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El BCE hace inspecciones 'light' a la banca para evitar nuevos sustos
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NO LE OBLIGA A CUANTIFICAR LAS PÉRDIDAS

El BCE hace inspecciones 'light' a la banca para evitar nuevos sustos

Los expertos dan la voz de alarma: las inspecciones del BCE a los bancos son bastante 'light' y no cuantifican sus pérdidas potenciales, lo cual puede provocar nuevos sustos

Foto: Danièle Nouy, presidente del mecanismo de supervisión del BCE (Reuters)
Danièle Nouy, presidente del mecanismo de supervisión del BCE (Reuters)

"¿No resulta extraño que, de un día para otro, aparezcan unos agujeros enormes en Caixa Geral, Monte dei Paschi o Deutsche Bank y que nadie sepa de dónde han salido?", se pregunta un experto del sector financiero. "Estos problemas no aparecen de un lado para otro sino que vienen de atrás, pero el sistema de supervisión del BCE no permite que se conozcan hasta que es inevitable", sostiene, y añade que eso abona el terreno para que, en el futuro, el sector dé nuevas sorpresas desagradables.

Según las fuentes del sector consultadas, el mayor problema de la actuación del mecanismo único de supervisión que preside Danièle Nouy es que no exige a las entidades cuantificar las pérdidas esperadas de sus activos problemáticos, por lo que cuando se conocen, ya son muy elevadas. Además, las inspecciones 'in situ' son bastante cortas -menos de dos semanas de duración- y se limitan a comprobar que los bancos no van a incumplir los requisitos individuales de capital que el supervisor impone anualmente a cada uno.

No es que la supervisión unificada del BCE sea más laxa que la que llevaba a cabo el Banco de España hasta 2014, sino que pone el acento en cosas distintas, según estas fuentes. Así, el supervisor nacional miraba con detalle los activos problemáticos (crédito moroso, inmuebles adjudicados, refinanciaciones...) y cuál era su nivel de provisiones en caso de tener que darlos por perdidos. En cambio, al europeo le importa eso menos que los niveles de capital y, además, tiene una gran confianza en la "gobernanza" de los bancos, es decir, en que sean sus propios directivos y consejeros (sobre todo los independientes) los que detecten los riesgos y les pongan remedio.

"La cuestión es que el capital tiene que salir del mismo sitio que las provisiones, es decir, del beneficio. Si no lo destinas a provisiones, tarde o temprano tendrás pérdidas que tendrás que cubrir con el capital", explica otro técnico consultado. En cuanto al buen gobierno, otra de las fuentes señala que "eso es un proceso muy lento, que tarda años en dar frutos, y además, en España vamos especialmente retrasados en ese punto como todo el mundo sabe".

El BCE y la banca se defienden

Un portavoz del BCE ha explicado a El Confidencial que "la supervisión bancaria del BCE involucra a los bancos que supervisa para asegurarse de que los riesgos se gestionan apropiadamente. Adicionalmente, la revisión anual y el proceso de evaluación requiere que los bancos pongan en marcha medidas adecuadas de mitigación del riesgo, que incluyen mantener un capital adicional si es necesario".

Algunas entidades españolas también matizan que "no se nos puede exigir unas provisiones basadas en la pérdida esperada, porque eso no será obligatorio hasta 2018", y mientras tanto se mantiene el sistema actual de provisionar en función de las pérdidas realmente incurridas. El nuevo sistema, que se recoge en la nueva circular contable del Banco de España, empezará a probarse en octubre, pero no entrará plenamente en funcionamiento hasta ese año.

El peligro de las refinanciaciones

Con el sistema anterior, en España había que provisionar no sólo las pérdidas incurridas (por ejemplo, los créditos que entran en mora al estar impagados tres meses), sino también aquellas que, sin ser ciertas, eran muy probables; lo que se denominaba morosidad subjetiva o provisiones subestándar. El peligro de la situación actual es que, al no vigilar el BCE estas provisiones a la espera del nuevo sistema, los bancos no cuenten con suficientes y se produzca algún susto en el futuro. Esto es especialmente grave en el caso de las refinanciaciones -la "patada adelante"- de empresas inviables, que pueden no estar suficientemente cubiertas.

"Hablar de provisiones, de subestándar y de dudosos subjetivos les suena a antediluviano a los supervisores del BCE, que son mucho más modernos", sentencia el primer experto citado. "Pero si no se presta atención a estas cosas, las pérdidas aparecerán de golpe y de forma inesperada. Y España no puede permitirse tener que rescatar alguna entidad más, porque eso cuestionaría todo el saneamiento de la banca". Otra fuente apostilla que, si la nueva supervisión no ataja los problemas antes de que se agranden, la UE corre el riesgo de que no sea suficiente el nuevo sistema de rescate interno ('bail-in') de la banca por parte de accionistas, bonistas y depositantes, sino que haya que volver a tirar del dinero público ('bail-out').

"¿No resulta extraño que, de un día para otro, aparezcan unos agujeros enormes en Caixa Geral, Monte dei Paschi o Deutsche Bank y que nadie sepa de dónde han salido?", se pregunta un experto del sector financiero. "Estos problemas no aparecen de un lado para otro sino que vienen de atrás, pero el sistema de supervisión del BCE no permite que se conozcan hasta que es inevitable", sostiene, y añade que eso abona el terreno para que, en el futuro, el sector dé nuevas sorpresas desagradables.

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