Arrojo dimite como presidente de Service Point para presionar a la banca acreedora

Apenas cinco horas después de anunciar la presentación de concurso de Service Point, el presidente de la compañía, José Manuel Arrojo, ha comunicado ala CNMV -Comisión Nacional del Mercado de Valores- su renuncia como consejero y presidente de la compañía, un movimiento dirigido a intentaraumentar la presión hacia la banca acreedora.

Ésta ha rechazado todas las ofertas presentadas por la empresa para refinanciarse, ante lo que el empresario ha optado por acelerar el concurso de acreedores como medida de presión definitiva, convencido de que las entidades acreedoras terminarán prefiriendo alguna de las propuestas que están sobre la mesa antes que una administración concursal.

De hecho, el pasado 20 de enero, al cumplirse los tres meses reglamentados depreconcurso, el consejo de administración de Service Point se vio obligado a iniciar el proceso concursal definitivo, pero lo hizo con la vista puesta en agotar el mes máximo de plazo que tiene, ante lo que convocó una Junta Extraordinaria para finales de este mes de febrero.

Sin embargo, el consejo de administración de la compañía ha acelerado hoy todo el proceso, una jugada que obliga a la banca acreedora a tener que mover ficha rápidamente.Sobre todo ahora sí que seenfrenta, definitivamente,a un complejo proceso, marcado por el embargo de algunas filiales, el cierre de otras, y una cadena de deudas entre las diferentes empresas que componen Service Point y que podría terminar haciendo a la banca acreedoraperder más dinero del que han puesto sobre la mesa Sherpa Capital y Springwater.

Los dos fondos está intentando hacerse con la compañia en este tiempo de descuento mediante la compra de la deuda del grupo, que ronda los 100 millones de euros. La firma suiza fue la primera en irrumpir, con una quita del 80%, que ha contraatacado su rival poniendo sobre la mesa 25 millones de euros, 5 millones más que Springwater.

Lloyd's y GE Capital son las entidades que tienen en su mano inclinar la balanza en una y otra dirección, ya que son ellas las que siempre han terminado cerrándose en banda y, en consecuencia, han echado por tierra todoas las ofertas sobre la mesa.