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El mercado espera que Draghi se vuelva a poner el traje de 'Supermario'
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MÁXIMA EXPECTACIÓN ANTE LA REUNIÓN DEL BCE

El mercado espera que Draghi se vuelva a poner el traje de 'Supermario'

El arranque del nuevo curso no podía empezar con más fuerza. El jueves se reune el Consejo de Gobierno del BCE y las expectativas del mercado son máximas

El arranque del nuevo curso no podía empezar con más fuerza. El jueves se reune el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) y las expectativas del mercado son máximas. Tanto, que la semana pasada los inversores se lanzaron a comprar deuda como locos especulando con la posibilidad de que el regulador europeo ponga en marcha un programa de medidas de expansión cuantitativa (QE) como los que ha llevado a cabo Estados Unidos desde que comenzó la crisis financiera de 2008.

Tal es así que la rentabilidad del bono español a diez años cayó un 6,43% en cinco sesiones hasta cerrar en el 2,22%, aunque llegó a marcar mínimos históricos en el 2,08%, con la prima de riesgo en los mismos niveles de mayo de 2010, 120 puntos básicos, justo cuando se produce el estallido definitivo de la crisis de deuda con el rescate de Grecia y la primera rebaja de las calificaciones crediticias de España y Portugal.

No en vano, si los discursos de Jackson Hole, dónde se dieron cita los principales banqueros centrales, calentaron el ambiente, la publicación de la inflación de la Eurozona -del 0,3% en agosto, la menor subida desde octubre de 2009- y de varios países, entre los que destacan Alemania y España, terminaron de apoyar la teoría de los que aseguran que el BCE va a actuar más pronto que tarde. Y es que el aumento de las presiones deflacionistas alimenta los temores de que Europa sufra una japonización.

Un miedo que tiene muy presente el presidente del BCE, Mario Draghi. El banquero italiano, que ya avisó tras la reunión del pasado mes de junio que no había "terminado todavía" después de poner en marcha una batería de medidas, ha alertado sobre la caída del IPC, que "se ha situado en zona de peligro" y que "podría usar también instrumentos no convencionales para salvaguardar el firme anclaje de las expectativas sobre la inflación a medio y largo plazo", según sus palabras del pasado 22 de agosto en la localidad estadounidense.

Por este motivo, el mercado piensa que podría ir un paso más allá este jueves. Y es que las medidas adoptadas recientemente no están teniendo el efecto que se esperaba. Ni los tipos de interés al 0,1%, ni la puesta en marcha de programa de financiación bancaria a largo plazo condicionada (TLTRO), la suspensión de las esterilizaciones de las compras de deuda realizadas entre 2010 y 2012, la ampliación de la barra libre de financiación bancaria y los preparativos para poner en marcha en el futuro programa de compras de deuda respaldada por préstamos (titulizaciones) están sirviendo para sacar a la Eurozona de su estancamiento.

Hasta la fecha, el manejo de las expectativas del mercado, que es lo que mejor sabe hacer Draghi, había servido para salvar el bache. No en vano, gracias a ello ha logrado enfriar las tensiones que llegaron a poner a España al filo del rescate hace dos veranos, cuando la prima de riesgo superó los 600 puntos básicos y la rentabilidad del bono a diez años alcanzó el 7%. Entonces, su ya histórico "haré todo lo necesario y será suficiente" fue, precisamente eso, suficiente. En septiembre de ese mismo año anunciaba un programa de compra ilimitada de bonos soberanos (OMT) para deuda a dos años que nunca se llegó a activar, pero el mero hecho de su existencia sirvió de bálsamo al secundario y de respiro a los países más estrangulados.

Así, lo que ha conseguido al que llaman Supermario es salvar el euro y evitar el colapso de dos de las mayores economías de la Eurozona como son Italia y España manteniendo el balance del BCE como uno de los más pequeños de los bancos centrales de los países desarrollados, que no es poco.

Pero parece que no es suficiente. "Las presiones a la baja sobre la inflación, con un creciente deterioro de las expectativas, acentúan uno de los principales problemas del área: el obligado desapalancamiento", explica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi. "Luego, debilidad económica, debilidad de la inflación, el tipos de interés reales al alza y deterioro de las expectativas a futuro. ¿Entienden ahora por qué el BCE debe tomar medidas de facilidad de crédito pese a las dudas que generan?", asegura. Otra cuestión será ver si el mero anuncio de la posibilidad de la puesta en marcha de QE sea suficiente como ocurrió en su día con el OMT.

El arranque del nuevo curso no podía empezar con más fuerza. El jueves se reune el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) y las expectativas del mercado son máximas. Tanto, que la semana pasada los inversores se lanzaron a comprar deuda como locos especulando con la posibilidad de que el regulador europeo ponga en marcha un programa de medidas de expansión cuantitativa (QE) como los que ha llevado a cabo Estados Unidos desde que comenzó la crisis financiera de 2008.

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