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El haggis, el XV del Cardo, el whisky... ¿y qué hacemos con la libra esterlina?
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EL MERCADO, PENDIENTE DE LA CONSULTA

El haggis, el XV del Cardo, el whisky... ¿y qué hacemos con la libra esterlina?

Llegó el día. Hoy se celebra la consulta escocesa. Del sí o el no estará pendiente la comunidad política, pero también los mercados. Y en especial, el de divisas

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Fue un referéndum. Se celebró en junio de 1992. Los daneses dijeron no a Maastricht, y ese resultado convulsionó el proyecto orientado a crear una moneda única en Europa. Tres meses después, la onda expansiva de esa negativainfligió una derrota histórica para la libra esterlina. El Banco de Inglaterra fue incapaz de contener los envites de inversores como George Soros, y terminó devaluando la libra y sacándola de ese proceso de cohesión monetaria. Bien es cierto que Reino Unido tampoco tenía una vocación europeísta demasiado sincera, pero quedó para la posteridad que Soros venció al Banco de Inglaterra, con la libra esterlina como estilete.

Veintidós años después, otro referéndum amenaza conpropinar otro serio revolcón a la libra. El incierto resultado que las últimas encuestas muestran sobre la consulta que se celebrará este jueves en Escocia causa un escalofrío que recorreel espinazo de la divisa británica.

Sobre el papel, hay tres escenarios principales. El primero, que se imponga el no y Escociano se independice. Sería el resultado menos traumático. Y depararía que la libra podría seguir adelante con su escalada con la vista puesta en una futura subida de los tipos de interés por parte del Banco de Inglaterra. Una libra compra ahora 1,26 euros y 1,63 dólares. La victoria del no la llevaría a apreciarse contra ambas divisas, aunque con más intensidad contra la europea. "Es probable un fuerte rebote con la victoria del no, que creo que es el escenario más plausible", pronostica Paras Anand, responsable de renta variable europea en Fidelity.

El panorama se complica si gana el . En ese instante, el Banco de Inglaterra tendría que emplearse a fondo para preservar el orden en los mercados. "El Banco de Inglaterra hará lo que tiene que hacer para garantizar la estabilidad financiera tanto en Escocia como en Reino Unido", anticipan en ese supuesto de Ebury, una firma especializada en divisas. Dicho de otro modo: la Vieja Dama de Threadneedle Street, que es como se conoce coloquialmente al banco central británico, emergerá como prestamista de última instancia y se dispondrá a ofrecer toda la liquidez que haga falta para que no estalle el pánico y contener una hipotética fuga de capitales en Escocia. En paralelo, se mostraría dispuesta a comprar libras en el mercado para evitar mayores caídas.

En ese caso, la moneda británica sufriría. "Esperamos que la libra esterlina caiga bruscamente si los resultados del referéndum salen a favor de una Escocia independiente", prevé Martin Arnold, analista de ETF Securities.

Más allá de esa reacción inicial, se abrirían esos dos escenarios adicionales. El segundo consistiría en que la Escocia independiente y Reino Unido encontraran el modo de mantener la libra como moneda común. Es la voluntad del primer ministro escocés, Alex Salmond, pero la idea no gusta tanto en Reino Unido. En ese caso, y pasado el susto inicial, la libra podría estabilizarse con los cuidados del Banco de Inglaterra.

El tercer escenario es el que causaría más revuelo e impacto bajista en la libra por ser el más incierto. Consistiría en que no prosperara esa libra común y que Escocia acuñara una moneda propia o incluso se sumara al euro. Aunque parece la hipótesis menos probable y, por tanto, la más difícil de cuantificar, los expertos calculan que esta posibilidad podría alimentar caídas de doble dígito en la libra.

En última instancia, los escoceses también mostrarán en el referéndum hasta qué punto sienten la libra como un símbolo propio. Como el haggis –el plato escocés más típico– o como el XV del Cardo –el sobrenombre que recibe el equipo nacional de rugby–. Porque un triunfo del expondría al país a tener que cambiar de moneda.

Y esa renuncia no es poca cosa en suelo británico.Porque la libra es mucha libra para Reino Unido. Es intocable. A lo largo del siglo XX, se convirtió en un emblema de lo que en su día fue el Imperio Británico. Por eso dolieron tanto las devaluaciones de 1931, 1949 y 1967, que colgaron de los laboristas la etiqueta de ser un partido devaluador. Y por eso, en cuanto Reino Unido salió del proceso que desembocó en el nacimiento del euro, jamás nadie se esforzó mucho –ni nada– en que la libra se sumara luego a la Unión Económica y Monetaria. Otro referéndum pondrá a prueba la salud de la que goza la libra en el siglo XXI. El de 1992 deparó una derrota sonada. El de 2014 intimida lo suyo.

Fue un referéndum. Se celebró en junio de 1992. Los daneses dijeron no a Maastricht, y ese resultado convulsionó el proyecto orientado a crear una moneda única en Europa. Tres meses después, la onda expansiva de esa negativainfligió una derrota histórica para la libra esterlina. El Banco de Inglaterra fue incapaz de contener los envites de inversores como George Soros, y terminó devaluando la libra y sacándola de ese proceso de cohesión monetaria. Bien es cierto que Reino Unido tampoco tenía una vocación europeísta demasiado sincera, pero quedó para la posteridad que Soros venció al Banco de Inglaterra, con la libra esterlina como estilete.

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