¡Que viene la MiFID 2! Habrá que pagar por asesoramiento, pero los fondos bajarán

La industria de gestión de activos y de banca privada se enfrenta a uno de los mayores desafíos de la historia: la directiva europea MiFID 2, que incluye por primera vez la obligación de cobrar a los clientes por el asesoramiento financiero, un servicio que hasta ahora éstos percibían como gratuito (aunque en realidad lo pagan a través de las comisiones de los productos que contratan). Además, las entidades tendrán que desglosar qué parte de esas comisiones se lleva cada parte que interviene en el negocio. Eso ha generado un intenso debate entre los expertos reunidos en una mesa redonda que ha organizado El Confidencial en colaboración con Andbank.

Hasta ahora, el modelo imperante en España no cobra nada explícitamente al cliente por asesorarle en sus inversiones, pero por detrás los asesores y comercializadores se quedan con un porcentaje de la comisión que el cliente paga por sus productos (normalmente fondos de inversión), que la gestora le retrocede: es lo que se conoce como retrocesión o 'rebate' de comisiones. Este sistema, aparte de no ser transparente -la mayoría de los clientes creen que es gratis-, genera un importante conflicto de interés, ya que las entidades financieras y los asesores van a colocarle no los productos mejores para él, sino los que más comisiones paguen: los de la propia firma o los de terceras gestoras que paguen un gran porcentaje de retrocesión.

Para acabar con estos graves problemas, la UE va a imponer un nuevo modelo a partir del 1 de enero en el que, en primer lugar, las entidades tendrán que informar con detalle de cuánto paga a cada persona que interviene en este negocio y que el inversor no ve (sólo conoce a su asesor, que muchas veces es el director de la sucursal). Y, en segundo lugar, aquellas entidades que se declaren independientes no podrán cobrar retrocesiones, por lo que tendrán que cobrarle directamente una factura por asesorarle.

Aunque en realidad ya está pagando por ese concepto por detrás, dado que no es consciente de ello el tener que hacerlo por delante va a suponer un enorme 'shock' cultural, especialmente en un país como el nuestro donde la cultura del "todo gratis" es tan fuerte. Así, Emilio Andreu, director de la red de agentes y Eafi de Andbank, considera que va a ser un enorme problema explicar a unos clientes acostumbrados a sentarse a charlar con su banco y contarle su vida que sólo por eso van a tener que pagar 2.000 ó 3.000 euros a partir de enero.

Dar un servicio por el que merezca pagar

Y como no lo van a comprender, las entidades tendrán que ofrecerles algo más que ellos perciban que tiene un coste y por lo que merece la pena pagar. Es lo que considera Carlos Moreno de Tejada, director general de negocio de Andbank, quien explica que la banca privada debe aportar un valor en el asesoramiento fiscal, patrimonial, inmobiliario, etc.para que el cliente comprenda que merece la pena pagar a expertos para gestionarsu dinero.

La cuestión de la transparencia de los costes también genera polémica en el sector. Así, Juan Carlos Navarro, agente financiero, considera que esta transparencia no se da en ningún otro negocio, y pone el ejemplo de los grandes almacenes: "Es como si compras una camisa que cuesta 20 euros y en el ticket tiene que poner cuánto va al fabricante de la camisa y cuánto va a la tienda que la vende". Algo que, evidentemente, molesta mucho a un sector que se considera objeto de un agravio comparativo por parte del regulador, y que además desmonta la opacidad en que se basa el modelo de negocio actual.

Bajarán las comisiones de los fondos

Ahora bien, eso no tiene por qué ser necesariamente malo. Carlos García Ciriza, presidente de Aseafi (la asociación de asesores independientes) cree que el hecho de que el cliente sepa exactamente lo que paga y cómo se reparte ese dinero entre los distintos intervinientes "inevitablemente provocará una bajada de precios", es decir, una caída de las comisiones de los fondos de inversión. Lo cual redundará en beneficio de unos inversores, los españoles, que pagan algunas de las comisiones más altas del mundo porque les gestionen su dinero.

Ahora bien, este modelo de transparencia y de pago por un servicio de asesoramiento integral que aporte valor añadido requiere en muchos casos que el cliente tenga un patrimonio mínimo elevado. Lo cual genera la incertidumbre de qué va a ocurrir con aquellos inversores con unos volúmenes más modestos. Rosa López, agente financiera, llama la atención sobre el importante nicho de clientes de entre 50.000 y 600.000 euros que existe en España y que "se van a quedar desprotegidos" con la entrada en vigor de MiFID 2 y para los que habrá que buscar fórmulas para que tengan acceso a un servicio de suficiente calidad.

Montoro lo complica aún más

Por si todo esto fuera poco, encima Hacienda lo va a complicar todavía más. Si un asesor se declara independiente tendrá que cobrar al cliente por ello... con IVA, según explica Jorge Canta, socio especializado en derecho financiero de Cuatrecasas. Una circunstancia que no se da en la intermediación (las comisiones actuales) y que, evidentemente, va a dificultar todavía más este nuevo modelo de cobro directo.

Por si eso fuera poco, los asesores independientes podrán cobrar retrocesiones de los productos que colocan al cliente si no se quedan con ellas y se las retroceden a su vez al inversor. Pero entonces, este dinero se considerará renta para el cliente por la que tendrá que tributar en el IRPF. Y no sólo eso, sino que estará sometido a retención a cuenta. Un nuevo obstáculo que se une a los culturales y operativos, y que puede hacer que muchas firmas de asesoramiento prefieran denominarse dependientes de un banco en vez de independientes.