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Miércoles, 25 de abril de 2007 (Actualizado a las 14:08)
 
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PUNTO DE VISTA

Astroc ofrece reflejos de Terra en su cotización, que sufre estocadas de pánico

Astroc cotización pánico

@Jesús García - 24/04/2007

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De la irrazonable a lo inexplicable hay sólo un paso, aunque sea en unos meses. Que una inmobiliaria valorada en su salida al mercado en poco mas de 800 millones de euros alcance en unos meses los 9.000 millones y se convierta en una de las 20 mayores empresas de la bolsa española puede parecer acorde con los tiempos de exuberancia. Los que buscan fundamentales no los pueden encontrar.

Es un fenómeno meramente especulativo, de los que avivan la avaricia en los mercados, que surge de vez en vez, sin motivo aparente y pese a todos los pronósticos.

Podemos recordar lo mal que lo pasó nuestro columnista McCoy cuando público aquel célebre artículo titulado 'Astrocanadas en la bolsa' y por el que tuvo que rectificar. A ver si va a resultar que en sus planteamientos llevaba razón, aunque nadie contaba con esa explosiva subida del valor. Léanlo si lo desean y saquen conclusiones, merece la pena.

La acción fija cambios a 6,67 euros porque así lo valoraron los bancos de inversión, pero la cosa se empezó a complicar. Enrique Bañuelos, 41 años, entre la licantropía bursátil y la filantropía a través de sus fundaciones, se labró en pocos meses una imagen un tanto increíble, de inteligencia superior.

Operaciones como la compra de Landscape, que fue después troceadita, empaquetadita y casi entera vendedita, así como su facilidad por atraer a ricos. Ahí están Amancio Ortega, la familia Nozaleda o la mismísima Caixa Galicia, sin olvidarnos de la presencia inicial del Sabadell se convirtieron en sello personal e impronta de un joven emprendedor muy prometedor. No hay mejor atracción que en tu empresa entren grandes empresarios, fortunas personales y entidades financieras.

Es un reclamo sin igual, por encima de que se entienda o no el negocio de la gestión del suelo y se comprendan las cuentas de la empresa, sin olvidarnos del escaso free float, ahora en torno a un 20% que hace de la compañía un pellizco fantástico para los day traders y para aquellos que les gusta el juego de la iliquidez mezclado con las expectativas fantásticas.

La salida a bolsa de esta inmobiliaria y otras se ha hecho en el momento más alto del ciclo, con lo que la comparación con otras resultaba absolutamente rentable, por no decir espectacular, incluso irreal. Es la línea que marcan los mercados cuando están reventones. Nadie quiere ver la realidad si eso supone perder un duro. Es la lógica de ésta y cualquier bolsa, pero los fenómenos paranormales a veces no tienen explicaciones. Y lo inexplicable produce miedo. Ahí están las últimas media docena de sesiones que han pulverizado casi 5.000 millones de euros en capitalización bursátil amén de que Bañuelos seguramente saldrá despedido de la lista de Forbes, con menos alegría con la que entró.

Enrique Bañuelos permanece parapetado tras unos hechos relevantes que no explican nada porque no hay nada que explicar, así que tendremos que llegar a la conclusión de que el informe de auditoria de la empresa publicado hace unos días es sólo una excusa de los que querían vender. Parece válido de todos modos que exista una menor confianza cuando se observa que una parte de los beneficios procede de operaciones entre el propietario y su fundación y que puede haber algunas incertidumbres regulatorias. Del mismo modo que las compras compulsivas o la entrada de accionistas de renombre sirvieron de revulsivo para la explosión alcista del valor, ahora la factura se recrea en estos asuntos, aparentemente nimios. También el fin de ciclo inmobiliario parece cercano.

Así son los castillos en el aire de los mercados, que cuando sopla el viento se tambalean. Astroc sufre un terremoto bursátil de desconfianzas varias, aparte de otra sobredosis de especulación vendedora. Aun así todavía cotiza a casi tres veces el precio al que salió. Los bancos de inversión que valoraron la empresa debieron quedarse turulatos al observar su evolución cercana y quién sabe si ahora consiguen algún argumento más para explicarse sus actuaciones iniciales.

Hay cierto reflejo en la cotización de Astroc al fenómeno bursátil de Terra, aunque la inmobiliaria tenga un sostén muy superior activos y sea necesario saltar las distancias, pero el comportamiento irracional de los 76 euros de febrero recuerda aquellos 144 de la internetera que llegó a capitalizar más que el Popular.

Astroc ha llegado a capitalizar en bolsa lo mismo que MAPFRE, Cintra, Gamesa, Inmocaral -preñada ya de Colonial-, Telecinco, Bankinter, Acerinox, Red Eléctrica, ENAGAS, Sogecable, Aguas Barna, Iberia, Antena 3, Indra y NH Hoteles. Por citar algunos de los actuales del Ibex.

Cuando la presión vendedora entorpece la cotización y provoca estocadas de papel que obligan a abrir las compuertas de los rangos dinámicos y los estáticos, durante varios días seguidos y el valor cede un 43, un 37, es que la herida es grande y sangra por los cuatro costados. Bañuelos puede permanecer callado, pero nadie mejor que él que conoce al dedillo su empresa puede dar explicaciones. Mientras, repasen las teorías de los castillos en el aire, lean a Malkiel, a Galbraith, al mismísimo Buffet y disfruten en sus ratos libres. Siempre y cuando no se haya quedado pillados con Astroc. Su propietario, todavía gana desde la salida.

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Opiniones de los lectores (1)

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1. ArenollasMartes, 24/04/2007, 10:54 h.

¿Por qué la cnmv no ha dicho nada de la valoración usada por todas las inmobiliarias que salieron a bolsa el año pasado? ¿Es que no tiene importancia? Toda vale en este mercado de papel.

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