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El Ibex pierde el 7,1% en 2015 por las materias primas y la inestabilidad política
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el peor año de la bolsa desde 2011

El Ibex pierde el 7,1% en 2015 por las materias primas y la inestabilidad política

La bolsa española ha cerrado su peor ejercicio desde 2011 debido a que, a la crisis de las materias primas y de los mercados emergentes, se ha sumado la incertidumbre política en nuestro país

Foto: Panel del Ibex, en la Bolsa de Madrid. (EFE)
Panel del Ibex, en la Bolsa de Madrid. (EFE)

El 7,1% que ha perdido el Ibex 35 en 2015, su peor registro en cuatro cursos, llega después de dos años de subidas (del 21,42% en 2013 y del 3,66% en 2014) y retoma las caídas del trienio 2010-2013; de hecho, es el mayor descenso anual desde el 13,11% que se dejó en 2011. Detrás de estas pérdidas está la crisis de las materias primas y de las economías emergentes, que ha afectado a la renta variable mundial. Pero hay algo más, porque los principales mercados pierden menos que el español o incluso ganan. La respuesta es la inestabilida política en nuestro país, primero por Cataluña y después por el incierto resultado de las elecciones generales.

Así, tanto el Cac 40 parisino como el Dax de Fráncfort se anotan revalorizaciones superiores al 9% en 2015, a pesar de desplomes como el de Volskswagen tras el escándalo de las emisiones en el caso alemán. Incluso el Mib italiano gana más del 13%. El otro único gran mercado europeo que ha bajado en 2015 es Londres, si bien menos que el Ibex. En Wall Street, el Dow Jones pierde menos del 1%, mientras que el Nasdaq sube más del 7%.

El punto de inflexión de 2015 llegó en agosto, cuando Chimna devaluó el yuan y provocó un terremoto en las materias primas y los países emergentes

El año empezó con mucha mejor cara en el mercado español, y el Ibex marcaba un máximo de 11.884,6 puntos en abril. A pesar de una corrección posterior hasta la zona de 10.500 por culpa de la crisis griega, era capaz de volver a 11.500 en julio y de mantenerse por encima de 11.000... hasta agosto. Que fue cuando todo se vino abajo. El momento clave del año fue la decisión de las autoridades chinas de adoptar la mayor devaluación del yuan en 20 años, lo que provocó el pánico a que su economía se estuviera deteriorando mucho más de lo que se temía.

Materias primas, bancos centrales y elecciones

El miedo a China dio pie a una aceleración de la caída que ya había comenzado en las materias primas -el gigante asiático es el mayor consumidor de las mismas- que ha llevado al petróleo hasta 35 dólares. Lo cual arrastró a las divisas de los países emergentes productores de estos recursos. Eso provocó un primer desplome del Ibex hasta la zona de 9.800, del que pareció recuperarse a fin de mes. Pero fue un espejismo, porque en septiembre la caída se agravó ante la posibilidad de que la Reserva Federal subiera los tipos a fin de año, el índice perforó los 9.500 y sólo se frenó en la zona crítica de 9.200-9.300 (el mínimo del año es 9.231,3,40), donde están los suelos de diciembre de 2013 y octubre de 2014.

Desde ahí volvió a la resistencia de 10.500 puntos. Pero, mientras el resto de Europa superaba las suyas tranquilamente -cuando asumía que la Janet Yellen subirá los tipos muy lentamente y a pesar de que Draghi no lanzó toda su artillería-, el Ibex se estancaba. Y esta vez la causa era local: primero, la amenaza independentista ante las elecciones catalanas de septiembre, donde las fuerzas secesionistas no alcanzaron el 50% aunque la resolución del conflicto aún es incierta; y después -y sobre todo- las elecciones generales del 20-D.

Las encuestas que hablaban de un fuerte ascenso de Podemos provocaron el inicio del declive y la ingobernabilidad derivada del resultado de los comicos llevó al índice de nuevo a la zona de mínimos del año. El típico maquillaje de fin de año no ha sido capaz de llevar al promedio mucho más allá de 9.600.

Abengoa, constructoras y materiales, los peores

La caída final del Ibex esconde enormes diferencias entre los mejores y los peores valores del año, que han registrado ganancias o pérdidas espectaculares. El gran protagonista negativo del año ha sido, sin discusión, Abengoa (que fue excluida del Ibex el 27 de noviembre ante su desplome en bolsa). El valor ha perdido el 87% en 2015 tras admitir que su situación financiera era mucho más grave de lo que había reconocido, hasta el punto de que necesitaba una ampliación de capital de 650 millones. Como no fue capaz de cubrirla, entró en preconcurso de acreedores y todo hace pensar que acabará en concurso.

También lo han hecho muy mal, como es lógico, las compañías afectadas de lleno por el derrumbe de las materias primas: ArcelorMittal cae más del 56%, Repsol más del 34% y Acerinox, más del 21%. En el pelotón de los torpes se meten también varias constructoras afectadas por problemas de solvencia: OHL pierde más del 50%, FCC se deja casi el 40% y Sacyr, arrastrada por su participación en Repsol, el 34%. Los bancos también han tenido un año muy negativo debido a la caída de sus márgenes por los bajos tipos de interés. El peor ha sido Santander (cede más del 34%), afectado de lleno por la crisis de Brasil, pero Caixabank y Popular también se dejan más del 25%.

En el lado positivo sobresale Gamesa, que ha recuperado un impresionante 111% tras unos años muy difíciles para sus accionistas, de la mano de un nuevo plan de negocio que ha gustado mucho a analistas e inversores, y de una importante mejoría de resultados. También sobresale el 82% que se ha anotado Aena en uno de los mejores estrenos bursátiles que se recuerdan (debutó en febrero). La recién llegada Merlin aprovecha el 'boom' de las sociedades inmobiliarias coin una ganancia cercana al 45%, Acciona pone la nota positiva en las constructoras (sube más del 42%) e Inditex no falla, como siempre: se anota casi otro 35% en 2015.

El 7,1% que ha perdido el Ibex 35 en 2015, su peor registro en cuatro cursos, llega después de dos años de subidas (del 21,42% en 2013 y del 3,66% en 2014) y retoma las caídas del trienio 2010-2013; de hecho, es el mayor descenso anual desde el 13,11% que se dejó en 2011. Detrás de estas pérdidas está la crisis de las materias primas y de las economías emergentes, que ha afectado a la renta variable mundial. Pero hay algo más, porque los principales mercados pierden menos que el español o incluso ganan. La respuesta es la inestabilida política en nuestro país, primero por Cataluña y después por el incierto resultado de las elecciones generales.

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