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España perderá el acceso al mercado en 2013 y entonces habrá rescate ‘duro’
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UBS ASEGURA QUE LAS RENTABILIDADES SE IRÁN AL 7%

España perderá el acceso al mercado en 2013 y entonces habrá rescate ‘duro’

La diferencia básica entre el rescate de Grecia, Irlanda y Portugal y el de España, cuando llegue, radica en la capacidad de seguir financiándose en los

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España perderá el acceso al mercado en 2013 y entonces habrá rescate ‘duro’

La diferencia básica entre el rescate de Grecia, Irlanda y Portugal y el de España, cuando llegue, radica en la capacidad de seguir financiándose en los mercados. Esta característica es la que está permitiendo al Gobierno de Mariano Rajoy negociar unas condiciones suaves a través de una línea blanca de crédito. Pero esto puede cambiar.

UBS no duda al asegurar que “España perderá el acceso a los mercados en algún momento, seguramente en la segunda mitad de 2013” y sostiene que esto ocurrirá después de la puesta en marcha del programa de compra de bonos del Banco Central Europeo, ya que la institución limitará la intervención como ya hizo en 2011, permitiendo que la rentabilidad se vuelva a disparar al 7%.

Y es que, aunque “es probable que el Mecanismo Europeo de Estabilidad compre bonos españoles en el mercado primario el año que viene (…) en el mejor de los casos el EMS comprará un máximo de 25.000-30.000 millones en 2013”. El resto de emisiones del Tesoro las tendría que colocar entre inversores y, teniendo en cuenta que el mayor sostén de la deuda pública son los bancos nacionales que, según UBS, en pleno saneamiento no van a estar tan por la labor de financiar más al Estado, España se quedaría sin demanda, y teniendo que vender 124.000 millones de euros, según las estimaciones del banco suizo.

Así, desde la entidad distinguen tres fases. En primer lugar, antes de la puesta en marcha del OMT, con el resurgir del interés por activos de riesgo –en la que estamos-. Después, las rentabilidades se irán hacia arriba por la ausencia de compradores de bonos y esto obligará a pedir ayuda, llegando a la fase de compra de bonos. 

Sin embargo, en UBS no esperan “que el OMT vaya a mantener las rentabilidades debajo de manera sustancial, con lo que recomendamos olvidarse de cualquier movimiento fuerte provocado por el OMT. En la fase post-OMT pensamos que las rentabilidades de España se van a disparar hasta niveles comparables con junio-julio, en el punto en el que se reconocerá que España ha perdido el acceso completo al mercado”.

De darse esta circunstancia, no sería después de las elecciones de Alemania, aunque Javier Diaz, profesor del IESE, asegura que de aquí a entonces “pueden ocurrir tantas cosas y el equilibrio sigue siendo tan inestable, que no hay nada que diga de qué lado va a caer la bola”, y todo es pura especulación.

De lo que sí está seguro es de que si Rajoy no pide ayuda en los próximos dos meses, entonces habrá que esperar hasta la segunda mitad del año, superada la cita electoral de septiembre, para ver alguna novedad. Y hasta entonces “el BCE puede mantener indefinidamente la prima entre 350 y 400 puntos con la tolerancia de Alemania de manera no oficial”, explica el experto. 

“El único riesgo es que se produzca algún acontecimiento extraordinario que dinamite la confianza y se genere una estampida de la deuda española” y “hoy el rescate lo veo más improbable que hace dos semanas”, concluye Díaz.

El acceso al crédito se corta seguro”, defiende por el contrario Daniel Lacalle, gestor del hedge fund Ecofin. Cuando esto ocurra, España tendrá que pedir un rescate en el sentido estricto de la palabra y se impondrán condiciones como el “recorte de las pensiones, de los empleados públicos y de la prestación por desempleo”. Basta mirarse en el espejo de Irlanda, Portugal y Grecia para intuir los ajustes que impondría Bruselas a cambio de una salvación total.

La diferencia básica entre el rescate de Grecia, Irlanda y Portugal y el de España, cuando llegue, radica en la capacidad de seguir financiándose en los mercados. Esta característica es la que está permitiendo al Gobierno de Mariano Rajoy negociar unas condiciones suaves a través de una línea blanca de crédito. Pero esto puede cambiar.