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El dinero huye a los depósitos al 0%, que alcanzan máximo histórico de volumen
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El dinero huye a los depósitos al 0%, que alcanzan máximo histórico de volumen

Los depósitos bancarios llegaron a máximos históricos en mayo a pesar de su nula rentabilidad, por la huida del riesgo de los clientes y el nuevo 'boom' de los estructurados

Foto: Ilustración: Corbis
Ilustración: Corbis

Una anciana no daba crédito la semana pasada en una sucursal de una importante entidad bancaria cuando su empleado de confianza le pagaba la rentabilidad de un depósito de 60.000 euros, los ahorros de toda su vida, a un año: 20 céntimos. La señora se los dejó de propina al muchacho y juró no volver a contratarle un depósito. El problema es que no tiene muchas alternativas a pesar de esta rentabilidad ridícula, que llega como máximo al 0,20% si uno es un cliente VIP y tras negociar a brazo partido. Y eso explica que los depósitos bancarios de las familias hayan alcanzado máximos históricos en España en 759.800 millones, según el Banco de España.

Hay que tener encuenta que estas cifras se refieren al cierre de mayo. Con la debacle bursátil de este mes provocada por el Brexit y las fuertes pérdidas que están sufriendo los fondos de inversión, es muy probable que esté saliendo mucho más dinero despavorido de los productos con riesgo y que los depósitos batan un nuevo récord en junio, a pesar de que el euribor sigue en negativo. Al menos, las entidades españolas todavía no han empezado a cobrar por tener el dinero en el banco, como sí hacen ya algunas extranjeras.

Tras el fin de la guerra de depósitos entre entidades y con las bajadas de tipos de interés por parte del BCE, los clientes tradicionales de la banca se quedaron sin rentabilidad en los productos seguros. Los 20 céntimos de la anciana. Ante sus protestas, la reacción de las entidades fue pasarlos masivamente de depósitos a fondos de inversión -de ahí el fuerte crecimiento de estos productos en los últimos meses- para obtener algo de rentabilidad. Y con la deuda pública también en niveles mínimos históricos de rentabilidad (la del Bund alemán está ya en negativo), debían ser cuanto menos mixtos o directamente puros de bolsa.

No habría pasado nada si la bolsa hubiera subido. Pero el batacazo del mercado de finales de 2015 y principios de 2016 provocó fuertes pérdidas a unos ahorradores que no tienen el perfil para aguantarlas porque no están acostumbrados a ellas, y que exigieron salir de unos productos que no creían tan arriesgados. De ahí que haya vuelto el dinero a los depósitos mes tras mes a pesar de su nula rentabilidad. Y que esa retirada haya incrementado, a su vez, la volatilidad de las cotizaciones.

Las alternativas: garantizados y estructurados

No obstante, los bancos han buscado fórmulas para mejorar la retribución de sus clientes. Por un lado, han lanzado una batería de fondos garantizados que, sobre la base de que no se puede perder, prometen una rentabilidad potencial superior a la de los depósitos, aunque con la marcha actual de las bolsas no la van a alcanzar. Por otro, han empezado a colocar masivamente depósitos estructurados, que consisten en combinar un depósito normal con una opción (una apuesta) sobre un valor, cesta de valores o índices. Esto consigue que, si estos valores suben en bolsa, el interés que cobra el cliente sea mayor.

Ahora bien, si bajan, no están libres de riesgo, en contra de lo que dan a entender algunos bancos apoyándose en el 'semáforo del riesgos' de Guindos, como ha denunciado El Confidencial. Este riesgo depende de cómo sea el estructurado: si es más conservador, simplemente se juega los intereses, es decir, no cobra nada por su dinero y es como si lo hubiera tenido en una cuenta corriente; en cambio, si es más agresivo, el cliente puede poner en juego parte de su capital y, en consecuencia, sufrir pérdidas, que pueden llegar a ser importantes.

Con el desplome de estos últimos días, los que han comprado estructurados van a comprobar en sus carnes esas pérdidas. Pero, de momento, al tratarse de depósitos, también engrosan el récord de volumen de estos productos.

Una anciana no daba crédito la semana pasada en una sucursal de una importante entidad bancaria cuando su empleado de confianza le pagaba la rentabilidad de un depósito de 60.000 euros, los ahorros de toda su vida, a un año: 20 céntimos. La señora se los dejó de propina al muchacho y juró no volver a contratarle un depósito. El problema es que no tiene muchas alternativas a pesar de esta rentabilidad ridícula, que llega como máximo al 0,20% si uno es un cliente VIP y tras negociar a brazo partido. Y eso explica que los depósitos bancarios de las familias hayan alcanzado máximos históricos en España en 759.800 millones, según el Banco de España.

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