Las acciones de Citigroup han caído durante la sesión del jueves por debajo del dólar por primera vez en su historia tras desplomarse más de un 13% en el parqué de Nueva York. Finalmente, han conseguido aguantar ligeramente por encima de esta barrera psicológica al moderar su desplome al 9,7% al cierre, pero las cosas no pintan bien para uno de los mayores bancos de Estados Unidos. La fuerte corrección que ha sufrido Wall Street -por encima del 4%- después de que el miércoles lograra rebotar, sumada a la 'cornada' que ha propinado hoy Moody´s al sector financiero de Estados Unidos -pone en perspectiva negativa a JPMorgan, Bank of America y Wells Fargo como paso previo a una bajada de su calificación crediticia-, ha provocado que la entidad se encuentre en caída libre.

Pero lo de este jueves no es más que la puntilla para uno de los bancos más sacudidos por la crisis financiera. Citigroup ha roto la barrera psicológica del dólar por acción ante las crecientes preocupaciones de los inversores por el futuro de la entidad. Citigroup comenzó su particular vía crucis desde sus máximos del 18 de diciembre de 2006, cuando cada título se vendía a 57 dólares, siendo septiembre de 2008 el definitivo principio del fin, cuando los bancos norteamericanos mostraron su peor cara tras la quiebra de Lehman Brothers.

De hecho, Citigroup perdió 18.715 millones de dólares frente al beneficio neto de 3.617 millones que registró el año anterior, por lo que se vio obligado a dividirse en dos negocios separados, Citicorp y Citi Holdings, para optimizar el global. Además, la semana pasada convirtió 25.000 millones de dólares de acciones preferentes en ordinarias para permitir al Gobierno de Barack Obama controlar hasta un 36% del capital. Una decisión que se produjo después de que la entidad ya recibiera un salvavidas de 45.000 millones de dólares por parte de la administración que fue insuficiente.

Los inversores continúan muy preocupados porque el constante deterioro económico y los activos tóxicos de las hojas de balances, que siguen saliendo a la luz, desemboquen en una nacionalización de los mayores bancos del país. Una posibilidad, por otro lado, que Obama ha descartado ya que espera que las entidades "continúen en manos de capital privado", al menos de momento.

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