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La crisis se ceba con los satélites del euro: Dinamarca imita al Reino Unido en el respaldo estatal de la banca
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La crisis se ceba con los satélites del euro: Dinamarca imita al Reino Unido en el respaldo estatal de la banca

Vivían al margen. Quisieron hacerlo. Y ahora afrontan las consecuencias de la mayor crisis financiera en décadas y la más grande de la banca desde los

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La crisis se ceba con los satélites del euro: Dinamarca imita al Reino Unido en el respaldo estatal de la banca

Vivían al margen. Quisieron hacerlo. Y ahora afrontan las consecuencias de la mayor crisis financiera en décadas y la más grande de la banca desde los años 80. En EEUU, con un mercado atomizado al extremo, están casi acostumbrados los bancos en momentos de dificultades o recesión. Pero en Europa es otra cosa. Para los habitantes de la tierra del estado del bienestar y la estabilidad, ver caer un banco arraigado en la comunidad rompe los esquemas, como ha terminado ocurriendo en Dinamarca con el Roskilde Bank, una de las mayores entidades regionales danesas y el octavo del país por valor en bolsa.

El banco mantenía unas obligaciones superiores a los 5.000 millones de euros y se había declarado insolvente semanas atrás, lo que ha provocado la intervención del Banco Central de Dinamarca, que junto a Reino Unido y Suecia configura el eje tradicional de países euroescépticos con el euro, la moneda única de la Unión Europea (UE). La intervención del Roskilde le costará a las arcas públicas danesas un mínimo de 600 millones de euros, que supone la inyección inicial de capital para sanear su balance.

Según su propia autodescripción, la entidad calificaba de 'equilibrada' su cartera de créditos, pero bajo ese eufemismo se escondía un 45% de préstamos concentrados en el sector del ladrillo. Con 32.500 accionistas, 600 empleados y más de 100.000 clientes cumplía a la perfección la descripción de banco mediano en la esfera local, aunque extremadamente pequeño en el tablero internacional, donde las grandes áreas económicas se convierten en refugio frente a otras más pequeñas, especialmente, si tienen moneda propia. Según informa la prensa danesa, el Roskilde, que ha cambiado su marcapor The New Bank (El Nuevo Banco) vivirá a partir de ahora bajo latutela del banco central, que mira de cerca otras entidades como Trelleborg Bank.

Es otra de las caras de la crisis. Porque si ya es difícil obtener financiación para algunas entidades en la zona euro, para los bancos con base fuera de la unión monetaria los obstáculos crecen en altura. Dinamarca mantiene como divisa oficial en curso la corona danesa y, ante la próxima entrada en recesión económica del país, su valor en los mercados se ha deteriorado rápidamente: hasta un 10% frente al dólar estadounidense desde mediados de julio -su valor ante el euro está prácticamente anclado- Precisamente, Dinamarca aplazó sine die la consulta a sus ciudadanos sobre la adopción del euro, prevista para el último trimestre de este año, tras el 'no' de Irlanda a la Constitución europea. Sin embargo, la crisis financiera podría hacer cambiar de opinión al Gobierno que dirige Anders Fogh Rasmussen. Dinamarca ya rechazó al euro en el año 2000.

La libra y la inestabilidad bancaria en Reino Unido

Paradójicamente fue en mayo cuando Dinamarca tuvo que salir en ayuda de otro país, Islandia, para estabilizar su pequeño sistema bancario. Junto a los bancos centrales de Suecia y Noruega, los daneses extendieron unalínea bilateral de intercambio ('swap') de euros por coronas islandesascon el banco central de Islandia, Sedlabanki, por importe de 500millones de euros. Otro satélite de la eurozona es Reino Unido, con una economía más sólida y exponencialmente más grande, pero que ya ha vivido un episodio similar con la salida al rescate del Northern Rock o el intercambio de hipotecas por bonos del Tesoro, respaldados por el Estado, con distintos bancos, por 65.000 millones de euros.

Reino Unido ha visto en el último año como sus grandes bancos, salvo excepciones como el HSBC, Lloyds o Barclays, caían bajo el fuego de la crisis. Santander ha puesto de relieve las debilidades del sistema inglés barriendo en el mercado hipotecario a los rivales de su filial Abbey, gracias a la posibilidad de acudir a la liquidez del Banco Central Europeo (BCE) en lugar de al Banco de Inglaterra, que es más cara. Alliance & Leicester, comprado a precio de saldo por el propio banco español, ha sido uno de los últimos en caer. Standard Chartered, el RBS, Bradford & Bingley... La libra ha  sufrido una caída del 7% en las últimas semanas frente al dólar estadounidense, evidenciando el aislacionismo.

El propio Banco de Inglaterra lo reconocía este fin de semana. Según el nuevo subgobernador del banco central, Charles Bean, la actual crisis de los mercados financieros es comparable al menoscon la sufrida en 1970. El año pasado esto era una crisis financiera que pensábamos quecon un poco de suerte podría haberse superado en Navidad, pero se haalargado ya durante un año y parece que se extenderá aún por un periodode tiempo considerable, indicó Bean. Algunos analistas temen que pueda sufrir el síndrome islandés, en referencia a la inestabilidad, alta inflación e inestabilidad sobre su divisa que le generó a la isla nórdica la reciente crisis de sus bancos.

Vivían al margen. Quisieron hacerlo. Y ahora afrontan las consecuencias de la mayor crisis financiera en décadas y la más grande de la banca desde los años 80. En EEUU, con un mercado atomizado al extremo, están casi acostumbrados los bancos en momentos de dificultades o recesión. Pero en Europa es otra cosa. Para los habitantes de la tierra del estado del bienestar y la estabilidad, ver caer un banco arraigado en la comunidad rompe los esquemas, como ha terminado ocurriendo en Dinamarca con el Roskilde Bank, una de las mayores entidades regionales danesas y el octavo del país por valor en bolsa.

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