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En otoño, setas... ¡y planes de pensiones! Manual básico para soportar su avalancha
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En otoño, setas... ¡y planes de pensiones! Manual básico para soportar su avalancha

No falla. Cuando el otoño avanza, las entidades financieras echan el resto con los planes de pensiones. Constituye ya una tradición... ante la que conviene hacerse una serie de preguntas

El otoño avanza. Los árboles se tiñen de colores rojizos y marrones, las setas proliferan en los montes... y los escaparates de los bancos se llenan de campañas de publicidad sobre planes de pensiones. No falla. Estas promociones forman parte del paisaje otoñal, porque cada año, por estas fechas, siempre se repite la misma historia. Se multiplican los anuncios que aconsejan invertir en estos productos y junto a ellos, como refuerzo, emerge un buen puñado de informes en los que se advierte del retraso con el que España camina por este terreno y de la necesidad de tomarse en serio el ahorro para la jubilación porque las pensiones públicas bajarán en el futuro por la presión demográfica.

Por eso, y antes de entrar en pánico y verse empujado a suscribir un plan empujado por esta tradición comercial, conviene hacerse varias preguntas. Empezando por las más básicas, y a eso se dedica el vídeo que protagoniza esta información. Si es ahora, en la recta final del año, cuando aparecen estas campañas se debe a dos motivos: primero, que los hogares todavía no tienen el hábito de ahorrar periódicamente para la jubilación y concentran sus aportaciones cuando ven que les va a quedar dinero a final del ejercicio y a la espera de la paga extra de diciembre; y segundo, que es ahora cuando las familias también echan cuentas para pagar menos a Hacienda, y como los planes de pensiones desgravan, las entidades también los ofrecen ahora con este fin.

Las familias echan cuentas para pagar menos a Hacienda, y como los planes de pensiones desgravan, las entidades los ofrecen ahora con este fin

¿Y del resto de lo que dicen? ¿De verdad los españoles ahorran poco para su jubilación? Los datos dicen que sí. Segun la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, a finales de junio los planes de empresa y los planes individuales sumaban 102.471 millones de euros. Es decir, una cifra que ronda el 10% del Producto Interior Bruto (PIB) español, cuando la media en los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) se mueve en torno al 80%.

Más allá de los efectos de la crisis y de las dificultades que ha provocado para que los hogares puedan ahorrar, lo cierto es que los españoles siempre han sido poco propensos al ahorro privado para la jubilación porque han considerado que con la pensión pública bastaba. El problema es que la demografía cada vez presiona más sobre las pensiones públicas. Dos datos, entre otros muchos, evidencian esta creciente presión. El primero refleja el crecimiento de la tasa de dependencia, puesto que que en España ya hay 53 personas de menos de 16 años y más de 64 años por cada 100 que se encuentran dentro de esa franja; en el año 2000, había 49 por cada 100. Y el segundo, que actualmente hay 2,26 afiliados por cada pensionista, la proporción más reducida desde 1999.

Los planes de pensiones son una alternativa más entre las varias de las que disponen los ahorradores

Entonces, ¿hay que suscribir ya un plan de pensiones? No necesariamente. Una cosa es que sea preciso concienciarse de la necesidad de tener que ahorrar para complementar la pensión pública y otra muy distinta que un plan de pensiones sea lo que necesita un cliente. Son una alternativa más entre las varias que los ahorradores tienen a su disposición, sin olvidar que con disciplina y método un inversor puede planificar su sistema de ahorro para la jubilación.

Y, sobre todo, sin olvidar otro asunto clave: los planes de pensiones deben superar sus propias debilidades para ser un producto realmente interesante y conveniente para los ahorradores. Su baja rentabilidad, las comisiones que soportan, los regalos o reclamos a corto plazo que se ofrecen para hacer más atractivo un producto en el que la clave debe ser la gestión a largo plazo o el hecho de que se considere que su único gancho real es la desgravación fiscal que traen consigo son algunas de esas debilidades. Sin duda, los planes de pensiones dan para mucho. Este es solo el principio. La semana que viene, más.

El otoño avanza. Los árboles se tiñen de colores rojizos y marrones, las setas proliferan en los montes... y los escaparates de los bancos se llenan de campañas de publicidad sobre planes de pensiones. No falla. Estas promociones forman parte del paisaje otoñal, porque cada año, por estas fechas, siempre se repite la misma historia. Se multiplican los anuncios que aconsejan invertir en estos productos y junto a ellos, como refuerzo, emerge un buen puñado de informes en los que se advierte del retraso con el que España camina por este terreno y de la necesidad de tomarse en serio el ahorro para la jubilación porque las pensiones públicas bajarán en el futuro por la presión demográfica.

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