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De mínimos a máximos en cinco años: la Fed impulsa la histórica remontada del Dow
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el índice ha subido un 150% en un lustro

De mínimos a máximos en cinco años: la Fed impulsa la histórica remontada del Dow

El shock duró casi seis meses. Pero tras despeñarse, Wall Street dio paso a una espectacular secuencia alcista que le ha llevado hasta máximos históricos

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El shock duró casi seis meses. Durante ese periodo, la amenaza de un colapso financiero global estaba tan presente que casi se podía tocar. Y a su rebufo, el motor de la economía real se paró en seco. Fue el tiempo que transcurrió tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, un periodo que en las bolsas se tradujo en caídas y más caídas. Era como si el suelo se hubiera desintegrado, sobre todo en Wall Street, y como si no quedara otra opción que continuar bajando.

Pero llegó el milagro. Como siempre, sin avisar y sin que nadie,en ese momento, pudieraidentificar lo que estaba ocurriendo ni la magnitud del cambio que se avecinaba. Pasó el 10 de marzo. Ese día, y de forma imprevista, Citi anunció que su maquinaria volvía a funcionar; esto es, que el negocio de la banca de inversión había vuelto a ser rentable.

Supuso un chutede optimismo monumental, que dio lugar a dos consecuencias: la primera, que los principales índices bursátiles estadounidenses registraron sus mínimos de la crisis el 9 de marzo; y la segunda, que ese mismo 10 de marzo, con unas subidas próximas al 6%, Wall Street cambió el chip y dio paso a una espectacular secuencia alcista que hoy, justo cinco años después, aún persiste.

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En este lustro, los inversores han contemplado una secuencia extraordinaria, puesto que al Dow Jones y al S&P 500 les ha dado tiempo no sólo de recuperar los niveles pre-Lehman, sino de pulverizar sus máximos históricos. Cinco años después de los mínimos, al Dow apenas le queda el recuerdo, puesto que camina 10.000 puntos por encima: los 6.547 puntos del 9 de marzo de 2009 han dado paso a los 16.480 puntos actuales, o lo que es lo mismo, entre ambos momentos se ha disparado un 151%. En el caso del S&P 500, la subida es aún mayor, puesto que alcanza el 177%, hasta los 1.875 puntos.

Lo más llamativo de estos datos no es únicamente la envergadura de las subidas, sino la velocidad a la que se han producido. La comparación con los registros del crac de 1929 y la Gran Depresión posterior así lo evidencia. El Dow Jones tuvo que esperar25 años para romper los máximos históricos conquistados en 1929; en la crisis actual, le ha costado menos de seis años superar el anterior récord, que databa de 2007.

Y tanto en la velocidad como en la magnitud de la remontada, unprotagonista destacado: la Reserva Federal (Fed). El banco central estadounidense, bajo la batuta de la persona que ocupó la presidencia hasta el pasado 31 de enero, Ben Bernanke, ha desempeñado una papel fundamental en la ascensión de sus cotizaciones. ¿Cómo lo ha hecho? Recetando la política monetaria más expansiva en la historia de la entidad. En lo convencional, rebajandolos tipos de interés en 2008 hasta el 0-0,25%, un nivel en el que nunca antes habían estado y del que aún hoy no se han movido. Y en lo heterodoxo, poniendo en marcha desde noviembre de 2008 sucesivos programas de compras de activos, hasta un total de tres (QE1, QE2 y QE3), con los que ha inyectado en el sistema 3,5 billones de dólares.

Este dinero ha sido el combustible que ha respaldado la subida de las acciones en Wall Street... y más allá, puesto que ha sido, con el refuerzo de las medidas expansivas de otros bancos centrales, como catalizador de la escalada de la renta variable internacional y otros activos de riesgo. Al mismo tiempo, y aunque en este terreno la discusión es mayor, las inyecciones de la Fed han reavivado la actividad económica en EEUU. El paro, que llegó a crecer hasta el 10%, ha bajado al 6,7%, y el crecimiento, tras los 18 meses de recesión sufridos entre diciembre de 2007 y junio de 2009 -la contracción más larga desde la Gran Depresión-, se situará este en torno al 3%.

Alemania aguanta el pulso

Aunque Wall Street acaparaba en 2008 y 2009 todas las miradas por la quiebra de Lehman Brothers, lo cierto es que la onda expansiva de su caída fue global. Y lo demuestra el hecho de que los principales índices mundiales también marcaran sus mínimos de la crisis en marzo de 2009... y también rebotaran con fuerza desde entonces.

La bolsa que más aguantado el ritmo de la estadounidense ha sido alemana. Desde marzo de 2009, cuando cayó a su nivel más bajo desde 2004, acumula una revalorización del 160% y, como en el caso del Dow y el S&P 500, esta escalada le ha llevado más lejos que nunca, puesto que este año ha superado los 9.700 puntos por primera vez en su historia.

En otros mercados, el Nikkei 225 japonés se ha disparado un 112% en el último lustroy el Footsie 100 británico, un 92%, un avance que le ha llevado hasta los niveles más altos desde 1999.

¿Y España? Mejor con dividendos

En el caso española, la fotografía no es tan halagüeña. Un dato ilustra que la bolsa española ha protagonizado su propia versión de la crisis: el Ibex 35 no marcó los mínimos en marzo de 2009, sino en julio de 2012, cuando llegó a perder los 6.000 puntos y el temor a la ruptura del euro se mascaba en los mercados.

Por eso, tomando como referencia los cinco últimos años, en este intervalo el Ibex sólo ha subido un 50%, hasta los 10.164 puntos a los que cerró este viernes. De hecho, ni siquiera se ha acercado todavía al récord previo a la crisis, situado en los 15.945 puntos alcanzados en noviembre de 2007. Aún está más de un 35% por debajo de ese nivel.

Ahora bien, la perspectiva cambia -y mucho- en la bolsa españolasi se tienen en cuenta los dividendos. Primero, porque el Ibex con dividendos sí marcó su mínimo de la crisis el 9 de marzo de 2009, en los 11.605,4 puntos. Y segundo, porque desde entonces ha escalado un 103%, hasta los 23.262 puntos. Desde esta cota, apenas le queda un 9% para superar su máximo histórico.

El petróleo más que el oro

Fuera de la renta variable, las materias primas han resultado las más beneficiadas por los estímulos monetarios del último lustro. El barril Brent, de referencia en Europa, se ha encarecido un 145% en este periodo, hasta los 108 dólares. Y la onza de oro se ha revalorizado un 45%, hasta los 1.335 dólares.

En las divisas, el cuerpo a cuerpo entre el euro y el dólar ha estado supeditado a los dictados de sus respectivos bancos centrales. Y como el estadounidense ha ido más lejos con sus medidas que el europeo, el euro se ha apreciado contra el dólar. Desde marzo de 2009, ha subido casi un 10%, hasta los 1,387 dólares.

Al mismo tiempo, las medidas de estímulo de las instituciones monetarias han propiciado unas favorables condiciones financieras para la recuperación. Así se refleja en el rendimiento de la deuda soberana-en el gráfico se refleja la evolución de la rentabilidad, no del precio de los bonos, que, lógicamente, hasubido desde 2009-. Desde marzo de 2009, el rendimientode los bonos estadounidenses a 10 años ha bajado casi un 3%, hasta el 2,79%, y elde los bonos españoles, un 16%, hasta el 3,36%.

Próxima estación:la normalización

Con este balance en la mochila, tanto los mercados como la economía mundial encaran el reto de pasar a la siguiente fase. Es decir, confirmar que la recuperación tiene tracción propia y se puede ir desconectando de los estímulos monetarios sin provocar una recaída.

Por ahora, las maniobras de retirada por parte de la Fed, que ha reducido el QE3 en diciembre y enero, han provocado sobresaltos, como losefectos colaterales sentidos en los mercados emergentes. Es el primer pasohacia una normalización que se presume difícil. Hace cinco años se obró el milagro. Cinco años después, el sueño es volver a la normalidad.

El shock duró casi seis meses. Durante ese periodo, la amenaza de un colapso financiero global estaba tan presente que casi se podía tocar. Y a su rebufo, el motor de la economía real se paró en seco. Fue el tiempo que transcurrió tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, un periodo que en las bolsas se tradujo en caídas y más caídas. Era como si el suelo se hubiera desintegrado, sobre todo en Wall Street, y como si no quedara otra opción que continuar bajando.

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