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Abengoa se desploma más de un 35% en bolsa por las 'sombras' tras sus resultados
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EL RECUERDO DE XFERA VUELVE AL MERCADO

Abengoa se desploma más de un 35% en bolsa por las 'sombras' tras sus resultados

Lo de Abengoa hace tiempo que ha dejado de ser una lógica corrección de un valor que había corrido mucho. En el año ya acumula un desplome superior al 30%

Foto: El presidente de Abengoa, Felipe Benjumea (d), y el CEO, Manuel Sánchez
El presidente de Abengoa, Felipe Benjumea (d), y el CEO, Manuel Sánchez

Lo de Abengoa hace tiempo que ha dejado de ser una "lógica corrección" de un valor que había corrido mucho, tanto como un 100% hasta sus máximos anuales firmados el pasado 4 de septiembre en los 4,69 euros. Entre ayer y hoy acumula un desplome superior al 36% hasta quedar en 1,5 euros por acción y entra en negativo en el año con una caída del 30% que le sitúa como el segundo peor valor del Ibex 35 en 2014 después de presentar sus cuentas trimestrales.

Y es que, aunque los resultados estuvieron en línea con lo esperado, con un beneficio de 100 millones de euros hasta septiembre tras crecer un 38% respecto al año anterior, la revisión a la baja de sus previsiones de ingresos para este año ha sido la puntilla. Las ventas de la compañía bioenergética apenas repuntaron un 0,1% hasta los 5.237 millones de euros, lo que le ha obligado a anunciar que no podrá cumplir los objetivos que tenía planteados para todo el ejercicio.

"Algo muy peligroso para una compañía cuyo modelo se sujeta por el aumento de los ingresos para mantener controlado el elevado nivel de endeudamiento", explican fuentes de mercado. De hecho, Fitch ya alertó el pasado 21 de octubre sobre esta cuestión tras rebajar su perspectiva sobre la empresa sevillana de "estable" a "negativa" al considerar que "las ganancias de la venta de activos recientes no han sido utilizadas para pagar deuda con recurso como se esperaba". Es más, la agencia de calificación ha emitido hoy un comunicado en el que avisa de que estará pendiente de la evolución bursátil de la compañía para decidir si baja o mantiene su 'rating'.

La metodología de cálculo de la deuda sobre los recursos de la empresa empleada por Fitch es más negativa que la que maneja la propia Abengoa, si bien esta circunstancia ya aparece recogida en el rating asignado en la actualidad, de 'B+'

Así, sus acciones que el jueves cayeron un 18%, se han llegado a desplomar otro 61,9% hasta los 0,90 euros mientras los analistas se apresuran a revisar el valor, en tanto que todavía más del 60% del mercado sigue recomendando comprar. Al cierre, el desplome se ha reducido y ha quedado en un descenso del 36,5%, hasta 1,5 euros.

Pero el problema de Abengoa podría ser más profundo de lo que se pueda pensar y pasa por una pérdida total de la confianza en un momento en el que sucesos como los ocurridos con Pescanova, Codere, Gowex o Carbures han puesto en alerta al mercado. En este sentido, fuentes de toda solvencia van un paso más allá en la explicación de la caída basada en la consecución de objetivos y entiende que detrás del descalabro de la acción podrían estar las dudas entorno a la propia contabilidad de la compañía.

"Se teme que Abengoa no haya mostrado la realidad patrimonial en sus cuentas", asegura el experto. "Por ejemplo, la contabilidad no refleja si su filial de EEUU es deuda con o sin recurso... toda esta terminología es difícil de regular pero es importante porque las cuentas entonces no reflejan el riesgo real de la compañía y esto genera dudas".

Unas dudas que si se han trasladado estos días a la bolsa, se hacen más visibles en el mercado de deuda. De hecho, la semana pasada Abengoa se vio obligada a pagar un interés anual del 7% por una emisión de bonos de su filial Abengoa Yield de 255 millones de dólares con vencimiento en 2019 tras tener que cambiar la divisa de emisión por los problemas que estaba encontrando para convencer a los inversores.

Hoy, los bonos de la emisión del pasado mes de septiembre de Abengoa Greenfield con vencimiento en 2019 se hunden más de un 24% tras haber sido contabilizados como deuda sin recurso cuando los tenedores de los mismos consideraban que se trataba de deuda con recurso, esto es, la que permite a los acreedores que en caso de impago sus activos entran como garantía.

Una posibilidad por la que el mercado se ha empezado a preocupar. De hecho, los seguros frente al impago a cinco años de Abengoa, CDS (Credit Default Swaps), se han disparado este viernes más de un 24%, 275 puntos básicos, hasta los 976 puntos. Esto significa que asegurar un millón de euros de deuda de Abengoa ante un posible impago cuesta 976.000 euros.

Es por ello que la compañía se ha apresurado a remitir un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para "aclarar un malentendido" con respecto al cálculo de su deuda. Según ha explicado, el bono "verde" -destinado a la financiación de proyectos renovables- emitido el pasado 30 de septiembre a través de su filial Abengoa Greenfield está garantizado "de la misma manera" que el resto de la deuda de la compañía y se mantendrá así durante toda su vida útil.

Estos bonos se han contabilizado como "deuda sin recurso en proceso", tal y como establece la normativa contable, porque sirven como financiación puente, de manera que la caja no puede utilizarse "para ningún otro propósito corporativo", explican en el comunicado. Así, "el pasivo correspondiente al bono verde y la caja procedente del mismo no se incluye en el cálculo de la deuda corporativa neta", concluyen.

Pero, al final el pasado siempre vuelve y la familia Benjumea no goza de buena fama en lo que a gestión se refiere desde que traspasó las pérdidas que había tenido en la operadora de telefonía Xfera tras vender su participación a Abengoa en 2002 por 25 millones de euros.

Por esa operación, Felipe Benjumea, actual presidente de la compañía, y su hermano Javier fueron juzgados en la Audiencia Nacional por un posible delito de administración desleal que se dirimió en marzo de 2007 con el archivo del procedimiento tras considerarse que su actuación en la compraventa de acciones de Xfera entre Telvet, filial de Abengoa, y su patrimonial Inversión Corporativa no afectaba al "interés general"

Pero las dudas sobre la contabilidad de Abengoa no son nuevas. Sin ir más lejos, este mismo año la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dio un toque de atención el pasado mes de marzo a la compañía sevillana por presentar las cuentas de 2013 por no incluir la declaración de responsabilidad de los consejeros sobre su contenido, según publicó El Confidencial y que Abengoa se apresuró a desmentir.

No en vano, las cuentas de Abengoa siempre han estado bajo sospecha. De hecho, esta circunstancia la ha venido avisando desde este periódico S. McCoy, que también en marzo alertó de la "peligrosa huida hacia delante de Abengoa" y avisó de que existe una sospecha razonable en tanto que "no casa demasiado bien el benigno escenario financiero que pinta formalmente la compañía en los datos que da a conocer al público con su carrera desesperada por conseguir tanto capital –a través de sucesivas ampliaciones, emisiones de convertibles al 6,25% y colocaciones en bolsa de participadas–, como recursos ajenos –pagando tipos de interés de bono basura (entre el 7,75% y el 9%)– y liquidez inmediata por medio de las correspondientes desinversiones o con el anuncio del pago de dividendo en especie en lugar de en efectivo", aseguró.

Lo de Abengoa hace tiempo que ha dejado de ser una "lógica corrección" de un valor que había corrido mucho, tanto como un 100% hasta sus máximos anuales firmados el pasado 4 de septiembre en los 4,69 euros. Entre ayer y hoy acumula un desplome superior al 36% hasta quedar en 1,5 euros por acción y entra en negativo en el año con una caída del 30% que le sitúa como el segundo peor valor del Ibex 35 en 2014 después de presentar sus cuentas trimestrales.

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