La verdad incómoda de las pensiones

Hace unos años el calentamiento global no estaba en las agendas, pero todo cambió en 2006 con el documental 'Una verdad incómoda', de Al Gore. Visualizar ese futuro, el desastre que nos esperaba, los efectos nocivos en el planeta, nos llevó a empezar a actuar desde ya, aunque fuera un problema de muy largo plazo. Si no tomábamos decisiones ya, los polos se derretirían y algunas de las ciudades costeras quedarían inundadas.

Con las pensiones estamos en el mismo punto que con el cambio climático antes de que se estrenara el documental de Al Gore. Sabemos que es un problema, pero lo vemos muy lejano en el tiempo y no acabamos de actuar. Se reflejaba en la encuesta que realizamos esta semana desde Finect entre los inversores, en la cual hay una desconfianza total en que la pensión pública sea suficiente, pero muy pocos toman medidas.

Sin embargo, como con el calentamiento global, las decisiones que tomemos hoy afectarán a nuestra jubilación y, sobre todo, pueden tener drásticas consecuencias para nuestra vida cuando queramos jubilarnos. El sistema público de pensiones afronta grandes desafíos. Por un lado, la demografía: la población española está envejeciendo y además, según las proyecciones del INE, se reducirá en los próximos 50 años, pasando de 46,5 millones a 41 millones.

Por otro lado, estamos sintiendo todavía los efectos de la crisis económica. La hucha de las pensiones prácticamente se ha vaciado y nos hemos quedado sin colchón. Para pagar las próximas pagas extra, el Estado tendrá que buscar soluciones alternativas ante la mejora insuficiente en los ingresos de la Seguridad Social.

Si a todo esto sumamos la vuelta a escena de la inflación, el panorama es desalentador. Sobre todo, para las generaciones que todavía están lejanas a la jubilación. Las pensiones públicas subirán por fuerza menos que el IPC, por lo que los jubilados irán perdiendo progresivamente poder adquisitivo.

Pero ¿estamos haciendo algo para cambiar las cosas? El documental de Al Gore nos mostró que necesitamos ver claramente los efectos para actuar. Y aquí nos encontramos con una gran oportunidad perdida... El Gobierno de Rajoy aprobó en 2014 el envío de una carta para informar sobre la futura pensión de jubilación a los españoles de más de 50 años. Una carta que no ha llegado y que parece que nunca lo hará… Si no cambian las cosas.

Las pensiones públicas subirán por fuerza menos que el IPC, por lo que los jubilados irán perdiendo progresivamente poder adquisitivo

En su momento, la oposición comentó que finalmente está medida no se llevaría a cabo para que los españoles no recibieran malas noticias. Si Al Gore hubiera pensado lo mismo, tampoco habríamos actuado. Hay verdades que duelen, pero que ayudan a sanar las heridas. Ocultar las malas noticias sólo agrava el problema.

Si los ciudadanos pasan a ver con datos concretos el grave problema que podrían tener al retirarse, se sentirán impulsados a tomar las riendas de su dinero y planificar su futuro financiero, para no tener una dependencia exclusiva de las aportaciones públicas. Para ayudar en esta tarea, El Confidencial y Finect han puesto a tu disposición una calculadora para que puedas realizar un cálculo aproximado de tu pensión de jubilación.

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En España, no habrá un documental sobre pensiones, por lo que se deben buscar las vías necesarias para proyectar la realidad, para que los ciudadanos vean realmente lo que les espera. La verdad de las pensiones puede ser muy incómoda, pero es imperativo tomar ya medidas para evitar frenar el calentamiento global de nuestras finanzas.