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La caída del petróleo perjudica a... ¡Santander!, según Bank of America
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por su crédito aL SECTOR y el impacto en divisas

La caída del petróleo perjudica a... ¡Santander!, según Bank of America

El derrumbe del crudo hasta mínimos de seis años tiene víctimas inesperadas. Una de ellas es la banca, que sufre varios impactos derivados del fenómeno. En España, el más afectado es Santander

Foto: Ana Botín junto a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff (Efe)
Ana Botín junto a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff (Efe)

En principio, no parece que la banca tenga mucha relación con la cotización del petróleo, quel a semana pasada cayó a mínimos de seis años por debajo de 50 dólares por barril (y sin expectativas de recuperarse hasta finales del año que viene). Pero sí la tiene. La relación más obvia es su exposición a las empresas del sector, bien sea mediante créditos directos, bien mediante la deuda (bonos, pagarés...) que haya comprado. Pero también hay efectos de segunda vuelta que pueden ser incluso más importantes: movimientos en las divisas, deflación, impacto en países productores donde las entidades están presentes, etc.

Un análisis de Bank of America Merrill Lynch calculaba hace unos meses estos efectos para los principales bancos europeos y concluía que Santander es uno de los más perjudicados del continente por el hundimiento del barril. El más afectado es el noruego DNB, donde las carteras ligadas al petróleo suponen el 94% de sus fondos propios; y le siguen un grupo formado por ING, Santander, la banca francesa, Standard Chartered y Raiffensein. En el caso de la entidad española, la exposición directa e indirecta al petróleo asciende al 73,3% de su capital, según estos cálculos.

El propio banco de inversión advierte de que no es fácil obtener estos datos por la falta de detalle de la información de la banca europea y porque muchas veces ésta no es comparable entre unas y otras entidades. En todo caso, señala como una fuente de riesgo, además de los créditos a las empresas del sector, la exposición a los grandes países productores, como Rusia (especialmente elevada en casos como Société Générale, Unicredito y Nordea). Santander no tiene presencia en Rusia, pero sí la tiene, y muy importante -es el mercado que más aporta a su beneficio-, de otro de los grandes países emergentes productores de crudo: Brasil.

Elementos que suavizan el riesgo

Ahpra bien, aunque el riesgo sea elevado, también hay varios factores que lo mitigan. El primero es que lo que es malo para el sector petrolero es bueno para otros sectores consumidores de petróleo (como las aerolíneas) a los que también tienen exposición los bancos y que compensan -aunque sea parcialmente- las posibles pérdidas derivadas del primero.

En segundo lugar, la exposición de los bancos europeos al sector suele ser de alta calidad crediticia, lo que también reduce el riesgo. Cita el ejemplo de que el principal deudor de ING en el sector es Shell, y el de BNP Paribas, Total. "Es simplemente natural que estos bancos tengan fuertes relaciones de crédito con las 'majors' de su país. No esperaríamos una fuerte subida de la morosidad de estos bancos con estos deudores", explica. Por el contrario, los bancos norteamericanos y la banca de inversión tienen una exposición mucho mayor a empresas con calificaciones creditiias mucho más bajas, del tipo high yield (bono basura).

Finalmente, están los plazos. Según Merrill Lynch, el grueso de la exposición de los bancos a las petroleras es financiación comercial a corto plazo, no créditos a largo. Esta financiación debe renovarse cada poco tiempo y, en consecuencia, sus condiciones se van adaptando a la cotización del barril, con lo que el banco va cubriendo el riesgo que supone su caída. Por el contrario, "los préstamos a largo plazo concedidos a empresas con alto endeudamiento cuando el petróleo estaba a 100 dólares son los que tienen más peligro", una cifra que coincide, por ejemplo, con la estimada por Repsol para rentabilizar la compra de la canadiense Talisman.

En principio, no parece que la banca tenga mucha relación con la cotización del petróleo, quel a semana pasada cayó a mínimos de seis años por debajo de 50 dólares por barril (y sin expectativas de recuperarse hasta finales del año que viene). Pero sí la tiene. La relación más obvia es su exposición a las empresas del sector, bien sea mediante créditos directos, bien mediante la deuda (bonos, pagarés...) que haya comprado. Pero también hay efectos de segunda vuelta que pueden ser incluso más importantes: movimientos en las divisas, deflación, impacto en países productores donde las entidades están presentes, etc.

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