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Michael Burry, el doctor subprime
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Michael Burry, el doctor subprime

Michael Burry no es un gestor estrella al uso. Después de montar el más que rentable fondo de inversión Scion Capital, ha saltado a la fama

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Michael Burry, el doctor subprime

Michael Burry no es un gestor estrella al uso. Después de montar el más que rentable fondo de inversión Scion Capital, ha saltado a la fama de las finanzas, no solo por las altas rentabilidades que ha conseguido en dos crisis -la punto com y la subprime- sino que su caso ya ha servido de argumento en tres libros, el último escrito por el periodista de VanityFair, Michael Lewis, titulado The Big Short y del que hace un adelanto en la misma publicación.

¿La mayor hazaña de Burry? Hacer una fortuna gracias al subprime utilizando una fórmula segura que hasta la fecha no se le había ocurrido a nadie en este mercado, empezar a comprar CDS (credit default swaps o seguros frente al impago) sobre -y aquí está la novedad- determinados bonos de hipotecas de alto riesgo, no sobre todo el sector. De hecho, su idea fue tan novedosa que no existían CDS sobre bonos subprime como tal y tuvo que convencer a varias entidades de sus bondades. Goldman Sachs y Deutsche Bank finalmente pasaron por el aro.

Hasta aquí la historia normal del analista que tiene la visión, apuesta por ella y le sale bien. La particularidad del caso de Burry, y de ahí que se le considere realmente un gurú, es cómo ha llegado a donde está.

Nunca estudio nada relacionado con el mundo de las finanzas. Ni másters, ni cursos especializados, ni carrera, ni tradición familiar… nada de nada. De hecho, cuando todavía era un adolescente, su propio padre le dijo una vez, enseñándole la tabla de cotizaciones en la parte de atrás del periódico, “el mercado de valores es un lugar retorcido y no se puede confiar en él y mucho menos invertir”, según relata en el libro, “esto le fascinó”.

Burry llegó al sistema financiero casi por casualidad. Desde el instituto le había fascinado el mundo de la inversión, pero se decantó por la medicina en la Universidad de Vanderbilt. Ya como residente comenzó a interesarse por los ordenadores, no por su beneficio personal, sino por su verdadera obsesión vital: el funcionamiento interno de los mercados.

Sobre este asunto había devorado libros desde que era sólo un niño, sobre todo, los relacionados con la Gran Depresión, Benjamin Graham, maestro de Warren Buffet y el propio oráculo de Omaha, del que aprendió que invertir no puede reducirse a ninguna fórmula ni se puede aprender de ningún modelo.

“Si tu vas a ser un gran inversor, tienes que buscar tu estilo en lo que eres” explica Burry en el libro. “A la primera me di cuenta de que Warren Buffet, pese a que obtuvo grandes ventajas al aprender de Ben Graham, no copia a Ben Graham, siguió su propio camino con sus propias reglas”.

De médico residente a bloggero financiero

Una noche de noviembre de 1996, durante una rotación en cardiología en el hospital de Saint Thomas, en Tennessee, se hizo con un ordenador y se metió en un foro llamado Techstock.com. Ahí creó una conversación bajo el nombre “inversión de valor” y decidió poner en práctica todo lo que había leído “invirtiendo en el mundo real”. Sin un duro, se limitaba a colgar sus consejos y comentarios en la red. Pronto, tenía un gran número de parroquianos que seguían los comentarios del Dr. Mike Burry –como firmaba- y empezaron a hacer dinero con ellos.

Fue entonces cuando creó su propio blog, al menos lo que hoy en día conoceríamos como tal, ya como residente de neurología en el hospital universitario de Standford. Trabajaba 16 horas en el hospital y actualizaba su página entre las doce de la noche y las tres de la mañana. La gente comenzaba a seguirle a tiempo real y hacía inversiones de valor en plena burbuja tecnológica. “El está comprando acciones igual que nosotros”, explica en el libro un gestor de un gran fondo de Philadelphia. “Pero nosotros estamos perdiendo dinero, estamos perdiendo clientes y el ha crecido un 50%. Es increíble. Y nosotros no somos los únicos que estamos siguiendo sus pasos.”

De hecho, Burry echó una mirada a los dominios que estaban atentos de sus movimientos y entre sus lectores se encontraban AOL, Fidelity o Morgan Stanley.

Pronto se dio cuenta de que iba a tener problemas con los médicos del hospital al no rendir al 110% y se empezó a cansar. “Gente muerta, miembros muertos, más gente muerta, más miembros muertos. Pensé, quiero algo más cerebral”, cuenta en The Big Shorts.

Volvió a San José y juntó 40.000 dólares que tenía invertidos en activos y los 145.000 dólares de su crédito para estudios con el fin de estudiar qué tipo de cartera iba realmente a gestionar. Su padre, que lo llamó loco cuando dijo que dejaba la medicina para convertirse en gestor de fondos, acababa de morir. Su madre podía aportar 20.000 dólares y sus tres hermanos 10.000 dólares cada uno. Con ese capital el Doctor Michael Burry abrió Scion Capital con un capital mínimo para entrar en el fondo de 15.000 dólares.

Consigue su primer millón de dólares

Nada más alquilar una oficina, comprar el mobiliario y abrir la cuenta del bróker recibió la llamada de Gotham Capital, fundado y gestionado por Joel Greenblatt, que le compraban un 25% de su hedge fund por un millón de dólares.

Después de eso, White Mountain, gestionado por Jack Byrne, miembro del círculo de amistades del propio Buffet, también se interesó por Scion Capital y así obtuvo otros 600.000 dólares por su fondo.

En su primer año de vida, 2001, el S&P cayó un 11.88% y Scion ganó un 55%. En 2002, frente a la caída del 22,1% del índice, el fondo se revalorizó un 16% y el 2003, cuando el S&P finalmente subió un 28,69%, Scion lo batió con un 50% de repunte. A finales de 2004, Mike Burry gestionaba 600 millones de dólares.

El rentable negocio de la quiebra subprime

Con tan sólo 32 años, se metió por primera vez en el mercado de bonos. No hablo con nadie de su nueva obsesión, se encerró en su oficina y comenzó a devorar libros y artículos sobre esta materia. Quería saber especialmente cómo funcionaban los bonos subprime.

Entendió los créditos personales como si fueran un edificio. Los pisos de arriba pagaban los primeros el préstamo y obtenían las mejores calificaciones de las agencias y los tipos de interés más bajos. Los de los pisos inferiores pagaban más tarde, sufrían las primeras pérdidas y obtenían los peores ratings. Éstos, al suponer un mayor riesgo, ofrecían las rentabilidades más elevadas. Pero Mike Burry no quería comprar bonos hipotecarios, quería ponerse corto en los mismos.

Se leyó cada informe de cada producto, hasta la letra pequeña. El mercado subprime es especialmente opaco y Burry quería saberlo todo. Pero se encontró con un problema, no podía ponerse bajista en bonos. Para vender una acción o un bono en corto necesitas pedirlo prestado antes y estos paquetes los podías comprar o no comprar, pero no ofrecían la posibilidad de apostar contra ellos. Así que tiró por el mercado de CDS, convencido de que comprando seguros frente al impago por treinta años, los bonos iban a explotar como máximo en dos años, en el momento en el que subieran los tipos de interés mantenidos artificialmente bajos.

El único problema es que no había CDS de bonos hipotecarios subprime y acudió a las firmas de Wall Street para que los crearan. Evitó Bear Stearns y Lehman Brothers, seguro de que si se colapsaba el mercado subprime iban a ser los primeros en caer dada su elevada exposición y no conseguiría que le abonaran su pago. De los siete grandes a los que llamó, sólo Deutsche Bank y Goldman Sachs mostraron interés.

En 2006, Greg Lippman de Deutsche Bank trató de comprarle los miles de millones en CDS que tenía. Tres días después fue Goldman Sachs. También Morgan Stanley quería quedarse todos los CDS de Burry. La razón era obvia, habían saltado las alarmas.

Para el mes de febrero de 2007 los préstamos subprime se estaban dejando de pagar en números récord. Así, en junio de 2008, los inversores que tuvieron paciencia cuando Burry se lo pidió consiguieron un beneficio neto de 489,34%, mientras que la ganancia del fondo fue de 726%.

Hoy, en la web de Scion Capital se puede leer el siguiente mensaje: “El Dr. Michael Burry ha liquidado Scion Capital y se centra actualmente en sus inversiones privadas. El Dr. Burry no acepta inversores externos. Si usted tiene interés, el Dr. Burry ha puesto a su disposición los informes a los inversores de Scion Capital”.

Michael Burry no es un gestor estrella al uso. Después de montar el más que rentable fondo de inversión Scion Capital, ha saltado a la fama de las finanzas, no solo por las altas rentabilidades que ha conseguido en dos crisis -la punto com y la subprime- sino que su caso ya ha servido de argumento en tres libros, el último escrito por el periodista de VanityFair, Michael Lewis, titulado The Big Short y del que hace un adelanto en la misma publicación.