El Ibex termina en rojo un día más y pierde los 8.900 puntos

El Ibex 35 no sabe qué camino tomar. Y así ha estado toda la sesión, de arriba a abajo. Después de perder la semana pasada el 6,65% en el peor arranque de su historia, lejos de rebotar se dejaba otro medio punto porcentual en los primeros compases por debajo de los 8.900 puntos. A la media hora de sesión trataba de sacudirse las ventas con una subida del 0,9% que le permitía recuperar los 8.900 enteros de la mano de los bancos, con Santander a la cabeza de la tabla disparado más de un 2% por la mañana. Pero el esfuerzo era inutil y el selectivo ha entrado en un sube y baja en el que tan pronto está en positivo como vuelve a teñirse de rojo. Finalmente, el selectivo ha terminado esta primera sesión de la semana con una pérdida del 0,26%, con lo que se sitúa en los 8.886 puntos.

La corrección, suma y sigue. O mejor dicho, resta y sigue.

No en vano, todas las miradas siguen puestas en China donde sus mercados han experimentado esta madrugada un nuevo desplome a pesar de las medidas anunciadas por el Gobierno el pasado viernes para contener las caídas del yuan.

Y los valores que peor comportamiento están mostrando este lunes siguen siendo los relacionados con las materias primas, las más sensibles a la debilitación de la demanda por parte del gigante asiático. De esta manera, los valores más bajistas han sido OHL, que se ha dejado un 4,16% y Sacyr, que ha retrocedido un 3,27%. Los que mejor se han comportado han sido Gas Natural y Santander, que han ganado cerca de un 1%.

También el petróleo está sufriendo la presión bajista por la sacudida china y el Brent retrocedía por la tarde más de un 4% lo que lleva el precio del barril por debajo de los 33 dólares, cerca de sus mínimos de 2004. Por su parte, el crudo Texas de referencia en Estados Unidos también se deja un porcentaje similar y se vende en 32,4 dólares. Por el contrario, el oro se beneficia de su condición de valor refugio y repunta hasta los 1.104 dólares.

Así, la incertidumbre seguirá pesando entre unos inversores que no ven con buenos ojos la posibilidad de que exista una norma que permita a un gobierno abrir o cerrar un mercado como si de un 'interruptor' se tratara, que precisamente el mecanismo que ha creado China porque el pasado viernes expiraba el plazo de prohibición que había marcado en julio pasado para que los grandes accionistas (tenedores de un 5% de los títulos de una empresa o más) no pudiesen vender sus acciones hasta hoy.

"Esperamos que los mercados sigan comportándose con una volatilidad elevada debido principalmente a la incertidumbre sobre China y el impacto de su desaceleración en el crecimiento global", explican desde Renta 4. "Además, la desconfianza de los inversores en cuanto al funcionamiento y normativas de sus mercados, como el cierre automático o la prohibición de vender paquetes de acciones superiores al 5% de una compañía, seguirá pesando", afirman los expertos.

A esto hay que sumar que las medidas anunciadas por el banco central del país el viernes tampoco fueron tan contundentes como eran de esperar. Además de anular el mecanismo que bloqueaba las bolsas, el regulador decidió prorrogar las restricciones a la venta a los grandes accionistas que expiraba este lunes y el Banco Popular de China fijó el tipo medio oficial del yuan en 6,5646 yuanes por dólar para frenar su desplome.

En este sentido, José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi, asegura que si esperaban algo más contundente desde el Banco Central de China, "en el fondo, ha sido el mismo mensaje del resto de los bancos centrales: esperar y ver. Eso sí, con el objetivo futuro de hacer más internacional al Yuan y liberalizar los tipos de interés. A futuro, claro". Y añade: "Pero los mercados no esperan a ese futuro: suben o bajan a corto plazo", concluye.