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Ni Abengoa ni Podemos: los bonos 'high yield' siguen desbocados
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Ni Abengoa ni Podemos: los bonos 'high yield' siguen desbocados

Los bonos de alta rentabilidad o 'bonos basura' siguen eufóricos en toda Europa, incluyendo España. Ni el riesgo político ni el impago de Abengoa han frenado este mercado

Foto: Traders en el parqué de la Bolsa de Nueva York (Reuters)
Traders en el parqué de la Bolsa de Nueva York (Reuters)

Los bonos 'high yield' o de alta rentabilidad, conocidos popularmente como 'bonos basura' porque las empresas que los emiten no tienen un 'rating' de grado de inversión, fueron el activo más recomendado en la última Round Table de Cotizalia como refugio a los vaivenes de la bolsa. Y este mercado ha cumplido las expectativas, con un comportamiento excepcional a pesar de obstáculos como la incertidumbre política en España o el 'default' (impago) de Abengoa. Ahora bien, estas ganancias acumuladas suponen su principal riesgo: es muy posible que ahora ya sea demasiado tarde para entrar.

Así se puso de manifiesto en el encuentro 'European High Yield: A Spanish Perspective', organizado la semana pasada por Afme (Association for Financial Markets in Europe) en Madrid y que reunió a bancos colocadores, inversores, despachos de abogados y empresas emisoras. Los diferentes ponentes constataron que la fuerte demanda y la abundancia de liquidez gracias al BCE de estos títulos ha rebajado su rentabilidad -o hecho subir su precio, que se mueve a la inversa- hasta niveles de sólo el 3%-3,5% para empresas con una calificación de BB, y en torno al 5,5%-6% para aquellas con B (que comportan más riesgo).

Javier Serna, director de análisis del mercado de crédito en BBVA, explica que el mercado 'high yield' europeo se ha duplicado en los últimos cuatro años hasta alcanzar un tamaño de 400.000 millones de euros. "Muchos inversores creen que las empresas que emiten bonos basura son malas y sólo quieren emisores con grado de inversión, pero se equivocan porque en este mercado se puede obtener mucha más rentabilidad", añade Carlos Garrido, director de desarrolo de negocio en el Sur de Europa de S&P. Así, dentro del 'high yield' hay nombres tan conocidos como NH Hoteles y buena parte del sector constructor e inmobiliario español que ha sobrevivido a la crisis.

El 'high yield' mundial vivió una durísima crisis a finales del año pasado por el hundimiento de los títulos del sector petrolero norteamericano, uno de los mayores emisores de estos bonos en el mundo, por culpa de la caída del precio del petróleo. Pero ese desplome marcó un excelente punto de entrada para los inversores puesto que el mercado se ha recuperado de manera espectacular desde entonces. Y quizá lo más llamativo de este buen momento del mercado, concretamente en España, sea que ni se ha inmutado ante obstáculos que podrían haber hecho descarrilar en otras circunstancias.

Ni Abengoa ni la amenaza de Podemos

El principal es la crisis de Abengoa: la revelación de su deuda oculta y de la necesidad de una ampliación de capital que fue imposible, el preconcurso de acreedores y el impago de sus compromisos con los acreedores, que tendrán que asumir grandes quitas tanto si la compañía se salva como si se liquida. Normalmente, un 'default' de esta magnitud (lo que técnicamente se considera un 'evento de crédito') suele tener un importante efecto contagio en el resto del mercado. pero esta vez no ha sido así. "El mercado ya es tan grande que un caso concreto no lo hunde", sostiene Ed Eyerman, jefe de finanzas apalancadas para Europa de Fitch, aunque reconoce que "supone una prima para los nuevos emisores". "Cuando hay búsqueda de rentabilidad, siempre va a haber quien compre la emisión; es una cuestión de precio".

Lo mismo ocurre con el riesgo político en nuestro país derivado de la repetición de las elecciones y de la posibilidad de que al final haya un Gobierno con presencia de Podemos, el escenario que más temen los mercados. "A los inversores no les preocupa especialmente la situación política de España, miran más de forma sectorial que geográfica. Es decir, les importan más los sectores que emiten que la nacionalidad de las empresas", afirma Michael Dankin, socio de Clifford Chance.

¿Demasiado tarde para entrar?

Ahora bien, este buen comportamiento puede ser el principal enemigo de este activo, puesto que los inversores que entren ahora -bien sea directamente o, más habitualmente, a través de fondos de inversión especializados- posiblemente llegan tarde: la mayor parte de la ganancia, si no toda, ya se ha obtenido. Y desde el punto de vista de los emisores, el mercado 'high yield' tiene el gran problema de que, hoy por hoy, a las empresas les sale más barato financiarse con créditos bancarios gracias al euribor negativo y a la guerra comercial entre las entidades en el segumento empresarial, cuando en los años de la crisis financiera, con el grifo del crédito cerraro, el 'high yield' era la única opción disponible.

Pese a ello, los expertos participantes en la conferencia creen que seguiremos viendo un volumen importante de emisiones en Europa en general y en España en particular. Emitir deuda tiene otras ventajas respecto a la banca, como la mayor flexibilidad, los plazos más largos (hasta 10 años e incluso 15 en algunos casos), las menores garantías exigidas y el acceso a un mercado al que se puede volver a apelar en cualquier momento del futuro en caso de necesidad, según Patxi Granero, director de finanzas apalancadas y adquisiciones de JP Morgan. El ejemplo que todo el mundo pone es el de las inmobiliarias españolas, que "han aprendido la lección de que tienen que diversificar sus fuentes de financiación más allá de los bancos", sentencia Garrido.

Los bonos 'high yield' o de alta rentabilidad, conocidos popularmente como 'bonos basura' porque las empresas que los emiten no tienen un 'rating' de grado de inversión, fueron el activo más recomendado en la última Round Table de Cotizalia como refugio a los vaivenes de la bolsa. Y este mercado ha cumplido las expectativas, con un comportamiento excepcional a pesar de obstáculos como la incertidumbre política en España o el 'default' (impago) de Abengoa. Ahora bien, estas ganancias acumuladas suponen su principal riesgo: es muy posible que ahora ya sea demasiado tarde para entrar.

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