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Los "bárbaros" de Wall Street también se jubilan: KKR ya tiene lista su sucesión
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La firma precursora del capital riesgo nació el 76

Los "bárbaros" de Wall Street también se jubilan: KKR ya tiene lista su sucesión

Es una de las firmas de 'private equity' más grandes del mundo. A sus 73 años, los fundadores han decidido trazar el plan de sucesión. El relevo generacional también llega al capital riesgo

Foto: Henry Kravis y George Roberts, fundadores de KKR. (KKR.com)
Henry Kravis y George Roberts, fundadores de KKR. (KKR.com)

A los fundadores del capital riesgo, tal y como los conocemos ('private equity' para el mundo anglosajón), les llega la hora de colgar las botas. Por ello, como toda empresa preocupada por su supervivencia a largo plazo, han decidido abordar una de las cuestiones más peliagudas: el relevo generacional. Henry Kravis y George Roberts, creadores de KKR y primos carnales, han comunicado quienes serán sus sucesores. Scott Nuttall y Joseph Bae, hombres de la casa. Sobre el papel, asumirán las riendas de la compañía. Sin embargo, Kravis y Roberts, la K y la R de las siglas que dan nombre al megafondo (la otra K es la del tercer fundador, Jerome Kohlberg, que abandonó la compañía en 1987 y falleció en 2015) están lejos aún de soltar el timón. Seguirán vinculados al fondo que fundaron en 1976. Siguen trabajando a diario en sus oficinas y quienes les conocen creen que pasarán muchos años hasta que decidan abandonar el negocio definitivamente.

Su aportación al mundo de las finanzas de las últimas décadas ha sido clave. Se les conoce por revolucionar las operaciones corporativas en los años 80, tiempos de desenfreno en Wall Street. En términos económicos, la novedad que aportaron –o popularizaron– se denomina 'leveraged buyout' (compra apalancada), que no es más que adquirir una compañía recopilando deuda de fondos de terceros.

placeholder El CEO de KKR, Henry Kravis. (EFE)
El CEO de KKR, Henry Kravis. (EFE)

Aunque les pese, su nombre quedó sellado para la historia por la famosa opa hostil que realizaron sobre RJR Nabisco. Corría el año 1989 cuando levantaron fondos privados por más de 25.000 millones de dólares para quedarse con la compañía de las galletas Oreo, las chocolatinas Snickers o las marcas de tabaco Camel y Winston. Con ese enorme apalancamiento lanzaron una oferta ganadora de 31.100 millones de dólares. El culebrón alrededor de la adquisición se inmortalizó a través de la literatura, con la obra 'Barbarians at the gate', que posteriormente fue llevada al cine. Una obra que rechaza la firma, ya que entiende que "Bárbaros a las puertas", una metáfora de lo que le esperaba a RJR Nabisco, no refleja su estilo. Lo cierto es que tras hacerse con RJR Nabisco, KKR la fileteó para ir vendiendo sus partes y pagar así la deuda contraída en la compra.

placeholder Restaurante de Nueva York donde dedicieron crear KKR. (Foto de KKR.com)
Restaurante de Nueva York donde dedicieron crear KKR. (Foto de KKR.com)

Esta operación puso en el mapa a tres empleados del malogrado banco de inversión Bear Stearns, que coducían un fondo de inversión pero chocaban en sus aspiraciones de crecimiento con la propia entidad en la que trabajaban. Por ello, en 1976 decidieron fundar KKR en una cena del restaurante neoyorkino Joe & Rose. Kravis y Roberts tenían 32 años. Seis años después, en 1982, fueron capaces de levantar capital institucional de distintos fondos de pensiones del cuerpo de bomberos o de maestros de Oregón, Washington o Michigan. Para 1982, KKR ya había acumulado sus primeros 1.000 millones de dólares.

Foto: El último rugido del gran oso: Bear Stearns (1923-2008)

La firma centró su actividad en América hasta que en 1999 decidió cruzar el charco y establecerse en Londres. La diversificiación geográfica siguió adelante y en 2004 se implementó también la separación por estrategias y sectores. Los responsables de la firma rechazan esa fama de personajes fríos y calculadores que les otorga 'Barbarians at the gate' porque en la actualidad se consideran un fondo muy industrial, donde intentan aportar su valor añadido como proveedores de soluciones financieras. Según KKR, el tiempo medio de permanencia en una compañía son siete años. En la actualidad, su porfolio es de 40% América, 40% Europa y un 30% ya es Asia, lugar al que llegaron en 2007. Poco después, en 2009, se fijaran en los mercados de Oriente Medio, donde también están presentes.

Han pasado de tres empleados a 1.700 y tienen cerca de 100.000 millones en activos bajo gestión

Desde la cena en el Joe & Rose de Nueva York​ hasta hoy han transcurrido 41 años. Han pasado de ser tres empleados a 1.700 y tienen cerca de 100.000 millones de dólares en activos bajo gestión. En el año 2009, ya como una gestora de fondos global, decidieron salir a bolsa. Desde 2010 cotizan en el NYSE. Sus acciones han pasado de 9,69 dólares en 2010 a más de 19 actualmente.

Presencia creciente en España

Henry Kravis conoce España desde hace décadas. Según fuentes cercanas, viene todos los años. Pasa temporadas enMadrid, también en París. Bien relacionado –cuenta con amistades en las altas esferas empresariales–, decidió empezar a invertir en España en 2010. El olor a oportunidades que había dejado la crisis no pasó desapercibido para KKR. De hecho, ya lleva invertidos aquí más de 4.600 millones de euros. Su primera apuesta por España se remonta a 2008 cuando fichó a Jesús Olmos, ex de Endesa, al frente del equipo de infraestructuras para toda Europa. Años más tarde, este ejecutivo sería el encargado de abrir oficina en nuestro país y crear un equipo local, al que ha incorporado entre otros a Alejo Vidal Quadras, ex del fondo británico 3i. Recientemente, la Asociación Española de Capital Crecimiento e Inversión les nombró mejor gestora internacional.

Telepizza, Telxius (Telefónica), Port Aventura, Acciona Renewables o X-ELIO son algunas de las firmas en cuyo capital participan en España

Telepizza, Port Aventura, Acciona Renewables, X-ELIO​ (antigua Gestamp renovables) o el cable y las torres de Telefónica (Telxius) son algunas de las firmas en cuyo capital participan. Más recientemente, han creado una socimi con Altamar y Elix. También están en el sector hotelero, con Intertur Hotels. Tampoco rechazan el capital público. No hace mucho tiempo, tantearon la posibilidad de hacerse con un importante paquete de acciones de Gas Natural Fenosa. KKR tiene intención de seguir creciendo e invirtiendo, por lo que las páginas de información económica seguirán albergando estas siglas.

Foto: El fundador de KKR, Henry Kravis, y el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales.
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Una vida al nivel de su fortuna

Todo le ha vallido a Henry Kravis, CEO de KKR, para convertirse en 41 años en una de las mayores fortunas del mundo según Forbes. Se estima que tiene un patrimonio de alrededor de 4.800 millones de euros. Está considerado el 278º hombre más rico del mundo. Más desapercibido de cara al público pasa George Roberts, cofundador del fondo, aunque su fortuna podría ser incluso superior a la de su primo (cerca de 5.100 millones de dólares).

Kravis se ha distinguido como filántropo y mecenas en diferentes causas. Casado tres veces, la espectacular mansión que compartió con su segunda mujer fue parodiada en la película de 1990 de la obra de Tom Wolfe 'La hoguera de las vanidades', según la revista 'The Economist'. Más literatura y cine alrededor de su figura. También la hay de su agrado. El libro 'The New Financial Capitalists' trata de explicar las bondades de su filosofía de inversión.

placeholder Imagen de archivo facilitada por el gobierno de Afganistán que muestra al presidente afgano Hamid Karzai (d) imponiendo una medalla al general David Petreaus, el máximo mando militar de EEUU y la OTAN. (EFE)
Imagen de archivo facilitada por el gobierno de Afganistán que muestra al presidente afgano Hamid Karzai (d) imponiendo una medalla al general David Petreaus, el máximo mando militar de EEUU y la OTAN. (EFE)

En el apartado político también ha aportado su granito de arena. En este caso a favor del Partido Republicano. En 2017, puso un millón de dólares para la campaña de Donald Trump. La influencia política de KKR ha ido en aumento. Uno de los fichajes que más puertas le puede abrir a nivel mundial al fondo fue el de David Petraeus, uno de los grandes nombres del ejército de EEUU. Entró en KKR después de abandonar su puesto de director de la CIA en 2012, tras un escándalo extramatrimonial. La revista 'Time' publicó que Petreus es el 33º en el ranking de los líderes más influyentes del mundo.

Y pese al éxito y la fortuna, Kravis y Roberts siguen en la pomada a sus 73 años. Y además se espera que la transición sea larga. Han conseguido retratar al resto, ya que nadie en el sector ha implementado un plan de sucesión. La prensa especializada anglosajona mira a los demás: Carlyle, CVC, Blackstone o Apollo, entre otros, no tienen sucesor y según los expertos, dejar esto sin atar puede traer problemas en el futuro. Un alto ejecutivo de Nueva York presente en uno de estos fondos de capital riesgo justifica su reticencia a colgar las botas: "Tienen trabajos realmente interesantes que les divierten. Son los reyes de sus propios reinos y consiguen mucho dinero, por lo que es muy difícil dejarlo", recoge el 'Financial Times'.

A los fundadores del capital riesgo, tal y como los conocemos ('private equity' para el mundo anglosajón), les llega la hora de colgar las botas. Por ello, como toda empresa preocupada por su supervivencia a largo plazo, han decidido abordar una de las cuestiones más peliagudas: el relevo generacional. Henry Kravis y George Roberts, creadores de KKR y primos carnales, han comunicado quienes serán sus sucesores. Scott Nuttall y Joseph Bae, hombres de la casa. Sobre el papel, asumirán las riendas de la compañía. Sin embargo, Kravis y Roberts, la K y la R de las siglas que dan nombre al megafondo (la otra K es la del tercer fundador, Jerome Kohlberg, que abandonó la compañía en 1987 y falleció en 2015) están lejos aún de soltar el timón. Seguirán vinculados al fondo que fundaron en 1976. Siguen trabajando a diario en sus oficinas y quienes les conocen creen que pasarán muchos años hasta que decidan abandonar el negocio definitivamente.

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