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De cero a cien y de cien a cero: los cuatro años de vértigo para Gowex en bolsa
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HASTA HACE UNA SEMANA SE REVALORIZABA UN 470%

De cero a cien y de cien a cero: los cuatro años de vértigo para Gowex en bolsa

Cuatro años y cuatro meses de vida bursátil. Esta es la historia de Gowex en bolsa, un valor herido que hace tres meses registraba sus máximos históricos

“El ejemplo a seguir”, “la joya tecnológica española”, “ascenso meteórico”, “la perla del mercado”, “el buque insignia del Mercado Alternativo Bursátil (MAB)”, “una historia de éxito inagotable”… Estas son algunas de las frases con las que, hasta hace una semana, los analistas se entregaban incondicionalmente a la causa de Gowex en sus informes. Tras las palabras, los hechos: su ascenso ha sido tan vertiginoso como su declive. La compañía escribe una historia de cuatro años y casi cuatro meses en los mercados que, hasta el pasado lunes, acumulaba sobre sus espaldas una revalorización superior al 470%. Ahora, tras perder un 60% de su valor en apenas dos sesiones, lo que supone unos 867 millones de euros, inversores y analistas se frotan los ojos ante el que era el delfín del MAB, aquella compañía que soñaba con pasearse algún día por la alfombra roja del Nasdaq.

Doce de marzo de 2010. El MAB, constituido desde 2006, se viste de gala para dar la bienvenida a su nuevo integrante. No es uno cualquiera. Una empresa tecnológica de postín que instala y opera redes wifi bajo el mantra, repetido hasta la saciedad por su presidente, Jenaro García, de hacer tan accesible internet como el agua. La salida a bolsa a un precio de 3,50 euros por título es todo un éxito. Las acciones de la compañía se anotan más de un 21% en su primer día de cotización. La firma ha logrado salir al mercado gracias a una ampliación de capital de casi seis millones de euros, a la que han acudido importantes fondos de inversión nacionales y extranjeros, bancos y algunos particulares. La valoración de Gowex tras esta operación se sitúa en 40 millones de euros y la familia del MAB ya tiene tres integrantes, con Zinkia e Imaginarium.

Pero los planes bursátiles de la tecnológica van mucho más allá de las fronteras españolas. Apenas tres meses después de su salida a bolsa en el MAB, Gowex da el salto al parqué francés, donde comienza a cotizar en el Alternext, un mercado alternativo similar al MAB creado en 2007. Poco tarda en llamar la atención de las grandes gestoras que, hasta la fecha, han permanecido en el valor. Firmas como Henderson, JPMorgan, UBS o BNP Paribas siguen muy de cerca la evolución en el mercado de la firma española, que no pierde ocasión en lanzar guiños a Wall Street, en palabras de su presidente “el mercado con más tradición inversora” y la puerta grande para hacer fortuna a lomos del wifi.

Con esta idea entre ceja y ceja, la empresa lleva a cabo en julio de 2011 la primera ampliación de capital en el MAB. Se trata de una operación mediante la cual pretende emitir una nueva acción por cada ocho antiguas. El objetivo es ampliar su base accionarial, pero también captar los recursos que aseguren su estrategia de crecimiento. Los números acompañan. A principios de 2012 el valor en bolsa de la compañía se sitúa en torno a los 70 millones de euros y Jenaro García se encarga de repetir en cada intervención que su compañía es líder del MAB y también la OPV más rentable desde 2007.

A mediados de enero de 2012, los títulos pasan a negociar en modo continuo (dejan de marcar precio dos veces al día como sucede en el resto de firmas del mercado alternativo). Es el paso necesario para que los títulos puedan jugar en igualdad de condiciones con el resto de grandes empresas del sector. Pero no es el único. En noviembre de 2012 la compañía vuelve a apelar a los inversores. Tiene intención de ampliar capital, en esta ocasión por 30 millones de euros. El objetivo, implantarse en las 300 mayores ciudades del mundo. La hoja de ruta comienza por Estados Unidos.

El 26 de febrero de 2013 Gowex inicia su andadura en el mercado americano con el lanzamiento de un programa de ADR. Estos instrumentos son un certificado negociable en EEUU que representa la propiedad de unas acciones registradas fuera del país norteamericano y tratan de facilitar su compraventa. Desde entonces, la empresa nunca ha escondido su intención de salir a cotizar en el Nasdaq, si bien es cierto que siempre ha admitido que todavía necesitaba mayor liquidez.

Desde principios de 2013 se escenifica la efervescencia de Gowex en el mercado. La que había sido una pequeña empresa creada en 1999 con el nombre de IberX para explotar la primera bolsa de telecomunicaciones en España se convierte en un trasatlántico. En apenas un año, el valor se dispara hasta los máximos históricos registrados el pasado 3 de abril en 26,34 euros por título. La compañía vale más de 1.900 millones de euros en bolsa y el viento sopla a favor para aspirar a cotas más ambiciosas.

Jenaro García reconoce el pasado mes de junio que “Gowex va a ser la mejor inversión del mundo”. Todo encaja en un guion escrito a imagen y semejanza de Google o Apple. Salvo por un detalle. Un fatídico 1 de junio en el que todo cambia con el informe de Gotham City. Según estos analistas, los títulos de Gowex valen cero y la comparación, siempre odiosa, apunta a Pescanova. Las acciones caen un 60% en dos días y pasan de 20 a los 7,92 euros actuales (precio en el que ha quedado suspendida). Los cuatro años y cuatro meses de gloria bursátil de Gowex se resquebrajan en una semana.

“El ejemplo a seguir”, “la joya tecnológica española”, “ascenso meteórico”, “la perla del mercado”, “el buque insignia del Mercado Alternativo Bursátil (MAB)”, “una historia de éxito inagotable”… Estas son algunas de las frases con las que, hasta hace una semana, los analistas se entregaban incondicionalmente a la causa de Gowex en sus informes. Tras las palabras, los hechos: su ascenso ha sido tan vertiginoso como su declive. La compañía escribe una historia de cuatro años y casi cuatro meses en los mercados que, hasta el pasado lunes, acumulaba sobre sus espaldas una revalorización superior al 470%. Ahora, tras perder un 60% de su valor en apenas dos sesiones, lo que supone unos 867 millones de euros, inversores y analistas se frotan los ojos ante el que era el delfín del MAB, aquella compañía que soñaba con pasearse algún día por la alfombra roja del Nasdaq.

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