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El recorte del dividendo de Repsol gusta al mercado... pero nadie cree que sea suficiente
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LA VENTA DE GAS NATURAL SIGUE EN EL AIRE

El recorte del dividendo de Repsol gusta al mercado... pero nadie cree que sea suficiente

Repsol por fin sucumbió ayer a las demandas del mercado y anunció un recorte del dividendo. Los analistas lo celebran pero no creen que baste para mantener el rating

Foto: Sede de Repsol en Madrid (Reuters)
Sede de Repsol en Madrid (Reuters)

El recorte del 20% en su dividendo anual por parte de Repsol fue recibido ayer con una fuerte subida del 2,73% (y llegó a superar el 5%) en bolsa, que reduce la pérdida acumulada en 2016 al 12,9%. Los analistas mostraron unánimemente su satisfacción porque la empresa empiece a moverse en la dirección correcta para preservar su solvencia tras la compra de Talisman con el petróleo a niveles de 30 dólares. Sin embargo, aunque permite ganar tiempo a la empresa que preside Antonio Brufau, nadie considera que sea suficiente para lograr su objetivo. Por ello, no se descarta que la retribución al accionista baje aún más ni que, pese a todo, tenga que acabar vendiendo Gas Natural.

Los analistas ven esta rebaja del dividendo en conjunción con la caída de la inversión ('capex') y la venta de activos no básicos como su negocio eólico marino, por el que ha ingresado 238 millones. Y la celebran por cuanto supone abandonar el encastillamiento anterior, criticado unánimemente porque se percibía como anteponer los intereses de los accionistas mayoritarios (Caixabank y Sacyr) por encima de la propia solvencia o incluso supervivencia de la compañía. De hecho, Barclays ha emitido un informe titulado significativamente "Hora del plan B".

Intermoney lo resume así: "Interpretamos el recorte del dividendo como un compromiso con la solvencia del grupo por delante de las exigencias de los dos principales accionistas. El ahorro de caja estimado por el dividendo complementario puede ser de unos 150Mn€, lo que no resulta definitivo para el rating pero es una señal más de que prima la solvencia a corto plazo".

Ahora bien, la gran pregunta es si este paso es suficiente. Y la respuesta generalizada es que no: "Todo ello debe verse como otra medida para proteger el balance y mantener el 'rating' de grado de inversión. En nuestra opinión, los pasos tomados deberían bastar para relajar las preocupaciones del mercado durante seis meses pero no es probable que sean la panacea que algunos han anticipado", advierte el analista Tom Robinson de Deutsche Bank.

Dudas sobre si le salvará del 'bono basura'

Esta cautela de los expertos se debe a que el tamaño real de la medida es muy limitado. Javier Estaben, de Banco Sabadell, lo cuantifica en 100 millones, menos de un 1% de la deuda financiera neta de la petrolera, "que no resuelve el riesgo de rebaja del 'investment grade'". Asimismo, recuerda que la venta del negocio eólico sólo supone "un alivio discreto adicional a su deuda (1,7% de la deuda financiera neta).

Como ha venido informando El Confidencial, el desplome del precio del barril a niveles de 30 dólares cuando Repsol estimaba un precio medio de 80 en la compra de Talisman le han forzado a revisar varias veces su plan de negocio y han puesto su calificación crediticia al borde del 'bono basura'. Este es el mayor temor de la empresa española, ya que en ese caso los costes de financiarse le resultarían prácticamente inasumibles, aparte de que muchos fondos tendrían que vender sus posiciones en la deuda de Repsol puesto que no pueden tener bonos por debajo del grado de inversión.

Por tanto, el objetivo principal es evitar esta rebaja. Y existen muchas dudas sobre si será suficiente para ello con el recorte del dividendo: "Si estos pasos son suficientes para mantener la calificación de grado de inversión en todas las agencias todavía es algo que está por ver", advierte Barclays. Irene Himona, de Société Générale, añade que, "si las agencias de rating le exigen emitir nuevo capital, la empresa tendría la opción de vender Gas Natural o de ampliar capital, lo que claramente diluiría a los actuales accionistas y tendría un impacto en la valoración por acción".

Venderá Gas Natural si no tiene más remedio

Precisamente, la supresión del dividendo lo que pretende es evitar esta venta de Gas Natural, a la que se opone prioritariamente Caixabank. La 'conference call' celebrada ayer con analistas giró en su mayor parte sobre este asunto, y la respuesta de los gestores de Repsol fue que pretenden evitar esta desinversión, aunque no cerraron la puerta a llevarla a cabo en caso de necesidad. De hecho, este es el escenario principal de los analistas de Sabadell.

En todo caso, aunque el movimiento de ayer no sirvió para que las firmas de análisis mejorasen sus recomendaciones sobre la compañía, sí les permitió mantener sus precios objetivos actuales, en general muy por encima de la cotización actual (8,81 euros). Barclays llega a situarlo en 16 euros, casi el doble, pero aun así tiene una recomendación de 'neutral' porque no espera que Repsol consiga recuperar la confianza de los inversores a corto plazo.

El recorte del 20% en su dividendo anual por parte de Repsol fue recibido ayer con una fuerte subida del 2,73% (y llegó a superar el 5%) en bolsa, que reduce la pérdida acumulada en 2016 al 12,9%. Los analistas mostraron unánimemente su satisfacción porque la empresa empiece a moverse en la dirección correcta para preservar su solvencia tras la compra de Talisman con el petróleo a niveles de 30 dólares. Sin embargo, aunque permite ganar tiempo a la empresa que preside Antonio Brufau, nadie considera que sea suficiente para lograr su objetivo. Por ello, no se descarta que la retribución al accionista baje aún más ni que, pese a todo, tenga que acabar vendiendo Gas Natural.

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