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La mayor operación petrolera de la década pone a Repsol en el punto de mira
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shell compra bg por 47 millones de libras

La mayor operación petrolera de la década pone a Repsol en el punto de mira

Royal Dutch Shell ha acordado la compra de la británica BG Group por 47.000 millones de libras que pagará en efectivo y acciones, y que supone una prima del 50% respecto al cierre del martes

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La compra de BG Group  (ver cotización) por parte de Royal Dutch Shell (ver cotización) ha puesto todo el sector al rojo vivo. En un momento de gran incertidumbre, con los precios del crudo desplomados más de un 50% desde verano y empresas pequeñas y medianas viéndoselas y deseándoselas para obtener beneficios con un barril por debajo de los 60 dólares, el golpe de efecto de la multinacional anglo holandesa ha situado a las petroleras en el punto de mira, y Repsol (ver cotización) no iba a ser menos, con subidas del 2% en el Ibex 35.

No en vano, en un momento en el que las petroleras cotizan a precios muy bajos -habían caído entre un 20% y un 50% en bolsa entre junio y diciembre de 2014- el hecho de que una de una de las seis llamadas "supermajors" del petróleo y la cuarta mayor empresa del mundo por beneficio, que conoce el sector a fondo, esté dispuesta a pagar una prima del 50% y desembolsar unos 65.000 millones de euros (47 millones de libras) por BG es un verdadero aviso a navegantes: más allá del rabioso corto plazo, hay valor en el medio.

BG Group se dispara en bolsa y arrastra al resto

Así, los accionistas de BG están de enhorabuena y no sólo porque vayan a obtener 3,83 libras en efectivo y 0,4454 acciones B de Shell por cada título hasta un 19% del capital de la nueva compañía, sino porque la oferta supone una prima del 50% respecto al precio de cierre del martes, en las 9,10 libras. Así, los títulos de BG se han disparado un 27% en la Bolsa de Londres.

De esta manera, las dos compañías buscan compensar el impacto que ha supuesto el desplome del precio del crudo en sus hojas de balance eliminando la duplicidad de costes, que puede suponer un ahorro de 2.500 millones de euros anuales. "El resultado será una compañía más competitiva y fuerte para los accionistas de ambas empresas en un mundo de precios de crudo volátiles", aseguraba en un comunicado Jorma Ollila, presidente de Shell. 

La absorción supondrá para Shell un aumento del 25% de sus reservas de crudo y gas y un 20% más de producción, mientras que además le dará acceso a los preciados campos petrolíferos que BG tiene en la Cuenca de Santos en Brasil y a importantes recursos de gas natural no explotados todavía en el Este de África, así como a un enorme proyecto de gas natural licuado en Australia. De hecho, BG es el mayor exportador de GNL a Estados Unidos y es este aspecto el que más interesa a la anglo holandesa.

Las grandes salen de cacería

De esta manera, Shell ya ha dado material más que de sobra al mercado para especular con quién será la siguiente. Y es que la historia siempre se repite y los grandes conglomerados del crudo que tenemos hoy en día se formaron en los años 90, coincidiendo con el otro gran ciclo bajista del crudo. En aquel entonces, con un barril que llegó a situarse por debajo de los 20 dólares, empresas como BP llevaron a cabo una serie de compras muy acertadas para convertirse en lo que es hoy en día o Repsol, que compró YPF y con ello dio el salto a primera división.

De hecho, antes de la compra de BG Group, los rumores apuntaban a una posible fusión entre Shell y BP para aumentar la producción, crear sinergias y reducir costes. Y aquí está, precisamente, la madre del cordero. Para alrededor de un 20% del sector, un barril en los 60 dólares ya no es rentable. Una situación que se hace especialmente visible en el caso de las compañías que se han agarrado a las nuevas técnicas de extracción en pequeñas bolsas alojadas en la roca, el llamado fracking, que se está extendiendo especialmente en Estados Unidos. 

Repsol se adelantó con la compra de Talismán

"Son movimientos interesantes, tanto para las grandes como para las pequeñas y medianas compañías del sector", explica Francisco Sánchez-Matamoros, analista de XTB. "Cualquier OPA, ya sea hostil o amistosa, supone una mejora no sólo para las pequeñas, sino también para las grandes a medio plazo", continúa. "Ahora la cacería se va a centrar especialmente en EEUU, que son las que más problemas están teniendo por los caros procesos de extracción", concluye.

Precisamente fue Repsol la que se anticipó el año pasado con la compra de la canadiense Talismán Energy por 10.400 millones de euros en la operación de mayor envergadura realizada por una empresa española en los últimos años. Una operación en la que la compañía presidida por Antonio Brufau pagó una prima del 86% y por la que espera obtener una rentabilidad del 10% gracias unas sinergias de 200 millones de euros al año.

 

La compra de BG Group  (ver cotización) por parte de Royal Dutch Shell (ver cotización) ha puesto todo el sector al rojo vivo. En un momento de gran incertidumbre, con los precios del crudo desplomados más de un 50% desde verano y empresas pequeñas y medianas viéndoselas y deseándoselas para obtener beneficios con un barril por debajo de los 60 dólares, el golpe de efecto de la multinacional anglo holandesa ha situado a las petroleras en el punto de mira, y Repsol (ver cotización) no iba a ser menos, con subidas del 2% en el Ibex 35.

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