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La banca acepta quitas del 90% para devolver a Dogi al parqué tras cinco años
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La banca acepta quitas del 90% para devolver a Dogi al parqué tras cinco años

Las entidades financieras y la familia Doménech han aceptado duras quitas a cambio de que la compañía salga del concurso de acreedores y vuelva a cotizar

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Después de cinco años atrapados en el valor, los inversores de la textil catalana Dogi van a poder volver a operar con sus títulos a partir del próximo lunes, gracias a que la CNMV ha dado luz verde a que la compañía vuelva a cotizar, tras analizar los planes que tiene para la compañía Sherpa Capital.

Pero, para llegar hasta aquí, la compañía ha contado antes con un auténtico balón de oxígeno de sus acreedores, que han aceptado que la deuda concursal haya pasado de 28,6 millones a 5,2 millones, lo que significa una quita del 75%. No obstante, en esta cifra global entran diversos tipos de acreedores.

En el caso de la deuda ordinaria, que es donde se engloba la banca, los acreedores han aceptado una quita del 90% y han dado un plazo de 10 años para cobrar el otro 10%. Además, por lo que respecta a la deuda subordinada, donde figuraban pagos pendientes con la familia Doménech, la quita ha llegado al 100%.

La saga catalana también ha visto menguar drásticamente su participación en el capital, donde era el mayor accionista, para dar entrada a Sherpa, que se ha comprometido a invertir los 3,8 millones para levantar la compañía, un reto que tendrá su primer triunfo con la vuelta al parqué después de cinco años.

El fondo liderado por Eduardo Navarro y Alfredo Bru se hizo el pasado abril con el 75% de la compañía, al suscribir 1,2 millones de euros de una ampliación de capital que es sólo la punta del iceberg de sus planes. Y es que, Sherpa prevé lanzar una opa sobre la compañía a 0,064 euros por acción en cuanto reciba la luz verde de la CNMV, autorización que podría llegar en una semana.

Inmediatamente después, llevará a cabo la segunda ampliación de capital, por importe de otros 2,61 millones, esta vez con derecho de suscripción preferente, que completará la inyección de 3,8 millones.

¿Cómo afecta todo esto a los accionistas? Con una fuerte caída del precio de sus acciones, que se suma a la metamorfosis que ya han vivido en este primera recta del año para dar entrada a Sherpa.

Porque, del mismo modo que los acreedores y la familia Doménech han aceptado fuertes recortes, los minoritarios van a pagar también un peaje. A cambio, eso sí, de ver cómo un dinero perdido y atrapado en una empresas suspendida y quebrada durante cinco años vuelve a ser líquido y a tener un valor tangible.

Por el momento, debido a la agrupación (contrasplit) de títulos que llevó a cabo la compañía y a "la cancelación de las acciones en que se divide el capital social, para su canje por acciones nuevas a emitir, en proporción de una nueva por cada 10 antiguas", tal y como explicó la compañía a la CNMV, el precio de cotización ha pasado de los 0,6 euros en que fue suspendida en mayo de 2009 a los 6 euros. Eso sí, a cambio de tener 10 veces menos títulos.

Además, Sherpa ya ha anunciado que llevará a cabo la opa al precio del nuevo valor nominal de los títulos, que pasó de 0,02 a 0,064 euros tras la ampliación y el contrasplt. Esto hará que, previsiblemente, el valor caiga con fuerza, aunque también abrirá la puerta a operativas oportunitas que permitirán al actual accionista recuperar una liquidez inimaginable durante los cinco años que han estado atrapados.

Pero, tras la opa, el título volverá a sufrir otra dilución con la segunda ampliación de capital de Dogi. Inyección con la que Sherpa confía en sacar adelante el plan que ha desarrollado de la mano de Deloitte.

Los planes del fondo contemplan una fuerte reducción de costes de 2,5 millones de euros (la empresa cerró 2013 con una facturación de 33 millones); la adquisición de otras empresas del sector con operaciones que previsiblemente incluirán canjes de títulos, y apertura a nuevos clientes, como las grandes firmas textiles catalanas, con alguns de las cuales ya han cerrado acuerdos.

Además, Dogi quiere impulsar su planta de Estados Unidos, que en el primer trimestre del año tuvo un ebitda positivo de 0,3 millones; y enderezar la española, que en este mismo tiempo tuvo unas pérdidas de 0,4 millones con la mitad de ventas (3,3 millones frente a los 7,6 millones de la planta norteamericana).

Después de cinco años atrapados en el valor, los inversores de la textil catalana Dogi van a poder volver a operar con sus títulos a partir del próximo lunes, gracias a que la CNMV ha dado luz verde a que la compañía vuelva a cotizar, tras analizar los planes que tiene para la compañía Sherpa Capital.

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