Opel Insignia 2.0 CDTi, un gran avance
El Opel Insignia es la nueva berlina de Opel que ha venido a sustituir en el mercado al Vectra, un vehículo ya muy anticuado en todos
El Opel Insignia es la nueva berlina de Opel que ha venido a sustituir en el mercado al Vectra, un vehículo ya muy anticuado en todos los sentidos. Tanto su estética, como sus interiores e incluso su aspecto mecánico se han visto superados con creces.
Las líneas muy rectilíneas del anterior modelo de Opel dejan su lugar a otras mucho más armoniosas, mejor conseguidas, en las que se aprecia una estética de tipo coupé gracias a una parte trasera en ligera caída. Esta línea coupé le permite ofrecer un aspecto mucho más dinámico que el del Vectra. Y lo mismo ocurre con su morro más afilado y con una zona posterior en la que hay un aspecto de ligereza que no había en el antecesor.
Esta estética con enfoque deportivo, realmente bien lograda, tiene su contrapartida en una zona posterior que ofrece una habitabilidad algo limitada. Sobre todo en lo que a la cota de altura se refiere, aunque tampoco en el apartado de anchura los ocupantes de dichas plazas salen demasiado bien parados. En este sentido, yo diría que en el nuevo Insignia se ha valorado más su estética que el espacio para sus ocupantes.
En lo que sí sale bien parado es en lo que se refiere a su maletero. Los 500 litros que cubica son una cantidad más que aceptable en una berlina de este tipo a pesar de que en su defecto hay que señalar que este modelo es el más grande de todo el segmento con más de 4,8 metros de longitud total. Además, el acceso y la facilidad de carga en este modelo es destacable.
Si las plazas traseras son algo justas, sobre todo en altura, las delanteras son muy buenas. Y el conductor se encuentra en su asiento como si se tratara de un guante. Todos los mandos necesarios para la conducción están perfectamente a la mano. Además, el diseño de todo el cuadro de instrumentos, completamente nuevo, es muy agradable, con una estética poco recargada y muy bien pensada.
El volante multifunción resulta sencillo de usar con los mandos de control de crucero en el lado izquierdo y los del sonido en el derecho, además del teléfono. Los asientos delanteros son muy buenos por sus formas y por su estética. Las primeras permiten conseguir una perfecta sujección del cuerpo incluso en zonas viradas y además se puede ampliar la parte delantera de la banqueta para que las piernas tengan la sujeción adecuada.
Por lo demás, el nuevo Insignia demuestra la notable, y positiva, diferencia que le separa del Vectra. Entre otros detalles se nota por el uso de un freno de estacionamiento eléctrico, que es una opción que cuesta 200 euros, o por la consola central en la que se ve centralizado el funcionamiento de los diferentes sistemas del vehículo.
La gama del Insignia ofrece tres motorizaciones diferentes de gasóleo, de 110, 130 y 160 caballos a la que pronto se unirá otro de 190 caballos con doble turbo. Para esta prueba hemos elegido el motor más potente disponible en este momento, el de 160 caballos.
Este es un motor que defrauda sólo en un aspecto, que resulta tosco y ruidoso. Su funcionamiento es muy bueno, porque compatibiliza un propulsor muy elástico, que funciona desde pocas vueltas, pero que también lo hace bastante bien en la parte alta del cuentavueltas. Se estira hasta superar las 3.500 vueltas con bastante contundencia, lo que le hace un motor muy versátil, que se ajusta a la conducción tranquila de un padre de familia y de la misma forma a la de un usuario más joven, que busque un comportamiento más deportivo. Y si a esto sumamos unos consumos ajustados, casi tendríamos el motor perfecto. Lástima que a su conductor lo que le quede sea una sensación de llevar un motor un poco ruidoso, casi de una anterior generación.
El motor es bastante elástico, por lo que su funcionamiento resulta muy agradable al hacer poco necesario el manejo del cambio. Por cierto, y como no podría ser de otra forma, monta un cambio manual de seis relaciones. Como opción sobre esta versión está disponible una con cambio automático de seis relaciones por un sobreprecio de 2.700 euros, que resulta mucho más cómodo pero también más consumidor.
Vayamos con su estabilidad, que es de lo mejor del segmento en el que compite. Para ello cuenta con una plataforma completamente nueva que incluye en la parte trasera un eficaz sistema multibrazo. Con ello, el Insignia ofrece una muy buena pisada y su comportamiento incluso en las carreteras más viradas es de lo mejor del segmento. Además, esta versión Sport que hemos probado ofrece el sistema de amortiguación adaptativa con el que su conductor puede elegir la dureza de las suspensiones en función del tipo de trazado y las ganas de ir más o menos deprisa.
Pese a sus dimensiones bastante grandes, con 4,83 metros de longitud total, el vehículo se inscribe muy bien en las curvas y acepta un ritmo rápido en trazados sinuosos sin que su conductor se vea en aprietos. Por supuesto, los controles de tracción y de estabilidad son de serie y funcionan dejando algo de margen a su conductor y sólo entran en acción cuando se hacen más necesarios.
Si hay un aspecto en el que destaca este nuevo Insignia es en el apartado de su equipamiento. Ofrece de serie los principales elementos de seguridad, mientras que como opción están disponibles elementos poco habituales en el segmento, como el “Opel Eye” un sistema de detección de las señales de velocidad de las carreteras que avisa a su conductor mediante la pantalla de la consola. O también faros de xenón adaptativos o el aparcamiento pilotado.
Este nuevo modelo de Opel supone un notable paso adelante con respecto al Vectra y una buena alternativa dentro del mercado de las berlinas medias. Dentro de este segmento, el nuevo modelo de Opel encuentra rivales muy difíciles, como los Ford Mondeo, Peugeot 407 o Renault Laguna, el Citroën C5 o el recién llegado Seat Exeo. De todos ellos creo que los más duros rivales para el nuevo Opel son los dos últimos, el Exeo y sobre todo el C5.
El Opel Insignia es la nueva berlina de Opel que ha venido a sustituir en el mercado al Vectra, un vehículo ya muy anticuado en todos los sentidos. Tanto su estética, como sus interiores e incluso su aspecto mecánico se han visto superados con creces.