pero si tenemos en cuenta que el peso es muy bajo, el resultado es más que aceptable.

Para conseguir un peso muy reducido se ha recurrido al empleo de los materiales más ligeros del mercado, fibra de carbono y titanio en el bastidor y solo fibra de carbono y piel para los asientos. La verdad es que no se ha escatimado ningún gasto a la hora de desarrollar y construir este superdeportivo italiano.

Para solucionar la pérdida de rigidez con respecto a la versión de techo convencional se han incorporado diversos refuerzos en la carrocería que no han supuesto un aumento notable del peso. En cuanto al techo propiamente dicho, una vez quitado, se puede guardar en la parte delantera del vehículo, en un hueco especialmente acondicionado para ello.

Gracias a sus 1.210 kilos de peso en vacío, su velocidad máxima es de 350 km/h, mientras que su capacidad de aceleración de 0 a 100 km/h es de 3, 4 segundos. Lo que les decía, un superdeportivo y también un modelo superexclusivo.

Su interior es lo más parecido a un coche de carreras, aunque tengo que reconocer que el cuadro de instrumentos me parece muy escandaloso y poco profesional para un coche que, a buen seguro, requiere toda la atención por parte de su conductor. Eso sí, el marcador señala hasta 400 km/h, lejos de su límite, al menos según los valores homologados por el fabricante.