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El franco suizo resiste el empuje de la libra y el dólar para ser la divisa más fuerte del año
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tras la histórica decisión de enero

El franco suizo resiste el empuje de la libra y el dólar para ser la divisa más fuerte del año

La remontada de las divisas británica y estadounidense está en marcha al calor de las subidas de los tipos que se esperan para final de año. Pero la divisa helvética aún es la más fuerte de 2015

Foto: El presidente del Banco Nacional de Suiza, Thomas Jordan
El presidente del Banco Nacional de Suiza, Thomas Jordan

La libra esterlina y el dólar estadounidense lo están intentando. Y no andan lejos. Pero la monumental sorpresa que el Banco Nacional de Suiza (BNS) propinó en enero, cuando liberó al franco suizo del anclaje que había mantenido contra el euro en los 1,20 francos desde septiembre de 2011, mantiene a la divisa suiza como la más fuerte entre las mayores divisas del mundo en lo que va de 2015.

La divisa helvética se aprecia contra todas. Sus avances oscilan entre el 2,7% que se fortalece contra la libra y el 2,8% que se revaloriza contra el dólar y el 21% que avanza contra el dólar neozelandés. ¿Y contra el euro? Contra la moneda única se aprecia un 13,3%, hasta los 0,942 euros. O a la inversa, un euro compra ahora 1,06 francos, un cambio en torno al que se mueve desde la medida con la que el BNS sacudió el mercado.

Contra todo pronóstico, el banco central suizo adoptó esa decisión a mediados de enero para recuperar su autonomía monetaria -porque ese anclaje con el euro le obligaba a seguir los pasos del Banco Central Europeo (BCE)- y para dejar de sostener su economía con un tipo de cambio intervenido. Eso sí, por mucho que la entidad presidida por Thomas Jordan haya intentando contener los efectos de esa decisión estableciendo unos tipos de interés negativos (ahora se mueven entre el -0,25% y el -1,25%), el peaje de esta medida está siendo alto. Por un lado, un franco más fuerte ha incrementado las presiones deflacionistas, con descensos interanuales de los precios del 1% en los tres últimos meses. Y por otro, ha frenado tanto las exportaciones que el Producto Interior Bruto (PIB) suizo se contrajo un 0,2% en el primer trimestre de 2015, el primer dato negativo desde el tercer trimestre de 2011, que fue cuando el BNS puso ese tope de 1,20 francos para evitar que la fortaleza de la moneda siguiera dañando a la economía.

En el caso de la libra y el dólar, su fortaleza se deriva de las intenciones de sus respectivos bancos centrales, el Banco de Inglaterra y la Reserva Federal (Fed), de subir los tipos de interés este mismo año. En cuanto al euro, la puesta en marcha del programa de expansión cuantitativa (QE) en enero, con el que el BCE se ha comprometido a crear al menos 1 billón de euros hasta septiembre de 2016, constituye el principal catalizador de la debilidad que manifiesta en 2015 no solo contra el franco, sino también contra el dólar o la libra.

En lo que respecta las divisas más débiles, tienen en común su exposición a las materias primas y a China, con lo que el abaratamiento de las primeras y el enfriamiento de la economía del gigante asiático les afecta de manera directa. Como medida preventiva para contener este impacto, están decretando unas rebajas de los tipos de interés que tienen su reflejo en el cambio de sus divisas. Este escenario es el que provoca que los dólares neozelandés, canadiense y australiano sean las monedas más débiles entre las principales del mundo en 2015.

La libra esterlina y el dólar estadounidense lo están intentando. Y no andan lejos. Pero la monumental sorpresa que el Banco Nacional de Suiza (BNS) propinó en enero, cuando liberó al franco suizo del anclaje que había mantenido contra el euro en los 1,20 francos desde septiembre de 2011, mantiene a la divisa suiza como la más fuerte entre las mayores divisas del mundo en lo que va de 2015.

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