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El intento de los March por sostener el valor de Indra no evita el desplome de sus títulos
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El intento de los March por sostener el valor de Indra no evita el desplome de sus títulos

El viernes, Corporación Financiera Alba compró 1,7 millones de acciones de Indra a 8,8 euros. Todo un mensaje de apoyo... que no ha frenado el castigo bursátil

Foto: El presidente de Indra, Javier Monzón
El presidente de Indra, Javier Monzón

Indra ha caído en desgracia en bolsa. Sus acciones acumulaban un desplome del 21% en las cuatro últimas jornadas -hoy rebota un 2,6%- a pesar de que, por el camino, su segundo mayor accionista, Corporación Financiera Alba (CFA), ha tratado de sostener el valor. En concreto, el holding de la familia March, que ostenta el 10% del capital de la compañía, compró el viernes un total de 1.785.820 acciones a 8,80 euros, el precio que marcó el valor al cierre de mercado después de hundirse un 9%.

En total, Alba empleó 15,71 millones de euros, según se desprende de los datos comunicados ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por parte del consejero delegado de la firma, Santos Martínez-Conde, y de su vicepresidente, Juan March de la Lastra, en calidad de consejeros dominicales del holding en Indra.

Aunque con este tipo de operaciones se intenta lanzar un mensaje de firmeza y confianza al mercado, esta vez no ha bastado para detener el castigo que Indra está sufriendo en bolsa. Desde los 8,8 euros a los que finalizó el viernes, el lunes cedió otro 0,6% y el martes sufrió otro descalabro al caer un 10,8%, hasta los 7,799 euros.

Si estos descensos ya generan pérdidas latentes a la última batida compradora de Alba, al mismo tiempo incrementan las minusvalías que acumula el holding en su historia en el valor. CFA entró en Indra en julio de 2009. En ese momento, se hizo con un 10% del capital que hasta entonces estaba en manos de Unión Fenosa. El volumen de esa operación alcanzó los 246,2 millones de euros, puesto que se cerró a un precio de 15 euros por acción.

Si las caídas de Indra están abriendo un agujero en la cartera de Alba, lo mismo ocurre con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). En agosto de 2013, la SEPI compró a Bankia el 20,14% que tenía en la empresa de tecnologías de la información y sistemas de seguridad y defensa. Adquirió ese paquete a un precio de 10,194 euros por acción, con lo que la compra ascendió a 337 millones de euros.

Actualmente, el valor de esa participación ha menguado hasta los 259 millones de euros. Como por el camino la SEPI se ha embolsado un dividendo bruto de 0,34 euros por acción -en total, 11 millones brutos-, el desplome de la acción abre un boquete próximo a los 70 millones en la cartera de sociedad estatal.

No obstante, el mercado ha retirado su confianza de Indra. Sobre todo, después de que sus cuentas trimestrales, que dio a conocer el jueves de la semana pasada, confirmaran las dudas que ya tenían los analistas hacia el valor. Aunque incrementó su beneficio un 18%, hasta los 78 millones de euros, en los nueve primeros meses del año, se debió a la reducción de los gastos, en lugar a un aumento de la cesta de pedidos.

“Los resultados fueron muy malos”, explica Iván San Félix, analista de Renta 4, “y la gente puede estar poniéndose en lo peor”. “En los otros trimestres los ingresos por su negocio internacional subían y amortiguaban la caída de los ingresos en España”, continúa Sanfelix. “Pero este último trimestre el negocio internacional ha caído bastante, por la debilidad de Latinoamérica, Brasil, el factor divisa…” asegura el experto. “Además, hay mucha presión competitiva que les está obligando a bajar precios y esto lleva castigando los márgenes mucho tiempo, hasta que en este tercer trimestre han caído por debajo del 7%”, añade.

Esta desconfianza se ha visto acentuada porque, en la tarde del lunes, se supo que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) había hecho un requerimiento de información adicional sobre ciertas cuestiones contables relacionadas con la memoria consolidada de 2013 auditada por KPMG Auditores. Según explican desde el propio organismo supervisor, este requerimiento es bastante común y responde a cuestiones “extremadamente técnicas”.

Sin embargo, a perro flaco todo son pulgas. Y es que, aunque la respuesta de Indra a CNMV se envió el pasado 29 de octubre, antes incluso de publicar resultados, su conocimiento se ha producido con el valor en plena espiral bajista e incluso la ha acentuado. Precisamente por este impacto y con el objetivo de aclarar más este asunto, a última hora de la noche de ayer Indra publicó un Hecho Relevante en el que precisó que la CNMV solicitó esa información "el pasado mes de agosto", que fue "remitida [por Indra] a finales de octubre a la CNMV" y que, tras ese envío, "no queda ninguna información pendiente de remitir".

Las últimas caídas no hacen sino prolongar una secuencia que ya lleva varios meses en marcha. Desde comienzos de abril, la cotización de Indra acumula una caída del 50% que convierte a sus títulos en los peores del Ibex 35 en lo que va de año, con un descenso del 35%.

Si no se revierten, estos retrocesos podrían desembocar en que la compañía saliera del índice en la revisión de diciembre. Actualmente, el valor de mercado de la empresa se limita a 1.280 millones de euros, con lo que no llega al 0,3% de la capitalización conjunta del Ibex, uno de los requisitos que se tiene en cuenta para incluir -o mantener- a un valor en el índice.

Indra ha caído en desgracia en bolsa. Sus acciones acumulaban un desplome del 21% en las cuatro últimas jornadas -hoy rebota un 2,6%- a pesar de que, por el camino, su segundo mayor accionista, Corporación Financiera Alba (CFA), ha tratado de sostener el valor. En concreto, el holding de la familia March, que ostenta el 10% del capital de la compañía, compró el viernes un total de 1.785.820 acciones a 8,80 euros, el precio que marcó el valor al cierre de mercado después de hundirse un 9%.

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