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El cuento del prepotente, con razón, que debería ser prudente, con más razón todavía

@S. McCoy - 21/10/2008

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Interesante, muy interesante, el discurso pronunciado por Emilio Botín la semana pasada en la Conferencia de Banca Internacional organizada por el Santander y que ha encontrado extraordinario predicamento en numerosos medios nacionales y extranjeros. Este mes el equipo de comunicación del banco se ha ganado el sueldo. Quien paga manda, y en este caso, manda mucho. Botín dedicó su plática a repartir, de modo educado, eso sí, estopa a diestro y siniestro. Todo envuelto en un conjunto de perogrulladas sobre el negocio que deberían hacer enrojecer, por lo evidente y escasamente cumplimentado, a numerosos gestores bancarios a nivel mundial. Más sabe el banquero por banquero que por gestor, venía a decir. Una definición que se queda corta para definir al personaje, como veremos un poco más adelante. Pena que al hablar de ese “negocio recurrente, bien gestionado, basado en la relación con el cliente a largo plazo, rentable y que no necesita inversiones en títulos y estructuras financieras opacas para obtener beneficios”, no hiciera sino meter el dedo en el ojo de unos afectados por los bonos de Lehman que, producto de su ignorancia, los más, y su codicia, los menos, confiaron tanto, tanto, tanto en sus asesores de banca privada que ahora se encuentran con una mano delante y otra detrás. Es lo que tiene la presión desde arriba y la caída de márgenes de la actividad tradicional. Que se abre una espita y… ¡boom!, te estalla el juguete en las manos.

Botín se siente libre de pecado lo que, a su juicio, le da derecho a arrojar cantos rodados a quien se ponga por delante. Un ejercicio temerario en el entorno actual donde, como en el abolido servicio militar, quien asoma la cabeza tiene todas las papeletas para quedarse de guardia. Que se lo digan si no a ING y al bueno de Bueno que, en la penúltima del Magazine de El Mundo de este domingo, aún ensalzaba, a la vez que el gobierno holandés daba árnica a la entidad que le paga, las bondades de un mundo de color naranja. Menudo timing. La experiencia aconseja permanecer en la reserva a la espera de que no se produzca la tan poco deseada llamada a las filas de la desconfianza o las necesidades de capital. El Santander ha acumulado en los últimos meses una notable exposición a tres de los mercados locales más tocados, económica, inmobiliaria y financieramente hablando, como son Estados Unidos, España y Reino Unido y no deja de estar sujeto al devenir de los bonos soberanos de países emergentes -donde el desarrollo del crédito es menor y consecuentemente también el impacto de la morosidad- como Méjico y Brasil que, en efecto, se encuentran de una situación de partida más saneada que en crisis precedentes, pero no son inmunes. Frente a la prepotencia, prudencia. Aunque hayas vuelto a ser, una vez más, el más listo de la clase.

¿A qué viene eso? La noticia la llevaba ayer el Wall Street Journal en su edición impresa. El titular invitaba, sin duda, a huir de ella como de la peste ante la falta de sex appeal. Obscure tax breaks raise cost of U.S. rescue o, dicho en castellano nuevo, “Extrañas concesiones fiscales encarecen el rescate financiero en Estados Unidos”. Perezón de perezones, la verdad. Sin embargo, de ese modo tan inocente llegó ante mí la verdadera razón de por qué es precisamente ahora cuando el Santander ha decidido acometer la compra de Sovereign Bancorp en los Estados Unidos. Una operación por el 75% que aún no poseía, que le puede salir finalmente casi gratis al banco español si nos atenemos a las reformas tributarias que se han implantado en aquél país en los últimos meses y que hacen referencia, a las minusvalías derivadas de las participaciones preferentes en Fannie Mae y Freddie Mac, nacionalizadas de facto por el gobierno, por una parte, y, desde el 30 de septiembre, a la abolición de cualquier limitación al aprovechamiento de los créditos impositivos de sociedades bancarias adquiridas que tengan pérdidas en su cartera de préstamos, por otra. Una medida unilateral, y retroactiva ¡¡¡hasta tres años!!! del Tesoro que ha sido impuesta por éste a las estupefactas Cámaras de Representantes.

El efecto sobre la adquisición de Sovereign por parte del Santander es indudable. No sólo el banco norteamericano fue uno de los más afectados por el colapso de las GSEs, que supusieron un golpe de 600 millones de euros a su cartera de valores, tal y como informó Cotizalia en su día, unas pérdidas que ahora serán tratadas como minusvalías ordinarias y no de capital, sino que además la entidad cántabra no tendrá que esperar los veinte años a los que la regulación anterior vinculada el aprovechamiento de las bases imponibles negativas, tanto acumuladas, que alcanzan ya los 2.000 millones de dólares, como potenciales que se pudieran producir una vez analizados los libros de la adquirida. Los 1.900 millones de dólares, ofertados a través de papelitos, un esquema similar al de la compra de Alliance & Leicester, pueden ser prácticamente recuperados a través de la penúltima línea de la cuenta de resultados. Poco consuelo después del fiasco que esta inversión ha supuesto en los últimos años para la financiera española. Pero consuelo al fin y a la postre. Ahora se entiende la pataleta de Citigroup ante la compra de Wachovia por parte de Wells Fargo. Si nos atenemos a lo publicado por el WSJ, la aplicación de la normativa antes señalada puede llevar al comprador a tener plusvalías fiscales ex ante como consecuencia de su aplicación. Lo nunca visto.

La fiscalidad es una constante en el día a día del Tito Botín, como ya se pusiera de manifiesto con la compra de Abbey donde la deductibilidad del fondo de comercio que faculta la ley española le permitió abaratar el coste de la adquisición frente a otros posibles interesados. Una consideración imprescindible para quien no es un banquero al uso sino un trader a gran escala o, como lo define un lector, "un auténtico mercantilista, un fenicio (en el sentido positivo), un negociante e incluso un tendero, que compra y vende continuamente cualquier cosa, que no se casa afectivamente con nada y que si cree que puede vender algo caro lo hace al momento, y si cree que tiene a tiro algo barato no duda en comprarlo. Y hasta la fecha su intuición ha sido muy beneficiosa para él y los accionistas casi siempre". El problema es que, en la coyuntura actual, el margen de error es muy limitado y cualquier equivocación lleva aparejada, sin duda, un severo peaje a abonar. Cuidado con cantar victoria antes de tiempo. La crisis va a ser larga y sus implicaciones imprevisibles. Hasta ahora, Santander se ha posicionado como uno de los vencedores de la contienda. Pero si algo hemos aprendido estos días es que la frontera entre el éxito y el fracaso es una frágil línea demasiado fácil de traspasar. No es momento de sacar pecho sino de administrar las fuerzas. No vaya a ser que salga el safety car y el resultado final sea completamente distinto.

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Opiniones de los lectores (54)

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54. usuario registrado Club Valientes1, 21/10/2008, 22:59 h.

No me cae mal el Santander, de hecho soy cliente y accionista; pero que no me vengan con historias de lo bueno que es Botín haciendo negocios.
Que yo sepa se ha metido en muchos charcos que han hecho perder mucho dinero; aunque no han sido practicamente publicados. De hecho ahí está mi experiencia:
En Dic-2000 acudí a una ampliación de capital del Santander por 11 €, me dijeron que era oro molido. Al poco tiempo vino el batacazo de Argentina, donde perdió un par de billones de pesetas, sin que nadie lo proclamara.
Ahora, después de 8 años y muchas operaciones geniales de compras y adquisiciones, me encuentro con las acciones a 9,28 €.
¿Qué he ganado si lo que compré a 11 en el 2000 me vale 9.28 en el 2008?
Lo único bueno es que sigue repartiendo dividendos. En cuanto deje de hacerlo es un banco basura más.

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53. usuario registrado desde londres1, 21/10/2008, 19:26 h.

hola a todos,

- en el caso del Abbey, los accionistas recibieron 1x1 mas 31 peniques por accion en metalico, lo cual fue un buen negocio para el BS (BS valoraba las acciones a £5.20 cuando 3 anos antes Lloyds ofrecia £13)

-en el caso del B&B, el BS el acuerdo fue de £612m por los ahorros, que es donde esta el negocio.

- para A&L, la oferta fue 1x3 mas un dividendo de 18 penique por accion, lo cual es como un 40% menos que el valor de la accion el dia anterior a la oferta, tampoco esta mal.

cuidense.

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52. mmm...1, 21/10/2008, 18:57 h.

Si algo distingue al Sr. Botin y sus acólitos es su persitencia en todo, hasta en sus equivocaciones. Así es que no me extrañan determinadas intervenciones.

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51. Bahaetnin1, 21/10/2008, 18:37 h.

Santander sin Abbey: tarta de 100 trozos. Santander con Abbey: tarta (más grande que la anterior) de 110 trozos. Las compras con acciones nuevas (ampliación de capital) no disminuyen per se el valor de la acción. Si el precio que pagas es menor que el valor de lo que compras (todas las acciones, antiguas y nuevas, aumentan su valor). Si el precio que pagas es mayor que el valor de lo que compras (todas las acciones, antiguas y nuevas, disminuyen su valor).

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50. usuario registrado agarcía1, 21/10/2008, 18:28 h.

Pectos 44, no pretendía abrumarle a usted ni a nadie, sino recordar que cuando se ensalza a un banquero que nació banquero paro morirá conpraventero (de altura sí, pero experto en almonedas) del cual aún queda por ver si noticias recientísimas no ponen en su sitio tanta arrogancia como la ponía cuando iba o declarar por cosas que Hacienda no le hubiera perdonado a usted, ni a mi, lo que hay que pensar es en lo que realmente se necesita en España. Que es algo más que las hazañas de un pasiego espabilado que compra bancos como compraría vacas, sin inglés, sin masters (ni falta que le hacen), y sin provecho especial mas que para sí y para su saga, y para el festival de Música de Santander, gracia de la mucho más pulida de su señora Paloma O´Shea.
De acuerdo que el alegato me ha quedado plasta y brumoso, además de mal escrito bajo un agobio de teléfono, pero entre tanta chocante satisfacción por el éxito de nuestro banquero número uno y la extraña unanimidad ante el plan para salvarlo si el éxito no fuera tanto como parece, uno se queda abrumado pensando si nos estaremos volviendo locos y la tormenta perfecta que creemos ver acercarse, solo la vemos cuatro alucinados.

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@S. McCoy

Experto financiero que escribe Valor Añadido. Es un incisivo analista que despertó el interés de nuestros lectores con sus brillantes y didácticos artículos sobre empresas, sectores y tendencias del mercado.

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