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Banco Popular: euforia en bonos, caídas en bolsa y búsqueda de adquisiciones
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La macroampliacion se cierra mañana

Banco Popular: euforia en bonos, caídas en bolsa y búsqueda de adquisiciones

Este viernes acaba la ampliación del Popular, con la acción de nuevo en barrena pero con euforia entre los bonistas. Y el banco ya mira posibles compras para no ser comido

Foto: Pau Gasol, la imagen del Popular para vender la ampliación de capital (EFE).
Pau Gasol, la imagen del Popular para vender la ampliación de capital (EFE).

El final de la macroampliación de capital del Popular, aparte del habitual desplome del precio del derecho, nos deja alegría para los tenedores de sus bonos y nuevo sufrimiento para los accionistas puesto que el valor casi ha vuelto a los mínimos posteriores al anuncio de la operación, con los bajistas de nuevo a la carga. Y la propia entidad presidida por Ángel Ron trata de escapar de esta dinámica con la búsqueda de posibles adquisiciones, ya que considera que el que no compre será comprado. Le gustan Unicaja e Ibercaja, aunque el mercado tiene muchas dudas de que pueda acometerlas sólo con los 2.500 millones levantados.

A la deuda del banco le ha sentado muy bien la ampliación, en especial a los CoCos (convertibles contingentes), las nuevas preferentes. Estos títulos asumen pérdidas cuando la ratio de capital se sitúa por debajo de un nivel; por tanto, si el banco incrementa su capital, pone más distancia con ese 'trigger' (como se llama este nivel de asunción de pérdidas) y reduce la probabilidad de perder. La consecuencia es que el precio de estos bonos se disparó inicialmente un 5% -eso es mucho en renta fija-, algo que se suma a un tipo de interés que ya por sí solo era altísimo: del 11,5% (Popular tuvo que pagar ese interés desorbitado para poder colocar estos bonos en octubre de 2013, mientras que comptidores como Santander sólo dieron el 7,5%).

Ahora bien, en los últimos días esta euforia de los CoCos se ha moderado un poco porque el banco va a utilizar todo el dinero de la ampliación (y otros 2.200 millones más, que lo meterán en pérdidas) en sanear sus activos tóxicos: crédito moroso e inmuebles adjudicados. Estas provisiones consumen capital, es decir, reducen ese colchón con que cuentan los bonistas antes de asumir pérdidas, lo que ha rebajado un poco su precio: la subida del 5% se ha quedado en el 2,5%. Aun así, los tenedores están muy contentos.

En la reciente Round Table de Cotizalia, la deuda corporativa fue una de las principales recomendaciones de los expertos participantes. Eduardo Roque, de Mutuactivos, recomendó expresamente bonos de la banca, e Ignacio Rodríguez Añino, de M&G Investments, coincidió con él y añadió los bonos 'high yield', de alta rentabilidad (conocidos como 'bonos basura').

Los bajistas se vuelven a cebar con la acción

No pueden decir lo mismo los accionistas. El título se desplomó un 32% en dos días tras el anuncio de la operación, hasta un mínimo histórico de 1,41 euros. Después rebotó con fuerza -los repuntes siempre son proporcionales a las caídas previas- hasta 1,72, pero en las últimas sesiones se ha vuelto a venir abajo. Este juves ha llegado a perforar dicho mínimo y ha marcado 1,40 euros. Por tanto, el mercado sigue sin confiar en la capacidad de Ron de sacar adelante el barco cuya gestión ha llevado hasta aquí, y el accionista sigue siendo el gran 'pagano' (aunque si logra cumplir sus objetivos, puede que la ampliación acabe siendo una gran oportunidad de compra).

En gran medida, estos movimientos pueden explicarse por la actuación de los inversores bajistas en el valor. Popular era el banco que tenía un mayor porcentaje de su capital en posiciones cortas (bajistas) antes de la ampliación: con el derrumbe posterior, muchos de estos inversores cerraron parte de estas posiciones para tomar beneficios, lo que impulsó el rebote (para cerrar las posiciones bajistas hay que comprar las acciones vendidas a préstamo). Pero una vez realizadas esas ganancias, estos fondos han vuelto a incrementar los cortos por su desconfianza en la entidad.

Así, la semana pasada BlackRock volvió a situar sus cortos en el 0,7% del capital después de haberlos reducido al 0,63%, y esta semana los ha elevado aún más hasta el 0,86%; Oceanwood los ha incrementado desde el 0,73% hasta el 0,90%; Marshall Wace ha pasado del 0,45% al 0,51%; y ha aflorado otra posición del 0,69% del fondo TT International, que anteriormemnte era inferior al 0,5% (por debajo de ese umbral, la CNMV no hace públicas esas posiciones).

Buscar adquisiciones para no ser comido

A pesar de los avatares de la acción y de las dudas sobre si será suficiente con los 2.500 millones (el consenso opina que se queda corto), el Popular mantiene su plan y, dado que está convencido de que el juego en los próximos trimestres va a ser "comer o ser comido", Ángel Ron quiere estar entre los depredadores. Por ello ya ha empezado a estudiar posibles adquisiciones, según fuentes conocedoras de la situación. La entidad no hizo comentarios sobre esta información.

Las fuentes citadas aseguran que sus objetivos preferidos serían Ibercaja o Unicaja: tienen un tamaño adecuado (suficientemente grande para aportar masa crítica al Popular y suficientemente pequeño para poder absorberlas), están saneadas, tienen unos niveles de capital elevados y su adquisición no supondría un consumo de capital elevado. Ron ha descartado Abanca -una opción probablemente más accesible- porque en 2017 su actual propietario, Juan Carlos Escotet, tiene que abonar el siguiente pago al Estado por la antigua Novagalicia- por su peor calidad y porque tendía problemas de competencia en Galicia, donde el Popular es la segunda entidad a través del Banco Pastor.

El final de la macroampliación de capital del Popular, aparte del habitual desplome del precio del derecho, nos deja alegría para los tenedores de sus bonos y nuevo sufrimiento para los accionistas puesto que el valor casi ha vuelto a los mínimos posteriores al anuncio de la operación, con los bajistas de nuevo a la carga. Y la propia entidad presidida por Ángel Ron trata de escapar de esta dinámica con la búsqueda de posibles adquisiciones, ya que considera que el que no compre será comprado. Le gustan Unicaja e Ibercaja, aunque el mercado tiene muchas dudas de que pueda acometerlas sólo con los 2.500 millones levantados.

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