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La incertidumbre tiene premio: los vehículos para aprovechar la volatilidad del mercado
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La incertidumbre tiene premio: los vehículos para aprovechar la volatilidad del mercado

El año está siendo de todo menos estable en el parqué. Eso se llama volatilidad y parece que ha venido para quedarse. No la tema; únase a ella

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La crisis de las divisas emergentes, el conflicto entre Rusia y Ucrania, la debilidad de los datos macroeconómicos en China… son varios los focos de incertidumbre que se han propagado por el parqué durante el primer trimestre de 2014. El índice de volatilidad VIX, uno de los mejores termómetros para medir la inquietud de los mercados, ha reflejado ese nerviosismo al moverse este año entre los 12 y los 21 puntos. Ahora que vuelve a situarse en los 14 puntos, la mayoría de los expertos coincide al señalar que puede ser un buen momento para invertir en volatilidad.

José Luís Martínez Campuzano, analista de Citi, considera que “en niveles de 12 a 14 puntos puede ser una buena idea en un contexto en el que los bancos centrales han sacrificado la estabilidad del mercado a corto plazo para mantenerla a largo plazo”. Ahora bien, Campuzano avisa: que se preparen los inversores para aguantar emociones fuertes.

Y es que los principales índices de volatilidad no se caracterizan por ser una balsa de aceite (ver gráfico adjunto). “El momento de invertir es cuando nadie habla de ella. Ahora venimos de un periodo de calma en los mercados y puede ser buen momento, pero hay que tener en cuenta que la forma de entrar es compleja y requiere de una gestión profesional”, asegura Juan Ramón Caridad, director del máster de finanzas FIA. Desde Inversis, el gestor David Navarro también insiste en este último punto al subrayar que “suele haber problemas con el cliente retail porque no consigue replicar lo que él entiende por volatilidad, que son las subidas y bajadas del VIX. Al final el VIX presenta una tendencia plana pese a sus bruscos movimientos y no se debe entender de la misma forma que los principales índices bursátiles al uso”, añade.

Son vehículos complejos que requieren de una gestión profesional y no siempre replican lo que el inversor retail entiende por volatilidad, que son las subidas y bajadas del VIX

Desde Caja España fondos, su director David Azcona recuerda que un aliciente más para invertir en volatilidad es la expectativa de una subida de tipos. “Históricamente su incremento va de la mano y en un contexto de normalización de tipos podría ser una opción a tener en cuenta”, subraya. A partir dea estas consideraciones, los expertos distinguen varias formas de invertir en volatilidad.

Tradicionalmente, la forma de hacerlo ha sido a través de opciones y, por ello, quienes invertían eran profesionales con los conocimientos técnicos necesarios para poder hacerlo. Ahora, tal y como señalan los gestores, se ha simplificado con instrumentos como los ETF (Exchange Traded Funds), fondos cotizados que replicanalguno de los índices de volatilidad y suponen un vehículo líquido con el que acceder a estos activos.

Por patrimonio gestionado destacan tres ETF que invierten en volatilidad. El primero de ellos es el Lyxor ETF S&P 500 VIX Futures Enhanced Roll (LVIX), con más de 22 millones de euros bajo gestión y una exposición que cambia del índice de futuros a corto plazo al índice de futuros a medio plazo del VIX con el fin de controlar de forma eficiente estos contratos y aprovechar los picos de volatilidad en el mercado. Dicho de otra forma, se ajusta la exposición a los distintos vencimientos de volatilidada partir de a la media de los últimos 15 días. Los gestores recomiendan este producto si el inversor quiere hacer de la volatilidad una parte permanente de su cartera.

El segundo ETF por cuota de mercado es Source Nomura Voltage Mid-Term, con 15,4 millones de dólares bajo gestión. Su objetivo es captar picos de volatilidad con una exposición ajustada al índice S&P 500 VIX Mid-Term. Si la volatilidad sube por encima de la media de los últimos 30 días, el ETF se reequilibra para conseguir una mayor exposición al VIX.

El tercer mayor ETF que invierte en volatilidad es el Source Nomura Voltage Short Term, con 10 millones de dólares bajo gestión, cuya diferencia fundamental respecto al anterior es que su exposición está enfocada a los vencimientos a corto plazo frente a los de medio plazo.

En el mercado también existen fondos de inversión que combinan distintas estrategias con opciones de compra (call) y venta (put) que reciben distintas denominaciones como straddles (compra de un put y un call), strangles (comprar o vender una put y una call con mismo vencimiento pero distinto precio), calendars, butterflies… Las gestoras más populares en estos productos son Natixis Global Asset Managementy Amundi (Credit Agricole).

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En el caso de la primera, cuenta con el fondo Seeyond Volatility Actions Fund, un producto que fue lanzado el pasado mes de noviembre y cuyo objetivo de inversión es mantener una exposición dinámica a la volatilidad por un periodo de tres años. Su objetivo de rentabilidad anualizada se sitúa por encima del 6,5%.

Por su parte, Amundi cuenta en su oferta comercial con el fondo Amundi Funds Absolute Volatility World Equities, con una exposición flexible a los cambios en la volatilidad implícita a un año de los índices que representan a los principales mercados mundiales en renta variable. El fondo, lanzado en noviembre de 2007, presenta rentabilidades anualizadas negativas del 4,8% a tres años y del 1,7% a cinco años.

Esta gestora también comercializa el fondo Amundi Funds Absolute Volatility Euro Equities, cuya diferencia respecto al anterior es que toma posiciones en relación con la volatilidad implícita de los mercados de renta variable europeos. Las caídas en la rentabilidad anualizada de este producto desde que se lanzó en noviembre de 2006 son algo más suaves que en el caso anterior y se sitúan en el 4,3% anual en los últimos tres años y en el 0,32% en los últimos cinco ejercicios.

La forma tradicional de invertir en estos activos es mediante operaciones con derivados (opciones de compra y venta). Se denominan estrategias simples de volatilidad, entre las que destacan las protective put (añadir a la cartera la compra de una opción de venta) o covered call (añadir una venta de opción de compra). No obstante, David Navarro insiste en que estas opciones pueden suponer un serio riesgo si el cliente permanece apalancado en ellas.

“Estas alternativas precisan de una gestión activa y no es recomendable plantear posiciones a medio plazo y cuando decimos medio plazo nos referimos a más de unas semanas o un mes. Los cambios son muy agresivos y mantener la cobertura con derivados resulta muy cara”, apunta Navarro.

Por su parte, Juan Ramón Caridad cree para obtener rentabilidad en estos activos es necesario buscar volatilidad implícita a plazos no superiores a un mes. “Un buen vehículo para ello son los fondos de bonos convertibles (un híbrido de renta fija y renta variable que cuenta con un bono y una opción sobre un índice bursátil), en los que el inversor puede aprovechar la volatilidad del mercado para acabar sacando provecho de las acciones que puede obtener”, afirma.

La crisis de las divisas emergentes, el conflicto entre Rusia y Ucrania, la debilidad de los datos macroeconómicos en China… son varios los focos de incertidumbre que se han propagado por el parqué durante el primer trimestre de 2014. El índice de volatilidad VIX, uno de los mejores termómetros para medir la inquietud de los mercados, ha reflejado ese nerviosismo al moverse este año entre los 12 y los 21 puntos. Ahora que vuelve a situarse en los 14 puntos, la mayoría de los expertos coincide al señalar que puede ser un buen momento para invertir en volatilidad.

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