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“El mundo anglosajón está buscando compañeros de viaje en su caída”, fue el mensaje que José Luis Escrivá, economista jefe del Grupo BBVA, lanzó a Citigroup, después de que el castigado banco americano -que ayer confesó las mayores pérdidas de su historia: 10.000 millones de dólares-, publicara un demoledor informe sobre el sector inmobiliario español titulado The Pain in Spain. A las críticas de las cajas de ahorros, que recomendaron a Citi “que arregle primero su casa” se unió ayer Escrivá en las jornadas Diversificación del sector inmobiliario y perspectivas para los diferentes segmentos, convocadas por Asprima.

El economista de BBVA reconoció, no obstante, que “estamos en el ojo del huracán internacional. El sector inmobiliario español se está mirando con absolutísima lupa desde fuera”. E intentó dar una explicación: “Hasta ahora ha habido mucha financiación exterior, pero en estos momentos hay mucha aversión al riesgo hipotecario y es fácil encontrar paralelismos con otro país muy dinámico”. Con todo, Escrivá, fiel a los datos del último informe Situación Inmobiliaria, insistió en calificar de “desaceleración relativamente suave” el ajuste inmobiliario en curso, que se cobrará en términos brutos medio millón de empleos entre 2008 y 2009. Año éste, por cierto, en el que la entidad presidida por Francisco González prevé que el sector tocará suelo. El economista volvió a echar mano de los datos de morosidad de banca y cajas y volvió a obviar la dudosidad hipotecaria de los Establecimientos Financieros de Crédito (EFC’s) a los hogares para adquisición de vivienda, que supera al 4% en el tercer trimestre, según la AHE. “Seguro que no va a haber pérdidas con los títulos hipotecarios españoles”, auguró. Lo que sí repitió es la reducción en vertical del crédito a promotores hasta crecer un 10% en 2008, desde niveles del 40%, al tiempo que pronunció la palabra “austeridad”.

Renedo, de la Asociación de Centros Comerciales: “Hemos cebado la bomba y ha rebasado”

Respecto a la salud del sector inmobiliario español por segmentos, si algo quedó claro en la jornada de Asprima de ayer fue que cualquiera aparte del residencial va mejor. Así, los representantes tanto de la patrimonial Testa, Fernando Rodríguez-Avial Llardent; como de la Asociación Española de Centros Comerciales, Javier García-Renedo Martínez; y de la industrial Napisa, Ángel Moreno Olivares, comenzaron su speech relatando cómo habían vivido anteriores crisis. Detalle éste de cómo se respiran los ánimos en el sector. “Hemos cebado la bomba y la bomba ha rebasado”, es el diagnóstico de Renedo.

Precisamente, José Manuel Galindo, presidente de Asprima, en representación de los promotores, pidió sensibilidad al mercado financiero -Banco de España incluido-, para poder continuar construyendo durante los dos o tres años que durará el ajuste entre la oferta y la demanda. De lo contrario, en los próximos años se dejarán de edificar muchas viviendas si las entidades bancarias no proporcionan crédito, “aunque sea más caro”. Galindo reconoció que “el sector de la construcción dejará de ser en un futuro próximo el motor de la economía”, aunque puntualizó que “esta evolución tampoco supondrá una debacle”. Con todo, quiso dejar claro que este llamamiento no supone una demanda de intervención de ningún órgano concreto en el sector, en feferencia a la posibilidad de que el lobby G-14 haya solicitado al Gobierno una línea de créditos blandos a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO).

Los ‘jamases’ de Taguas

En la misma línea se manifestó el director de la Oficina Económica del Presidente, David Taguas, el hombre más requerido por la prensa en un acto menos concurrido que de costumbre. “El G-14 jamás se ha acercado al Gobierno para pedirle a la banca que abra el grifo”. No fue su única negación: también rechazó que las autoridades española y francesa hayan negociado una salida digna de Sacyr en Eiffage, que el Gobierno vaya a intervenir “jamás” en el sector financiero, y que España se enfrente a un escenario de recesión. Taguas, que se refiere al grupo al que pertenece como “nosotros, los economistas”, predijo que el ajuste inmobiliario durará “dos o tres trimestres” y cifró en 300.000 los empleos que se cobrará en los próximos años.

Como mensaje electoral a los votantes socialistas de Zapatero, insistió en que "debe evitarse a toda costa" que la subida de la tasa de inflación, que se situó en el 4,2% en 2007, se traslade este año a los salarios durante los procesos de negociación colectiva ya que "todos perderíamos". Taguas, que clausuró la jornada, sitúa el fin del repunte de la inflación, curiosamente, en el mes de marzo.

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