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El MAB sigue KO un año después de Gowex, sin inversores y sin incentivos fiscales
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LAS PYMES SIGUEN SIN ALTERNATIVA A LA BANCA

El MAB sigue KO un año después de Gowex, sin inversores y sin incentivos fiscales

El Mercado Alternativo Bursátil, la gran esperanza de una vía de financiación no bancaria para las pymes, sigue herido de muerte por el escándalo de Gowex y ante la falta de incentivos fiscales

Foto: Jenaro García.
Jenaro García.

"El MAB [Mercado Alternativo Bursátil] sigue acusando muchísimo el daño que le hizo el fraude de Gowex. La gente no se fía de las empresas ni de la supervisión y le da miedo verse pillado en otra. El dinero todavía no ha vuelto y va a tardar el volver", admite una fuente del mercado. Un año después de aquel escándalo, el dinero que huyó despavorido de este mercado para pequeñas empresas en crecimiento no ha vuelto y no se le espera. Porque, aparte de que sigue la sombra de la sospecha sobre el conjunto de las empresas que cotizan en el mismo, también pesa la lentitud de la Justicia (Jenaro Garcíasigue libre corriendo maratones) y la falta de incentivos desde el Gobierno, especialmente fiscales, que son los que siempre ha demandado este mercado.

"Los inversores que entraron en la cresta de la ola del MAB se siguen arrepintiendo, pero son los típicos que ni siquiera conocen las compañías y entran buscando una subida del 50% porque es lo que había subido la empresa que salió antes de que entraran. Además, esos inversores tienen una cultura muy española, cuando pierden quieren que se lo pague alguien, en vez de asumir que han corrido un riesgo y ha salido mal", según otra fuente del mercado. A su juicio, "esos inversores están mejor fuera y es bueno separar el grano de la paja", pero el problema es que no han venido otros más profesionales a relevarlos.

Esta falta de dinero con ganas de invertir en el MAB-afectado también por el (de momento) amago de escándalo en Carbures-es reconocida también por las compañías que cotizan en él. No obstante, se muestran en su mayor parte contentas con esa decisión porque les da "visibilidad": es decir, antes de cotizarno las conocía nadie y el día que vuelvan los inversores ya contarán con una historia en bolsa y una disciplina de mercado que hará más fácil captar los recursos que ahora mismo se les niegan. De hecho, se espera que otras tres firmas den el saltó al parqué en las próximas semanas.

Con ese panorama, las empresas pequeñas y medianas que buscan financiación están en manos de los bancos. Algo que resulta dramático para muchas puesto que, aunque los bancos publican fuertes crecimientos del crédito en este segmento y hay una clara guerra comercial que hace bajar los intereses, "en España no hay financiación bancaria para las pequeñas empresas, sobre todo para las que se dedican a la innovación", según Antonio Romero-Haupold, presidente de la recientemente creada patronal de las empresas que cotizan en el MAB (Aemab).

En España no puede surgir un Apple o un Google

Eso se explica porque las entidades prefieren invertir en financiar la deuda del Estado en vez de proyectos innovadores: "En España sería imposible que surgiera un Apple o un Google porque la banca nunca le prestaría el dinero", afirma. "Para llegar a ser una de esas empresas, tienens que fracasar un par de veces antes, y aquí si fracasas una vez, el banco te cierra el grifo y no puedes volver a intentarlo".

En opinión de esta asociación, hacen falta dos cosas para conseguir que los inversores vuelvan al MAB. La primera es que la Justicia funcione, algo a lo que le dan más importancia que a la supervisión del mercado (la CNMV tampoco ha detectado nunca otros presuntosfraudes contables como Pescanova, Bankia o la CAM). "El problema es la Justicia. Si una empresa presenta unos papeles que son mentira, su responsable debe ir a la cárcel de inmediato, como en EEUU. Así la gente se lo pensaría antes de jugársela. Pero aquí no pasa nada", como ilustra el ejemplo de Jenaro García por la enorme parsimonia con que lleva la instrucción el juez Santiago Pedraz.

Montoro se niega a dar incentivos fiscales

La segunda es que el Gobierno conceda incentivos fiscales para los pequeños inversores que entren en estas compañías. Algo que existe en los mercados alternativos de otros países, como Reino Unido, y que aquí han solicitado reiteradamente tanto el MAB como el MARF (Mercado Alternativo de Renta Fija). "Una posibilidad sería no tributar por las plusvalías hasta que no salgas del MAB, con lo que el inversor podría ir cambiando de empresa sin pagar por ello, como ocurre actualmente con los fondos de inversión", propone Aemab.

Sin embargo, estas peticiones se han encontrado siempre con la negativa de los Gobiernos, tanto del deZapaterocomo del deRajoy. La explicación siempre ha sido que hasta que no se reduzca el déficit a los objetivos fijados por Bruselas no se pueden ampliar los incentivos fiscales a ningún tipo de inversión. De ahí que la reforma fiscal deCristóbal Montorodejase fuera esta demanda así como otras relacionadas con la inversión que procedían de laComisión Lagares. Y después del escándalo de Gowex, el MAB no está en las mejores condiciones para volver a exigir ventajas a Hacienda.

El fraude de Gowex se hizo oficialel 6 de julio del año pasado, cuando Jenaro García reconocía el falseamiento de las cuentas en los cuatro ejercicios anteriores y presentaba su dimisión, al tiempo que la empresas solicitaba el concurso de acreedores. El escándalo había saltado el 1 de julio, cuando la firma de análisisGotham Citypresentaba un demoledor informe en el que aseguraba que el 90% de los ingresos de Gowex eran falsos y que la empresa valía cero, lo que a la postre resultó ser cierto.

"El MAB [Mercado Alternativo Bursátil] sigue acusando muchísimo el daño que le hizo el fraude de Gowex. La gente no se fía de las empresas ni de la supervisión y le da miedo verse pillado en otra. El dinero todavía no ha vuelto y va a tardar el volver", admite una fuente del mercado. Un año después de aquel escándalo, el dinero que huyó despavorido de este mercado para pequeñas empresas en crecimiento no ha vuelto y no se le espera. Porque, aparte de que sigue la sombra de la sospecha sobre el conjunto de las empresas que cotizan en el mismo, también pesa la lentitud de la Justicia (Jenaro Garcíasigue libre corriendo maratones) y la falta de incentivos desde el Gobierno, especialmente fiscales, que son los que siempre ha demandado este mercado.

Cristóbal Montoro
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