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Ni la recesión ni la deflación: Draghi y Weidmann marcan la reunión del BCE
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polémica REUNIÓN DEL BANCO CENTRAL EUROPEO

Ni la recesión ni la deflación: Draghi y Weidmann marcan la reunión del BCE

El BCE encara una reunión en la que la expectación se centrará más en las tensiones internas que en la situación por la que atraviesa la economía de la región

Foto: El presidente del BCE, Mario Draghi (izda.), y el del Bundesbank, Jens Weidmann
El presidente del BCE, Mario Draghi (izda.), y el del Bundesbank, Jens Weidmann

Noviembre. Otro noviembre más para el Banco Central Europeo (BCE) y para su presidente, Mario Draghi. Fue un noviembre, el de 2011, cuando accedió al cargo en sustitución de Jean-Claude Trichet y cuando, apenas llegado, sorprendió con una rebaja inesperada de los tipos de interés, del 1,5 al 1,25%. Fue otro noviembre, el de 2013, cuando el banquero italiano, crecientemente preocupado por el enfriamiento de los precios, comandó otro tijeretazo a los intereses, esta vez para llevarlos del 0,5 al 0,25%. Y hoy, el Consejo de Gobierno vuelve a verse las caras en otro cónclave monetario de noviembre que se promete interesante... y polémico.

En las últimas horas ha sonado ruido de sables en Fráncfort, consecuencia de la creciente contestación interna a la que, según informa Reuters, se enfrenta Draghi. Como trasfondo, el pulso de largo recorrido que mantiene el halcón del Bundesbank, Jens Weidmann, y el malestar que, según parece, genera en el seno del Consejo de Gobierno el modo en que que el banquero italiano gobierna la entidad.

Más allá de que sea un asunto de vestuario, este enrarecido ambiente cuenta con unas implicaciones reales. Para empezar, y como anticipan los expertos de Royal Bank of Scotland (RBS), si efectivamente los miembros del Consejo llaman al orden a Draghi y le solicitan una gestión menos personalista y más colegiada, "no habría que esperar más medidas expansivas en esta reunión y los mensajes serían más cautos".

En este sentido, si la rueda de prensa posterior a la reunión ya suele ser importante, porque en ella el presidente del BCE ofrece más detalles sobre la estrategia de la institución, esta vez la expectación en torno a la comparecencia, que comenzará a las 14.30 horas, será muchísimo mayor. Sin duda, el banquero italiano será preguntado por las divisiones en el seno del Consejo de Gobierno y sus respuestas serán diseccionadas. En ellas, así como en cualquier gesto, se buscarán pistas sobre la profundidad de las diferencias y las implicaciones que puede tener. Draghi suele sonar sólido y tranquilo, muy suelto, generando la sensación de que lo tiene todo controlado; lo relevante será comprobar si ha cambiado algo en su puesta en escena habitual y en lo que dice.

Antes de conocer las discrepancias internas, la mayor expectación se concentraba en torno a la posibilidad de que el BCE complementara sus últimas iniciativas, consistenes en la compra de cédulas hipotecarias (CBPP3) y titulizaciones (ABSPP), con el lanzamiento de un programa de deuda corporativa -la emitida por la empresas-. Es decir, el mercado no descartaba que la entidad profundizara en las medidas extraordinarias, toda vez que ya no queda nada que rascar dentro del terreno convencional tras haber rebajado el precio oficial del dinero al 0,05% hace dos meses. Sin embargo, con el Consejo dividido, no parece que se den las condiciones adecuadas para que la institución alcance el consenso preciso como para acometer planes que tienen precedentes en la Eurozona.

Por tanto, todo indica que Draghi pasará revista a lo ya hecho, a lo que queda pendiente y a lo que podría hacer. Con respecto al primer asunto -lo hecho-, el BCE ya ha destinado casi 5.000 millones a la compra de cédulas hipotecarias en las dos semanas que lleva vigente el tercer programa de adquisición de estos títulos (CBPP3). Con respecto al segundo -lo pendiente-, recordará que aún debe estrenar el plan dedicado a la compra de titulizaciones (ABSPP), que se pondrá en marcha antes de fin de año y que, además, en diciembre llevará a cabo la segunda de las dos rondas iniciales de financiación condicionada a los bancos a largo plazo (TLTRO), con la que podría suministrar hasta 317.400 millones a las entidades financieras.

En cuanto a lo tercero -lo que podría hacer-, desde Credit Agricole pronostican que Draghi continuará dejando la puerta abierta a la posibilidad de disparar más artillería expansiva en el futuro "si las perspectivas sobre la inflación se deterioran más". Por el momento, lo cierto es que los precios llevan 13 meses encareciéndose a tasas interanuales inferiores al 1% -los cuatro últimos meses por debajo del 0,5%-, con lo que se ha alejado del objetivo de la entidad, consistente en mantener la inflación por debajo, pero cerca, del 2% a medio plazo. En paralelo, la economía se sigue enfriando y la Comisión Europea ha rebajado el crecimiento previsto para este año del 1,2 al 0,8% y para 2015, del 1,7 al 1,1%.

Todo ello, mientras el compromiso lanzado por Draghi en septiembre resuena en los mercados. Hace dos meses, el banquero italiano se atrevió a precisar que los nuevos estímulos del BCE perseguirían engordar el balance de la entidad, que entonces se situaba en los 2,03 billones de euros, hasta una horquilla comprendida entre los 2,7 y los 3 billones.

La apuesta estaba lanzada. El problema ahora es cumplirla. Draghi parece decidido a ello. Pero otros en el BCE, con Weidmann a la cabeza, no están por la labor. El pulso está servido. Pero así se ha escrito la historia de la Eurozona.

Noviembre. Otro noviembre más para el Banco Central Europeo (BCE) y para su presidente, Mario Draghi. Fue un noviembre, el de 2011, cuando accedió al cargo en sustitución de Jean-Claude Trichet y cuando, apenas llegado, sorprendió con una rebaja inesperada de los tipos de interés, del 1,5 al 1,25%. Fue otro noviembre, el de 2013, cuando el banquero italiano, crecientemente preocupado por el enfriamiento de los precios, comandó otro tijeretazo a los intereses, esta vez para llevarlos del 0,5 al 0,25%. Y hoy, el Consejo de Gobierno vuelve a verse las caras en otro cónclave monetario de noviembre que se promete interesante... y polémico.

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