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El bono español sueña con un 'año perfecto' conducido por la mano visible de Draghi
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se sitúa por debajo del 2%

El bono español sueña con un 'año perfecto' conducido por la mano visible de Draghi

Era cuestión de tiempo. Y ayer lo logró. El interés del bono español a 10 años ya está bajo el 2% y camina hacia el undécimo mes consecutivo a la baja

Foto: El presidente del BCE, Mario Draghi
El presidente del BCE, Mario Draghi

La secuencia es de las que obliga a coger aire para poder leerla entera. Allá va. El rendimiento del bono español a 10 años se situó ayer por debajo del 2% por primera vez en la historia, en 2014 ya se ha moderado más de un 50%, con el descenso de noviembre acumula 11 meses consecutivos de caídas y en diciembre cerrará su décimo trimestre sucesivo de retrocesos. Casi nada. Y todo ello cuenta con un protagonista claro, con su nombre, su apellido y su cargo: Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo (BCE).

Esta racha comenzó a finales de julio de 2012, cuando Draghi se comprometió en públicio a "hacer lo que sea necesario para salvar el euro". En ese momento, el rendimiento del bono estaba más cerca del 8 que del 7% y la prima de riesgo, que mide la diferencia entre esta rentabilidad y la de los títulos alemanes a una década, incluso tocó los 650 puntos básicos. Había que remontarse a los tiempos de la peseta para ver niveles tan altos.

Desde entonces, la situación ha cambiado por completo. Y Draghi ha resultado clave de principio a fin. Tanto por sus medidas en el terreno convencional, que han desembocado en unos tipos de interés en el mínimo histórico del 0,05%, como por sus iniciativas más heterodoxas, desde el lanzamiento de las Operaciones Monetarias de Compraventa (OMT), que ha sido el dique clave para contener la crisis del euro. hasta los más recientes programas de compras de deuda financiera. Las reformas emprendidas por el Gobierno desde 2012, la mejoría de la economía española, que ha dejado atrás la recesión y que presenta un menor déficit público y el progresivo saneamiento del sector financiero español han puesto el resto.

Como consecuencia, las continuas compras -con el consiguiente descenso del rendimiento, que baja cuando el precio del bono sube- han propiciado que la rentabilidad se encuentre en mínimos históricos -en términos nominales-. De rozar el 8%, el interés del bono ha bajado ya el 1,97%. Y de tocar los 650 puntos básicos, la prima de riesgo se ha enfriado hasta los 120 puntos básicos.

La demostración de la influencia directa de Draghi en esta tendencia se ha observado en la última semana. Primero, el 17 de noviembre, el presidente del BCE abrió la puerta a la posibilidad de comprar deuda pública Y luego, el 21 d enoviembre, confirmó esta afirmación al comprometerse a "hacer lo que deba para crear inflación lo antes posible".

Estos mensajes han permitido lo que parecía el más difícil todavía. Esto es, que las compras permitieran que el bono siguiera estrujando su rendimiento. Tras terminar octubre en el 2,07%, aspira a cerrar en noviembre su undécimo mes consecutivo de caídas. Y no solo eso. Si el BCE cumple las expectativas y concreta más medidas expansivas en la reunión del 4 de diciembre, el interés del bono encontraría combustible para seguir adelante con su relajación. Por el momento, mantiene su sueño de vivir un año perfecto, con 12 meses seguidos de caídas sin interrupción.

La secuencia es de las que obliga a coger aire para poder leerla entera. Allá va. El rendimiento del bono español a 10 años se situó ayer por debajo del 2% por primera vez en la historia, en 2014 ya se ha moderado más de un 50%, con el descenso de noviembre acumula 11 meses consecutivos de caídas y en diciembre cerrará su décimo trimestre sucesivo de retrocesos. Casi nada. Y todo ello cuenta con un protagonista claro, con su nombre, su apellido y su cargo: Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo (BCE).

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