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El discurso radical de Zapatero abre las puertas a la peronización de España

Zapatero política económica peronización

@S. McCoy - 21/09/2009

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Si la soflama lanzada a puerta cerrada por el Secretario General de los socialistas españoles en el Comité Federal de su partido es tal y como una de nuestras estrellas emergentes, Alberto Mendoza, relata en su crónica de ayer de El Confidencial, que nada hace suponer que no sea así, lo mejor que podríamos hacer las personas que aún conservamos algo de sentido común en la mollera, entre los que vanidosamente me incluyo, es salir corriendo de España y que el último cierre la puerta. Y si no lo hacemos será porque creemos que es momento de un ejercicio individual y colectivo de responsabilidad, frase desvirtuada por su manido y partidista uso político, acción que se traduce en una triple tarea: denuncia de la situación, propuesta de cambio e impulso para su implantación.

José Luís Rodríguez Zapatero ha logrado elevar a la categoría de certeza lo que podía parecer una sucesión de anécdotas. Así, tras la particular interpretación de Las Lanzas que supuso la nube de puños al alto de sus acompañantes en Rodiezmo -Rendición de Breda a la nostalgia de gestos casi olvidados- y las sucesivas recepciones cordiales de gobernantes populistas como Hugo Chávez o Evo Morales a los que los intereses económicos de nuestro país les importa un pimiento, el Presidente del Gobierno ha decidido salir del armario de la falsa retórica grandilocuente (libertad, solidaridad, igualdad, paz) y abanderar él mismo la bandera de la radicalidad en el peor momento, abandonándose en brazos de los sindicatos y propugnando la reforma empresarial por delante de la laboral. Con un par. Un discurso trasnochado de vuelta a los orígenes del socialismo que, seguramente, perseguía acallar las voces disidentes que, en el partido, propugnan una política económica ortodoxa y distinta a la que viene llevando a cabo. Colectivo frente a individuo. Trabajo frente a capital. Agrupémonos todos en la lucha final.

Se trata de una proclama para consumo interno de su elite militante que encierra, no obstante, importantes claves para quien sepa interpretarlas: desprecio de la opinión de un empresariado que, a su juicio, se encuentra en la génesis de la crisis por su falta de visión de ciclo, su apuesta por la industria de escaso valor añadido y su exceso de endeudamiento (y desgraciadamente no le falta razón); apoyo en los sindicatos como interlocutores válidos, garantes de la paz social, configurándose Cándido Méndez en una suerte de cuarto Vicepresidente en comunicación permanente con el jefe del ejecutivo (ABC, Valentí Puig. El valido sindicalista en Moncloa); preeminencia de la acción asistencial del gobierno sobre la productiva a la espera de que escampe, si es que lo hace.

Tres elementos que, perpetuados en el tiempo, se traducen en una mayor dependencia del conjunto de la sociedad de la acción del Gobierno y, en definitiva, en una suerte de peronización donde el ansia de perpetuación en el poder de la populista clase dirigente trae como consecuencia la consolidación de los déficits tanto públicos como exteriores de la economía; la aniquilación, vía impuestos, de las clases medias en aras de una falsa solidaridad; la fuga de capitales tanto dinerarios como humanos; la destrucción del tejido productivo; el deterioro de la seguridad jurídica y, finalmente, una conflictividad ciudadana mucho mayor de la que se quiere evitar en primera instancia. Crucen el Atlántico, váyanse todo al Sur que puedan y verán lo que hay.

Alguno podrá argüir que esta reflexión es exagerada y que España se encuentra muy lejos de vivir una situación siquiera remotamente parecida a lo acontecido en Argentina en el último medio siglo. Bueno, miren el ejemplo de Andalucía, por donde iba a comenzar ese cambio que los socialistas prometen, de nuevo, 27 años después. De su población activa, tres de cada diez trabajadores están en el paro y uno de cada cinco forma parte de la función pública. Unan a esto los que viven del PER y similares y verán que más de la mitad de la masa laboral andaluza depende del Estado, por acción o por omisión. Un voto, otro voto, uno más… ¿Qué me dicen ahora? La tentación de gobernar para asegurarse la papeleta adecuada en la urna es demasiado elevada… Voto cautivo, voto seguro. A los hechos me remito.

La tabla de salvación para nuestro país, aunque algunos se empeñen a apostar justamente por lo contrario confundiendo en este caso la necesidad con la realidad, es la pertenencia de España al euro como moneda y a la Unión Europea como única institución supranacional capaz de imponer una disciplina presupuestaria de la que nuestros gobernantes carecen. Una orientación exterior que, si no se acometen las reformas estructurales que España necesita, y que comienzan por el modelo de estado, nos pueden condenar a muchos años de languidecimiento. Su obligación es fijar el marco; la nuestra, adaptarnos a él del mejor modo posible. No al revés. Desgraciadamente, y en contra de lo que piensa el Gobierno, la solución ha de venir de dentro afuera y no de fuera adentro, escenario este último que únicamente permitiría perpetuar los desequilibrios en el tiempo.

De ahí que, desde mi modesta opinión, sea fundamental un borrón y cuenta nueva en el proceso democrático español. Una reflexión profunda sobre el camino andado estos casi 35 años que lleve a un Pacto de Estado entre las grandes fuerzas políticas nacionales para recuperar todo aquello que nos hace fuertes como nación y sirve para construir un futuro mejor para cada individuo y para el conjunto de la sociedad. Somos, en el mundo globalizado actual, una unidad de destino en lo universal, valga la trasposición temporal del logo franquista. A ver si nos damos cuenta. La voluntad colectiva debe imponerse ya al interés individual de regiones o sectores concretos y eso requiere una firme determinación política conjunta para su imposición. Pero me da a mí que ni a derecha ni a izquierda hay mimbres, ni alcance de miras, para esta cesta, voz que clama en el desierto. En fin, buena semana a todos.

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Opiniones de los lectores (206)

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206. usuario registrado JOTALE21/09/2009, 22:53 h.

#198 Su hermano casi quiso serlo. Todavía recuerdo su imagen en un cochecito tipo cady por Serrano con el megáfono. Otro que levantaba pasiones, tantas como un gazpacho helado en Enero. Ese, el Johnny Walker, al menos era bueno como profeta.

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205. usuario registrado beppe21/09/2009, 22:50 h.

pues voy a opinar sobre Rajoy
a mi lo del liderago me la trae floja; este, muy inteligente, lleva el lastre de la caverna; porque no se le da una oportunidad?
porque no es como Aznar, un españolazo excluyente? menos mal
a darsela, peor no podemos estar

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204. usuario registrado jonhy21/09/2009, 22:48 h.

#110 Mc Coy,
Veo opiniones favorables a una salida de España del Euro. ¿por qué no pones orden con un artículo que introduzca un foro sobre ese tema?
Una devaluación libre nos llevaría a la autarquía que ya vivió España. Dentro del Euro es como si tuviésemos un crédito para salir de manera menos traumática de una situación de crisis económica. Ahora bien, si esperamos a que termine el mandato de ZP quizá el crédito esté agotado.

Lo más grave de la situación que estamos viviendo es el trabajo sucio del Gobierno para no dejar que su partido rival salga beneficiado de cualquier tipo de Pacto Social. Están jugando con nuestro futuro.
Desde hoy pondré mi granito de arena en la lucha contra este Gobierno que debería confesarse en público y dejar que volvamos a votar. A ver si así el PP pone a alguien con más garantías que Rajoy para echar a ZP.

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203. usuario registrado JOTALE21/09/2009, 22:47 h.

Y eso es exactamente lo curioso. Se escoge a un indigente intelectual, que lo máximo conseguido es ser agregado en una universidad en la que ni opositó, que nunca tuvo cargo público ni privado, que además trata a sus votantes de tarados mentales, solo hay que ver las memeces, felonías, negaciones de la realidad, que no hay foro internacional donde no haga el idiota, que despilfarra el dinero desde que llegó, que nos iba a llevar a Europa y hemos terminado en la liga senegalesa, no pega palo al agua ni lo ha hecho nunca, se le vota por dos veces y ahora....pues eso
La culpa la tiene Rajoy que no emociona. Lo demás no cuenta. Mejor un Pepiño que un Montoro, o un Sebastián que un Rato, o una Bibi que una Esperanza Aguirre y cien más, que siguen siendo del PP y enseñando como se lleva una economía, con y sin gracias andaluza o leonesa.
Pues nada, vótenle por tercera vez y, así, con un poco de suerte, devuelven a Africa las pateras pero como tripulantes. Va a ser emocionantísimo ver esa política del "somos rojos y solidarios" en los próximos siete años.

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202. usuario registrado JOTALE21/09/2009, 22:36 h.

No se yo que pintaría J.Garrigues W. de presidente. Desde luego de líder tenía poco, otra cosa es que fuera honesto.
Que Rajoy no entusiasme con su discurso está claro, pero lo que está más claro es que aquí, en España, no buscamos personas que resuelvan problemas, sino que nos halaguen el oído.
La prueba ha sido el propio ZP. Nadie que estuviera en su sano juicio o tuviera [lo siento por los que se ofendan, no va por insultarles el comentario] dos cm3 de masa cerebro, podría pensar que, a la vista de lo que hizo el PSOE de Felipe González, que le daba cien y raya a este, un melón como ZP iba a traernos otra cosa que no fuera lo mismo que el anterior pero aumentado.
Ese es el problema, la capacidad de raciocinio del español medio, no el "salero" de Rajoy, que a mi tampoco es que me entusiasme.
Luego se podrá revestir de discurso que si anti Bush, que si Irak, que si los berberechos que tintó el Prestige, etc., etc.; pero la realidad está ahí. Para un dirigir un país en un medio económico como es el capitalismo de libre [dentro de lo que cabe] mercado, se escogió a un partido que ya lo había arruinado y a un presidente, del que lo único que se conocía eran sus siestas.

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Experto financiero que escribe Valor Añadido. Es un incisivo analista que despertó el interés de nuestros lectores con sus brillantes y didácticos artículos sobre empresas, sectores y tendencias del mercado.

 

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