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El balance del BCE sigue anclado en los 2 billones... a la espera de la 'artillería pesada'
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El balance del BCE sigue anclado en los 2 billones... a la espera de la 'artillería pesada'

Draghi espera engordarlo hasta los 3 billones. Pero por ahora lo único cierto es que está menguando. El balance del BCE evidencia el difícil trabajo que espera a la entidad

Foto: El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi

El Banco Central Europeo (BCE) tiene muchos problemas. Aunque hay uno que sobresale. Y no es la amenaza deflacionista o el riesgo de recesión. Es la realidad. Sí, la simple y llana realidad, que resulta tan tozuda que sigue amargando los deseos de la institución monetaria y anticipando el duro trabajo que le espera si quiere hacerlos... realidad.

Porque la entidad presidida por Mario Draghi ha manifestado en público -y varias veces- su expectativa de incrementar su balance hasta los 3 billones de euros, que es donde estaba a comienzos de 2012. Y con esa misión ha ido lanzando distintas medidas desde junio. Pero una y otra vez esa tozuda realidad insiste en subrayar la brecha entre lo que el BCE espera y lo que de verdad ocurre: ya no es que el balance no se esté acercando hacia esas cotas, es que desde finales de mayo ha menguado de los 2,197 a los 2,028 billones de euros actuales -ver imagen ampliable-.

Y eso que desde comienzos de junio ha emprendido una doble ración de medidas extraordinarias sin precedentes. Por un lado, ha convocado operaciones bancarias de financiación a largo plazo, conocidas por sus siglas TLTRO. Y por otro, ha lanzado dos programas de compras de deuda privada, uno dedicado a la adquisición de cédulas hipotecarias (CBPP3) y otro destinado a comprar titulizaciones (ABSPP).

Por el momento, sin embargo, han servido de poco. Por varios motivos. El primero, que con la primera ronda del TLTRO apenas suministró 82.600 millones de euros, cuando se esperaban hasta 150.000 millones. El segundo, que una cosa es anunciar las medidas y otra muy distinta, ponerlas en acción. Se demuestra con el ABSPP, que aún está pendiente de ser estrenado -lo hará antes de fin de año- porque el BCE ha tenido que definir los detalles técnicos de la operativa desde que lo anunció a comienzos de septiembre. El tercero, que incluso aunque haya empezado a comprar deuda, porque bajo CBPP3 ya ha comprado cédulas por casi 10.500 millones, el ritmo es demasiado bajo como para incrementar el balance de la entidad.

Y aún hay un cuarto motivo: en paralelo a estas medidas, los bancos están devolviendo el dinero de operaciones de financiación pasadas y algunos de los activos comprados desde 2008 por el BCE están venciendo. Es decir, mientras por un lado la institución intenta crear dinero nuevo, por otro se retira dinero por la caducidad de algunas de las maniobras con las que ha intentado plantar cara a la crisis.

La realidad, por tanto, certifica que si el BCE no descarga su artillería pesada tendrá difícil cumplir lo que ha hecho creer al mercado: que su estrategia se volverá más expansiva mediante el incremento de su balance. Porque lo que necesita la entidad es crear dinero neto, y eso pasa porque el dinero creado con las nuevas medidas sea mayor que el que se destruye con el vencimiento de las anteriores, algo que hasta ahora no se está logrando.

Consciente del riesgo de que los inversores se sientan decepcionados, Draghi pide paciencia. "Se necesita más tiempo para la completa materialización de los efectos positivos del paquete más reciente de medidas", reclamó este lunes en su comparecencia en el Parlamento Europeo.

Para que sus cálculos comiencen a encajar, el presidente del BCE tiene marcada en rojo una fecha: el 11 de diciembre. Ese día tendrá lugar la segunda ronda del TLTRO. Teniendo en cuenta que con las dos primeras inyecciones -la que hizo en septiembre y la que hará en diciembre- tenía previsto inyectar hasta 440.000 millones de euros, si en esta segunda operación la cifra final no supera claramente los 200.000 millones de euros, el BCE tendrá un problema. Aunque el TLTRO seguirá vigente con operaciones trimestrales hasta mediados de 2016, la institución contaba con suministrar esos 400.000 millones entre las rondas iniciales.

Si no es así, tendrá que emplearse a fondo con el resto de iniciativas para volver a inflar el balance de la entidad. ¿Bastará con las compras de cédulas y titulizaciones? No parece. "Es difícil ver que el balance crece en un 1 billón de euros con los programas existentes", avisan los expertos de Royal Bank of Scotland (RBS). Por el momento, las previsiones con respecto al alcance total de los programas CBPP3 y ABSPP oscilan entre los 100.000 y los 300.000 millones de euros.

Las cifras, en resumen, arrojan muchas dudas. De ahí que se especule con la posibilidad de que el BCE tenga que seguir explorando sus límites. El propio Draghi dejó la puerta abierta este lunes a la compra de deuda soberana, con lo que la institución lanzaría un programa de expansión cuantitativa completo (QE). Y uno de sus compañeros del Consejo, Yves Mersch, incluso sugirió también el lunes que se podría barajar la compra de otros activos, como oro o acciones.

De momento son eso: posibilidades. Hasta ver lo que ocurre con ellas, la realidad se impone. Y el balance sigue anclado en los 2 billones de euros.

El Banco Central Europeo (BCE) tiene muchos problemas. Aunque hay uno que sobresale. Y no es la amenaza deflacionista o el riesgo de recesión. Es la realidad. Sí, la simple y llana realidad, que resulta tan tozuda que sigue amargando los deseos de la institución monetaria y anticipando el duro trabajo que le espera si quiere hacerlos... realidad.

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