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El comité de empresa de Ferraz intenta zanjar la polémica por el Gordo y rebajar la tensión
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El comité de empresa de Ferraz intenta zanjar la polémica por el Gordo y rebajar la tensión

La sección sindical de UGT escucha la versión del encargado de gestionar la lotería y se cree que intercambió dos décimos con su primo y compró los otros tres. Decide no ir más allá

Foto: Numerosos periodistas permanecen apostados en la sede del PSOE, en Ferraz, 70, el pasado 30 de septiembre, en plena crisis del partido. (EFE)
Numerosos periodistas permanecen apostados en la sede del PSOE, en Ferraz, 70, el pasado 30 de septiembre, en plena crisis del partido. (EFE)

Tras la tempestad, Ferraz intenta buscar su calma. El cabreo de los trabajadores a cuenta del lío generado por el Gordo de Navidad no se ha disipado del todo, pero el comité de empresa busca reconducir la tensión interna, zanjar la polémica. Ya ha escuchado la versión del encargado de llevar a la sede federal los cinco décimos del 66.513, los que fueron premiados, y ha decidido no dar más hilo a la cometa. No buscar tres pies al gato ni trasladar la polémica a los tribunales.

La representación de los trabajadores del cuartel general del PSOE, formada por nueve empleados (y todos de UGT, claro), tenía prevista una reunión este viernes para abordar cuestiones laborales que se habían discutido previamente con la 'empresa' —con la gerencia de Ferraz, al frente de la cual está Goyo Martínez—. Pero el embrollo causado por el Gordo salió durante el debate, como se preveía. Los miembros del comité pidieron a quien gestiona toda la Lotería en la sede, Juanmi Rojo, miembro de la sección sindical de UGT y del departamento de Administración y Compras, que relatara cómo había pasado todo.

Rojo desgranó su versión, la misma que en los últimos dos días ha venido contando El Confidencial. Y es esta: él encargó a la administración de la que son propietarios sus primosAgustín Ramos y María José Rojo— el número completo que se vendería después en Ferraz, para políticos, trabajadores, periodistas... 1.650 décimos del 91.674. Ese era el número 'oficial', el acabado en 4, porque el PSOE ha respetado la tradición de quien fue su presidente durante más de dos décadas, Ramón Rubial, que sentía predilección por esa cifra. Pero además Rojo se hizo con cinco boletos del 66.513: se los había pedido a sus primos loteros porque le encanta el 13 y siempre lo juega. Dos de ellos los intercambió con ellos, y otros tres los pagó (60 euros, a 20 por participación).

Foto: Decenas de periodistas a las puertas de la sede de Ferraz, el día del comité federal del 1 de octubre que se llevó por delante a Pedro Sánchez. (EFE)

El itinerario de la suerte

¿Cómo se repartieron esos cinco décimos salidos de la administración número 32 de Madrid? Rojo entregó uno de ellos a su mujer. Otro lo intercambió con uno de sus jefes, Restituto Hernández, el director financiero del PSOE, muy aficionado a la lotería. Otro se lo regaló al gerente, Goyo Martínez. Y los últimos dos boletos los dejó en el bote que tiene con sus compañeros de departamento. Todos ellos (en torno a 13 personas) ponen unos 40 euros para pagar participaciones y décimos que les venden agrupaciones y federaciones socialistas o los comercios cercanos al cuartel general. Rojo, en lugar de poner 40 euros en metálico, dejó esos dos billetes.

De los cinco décimos, Juanmi Rojo dio uno a su mujer. Otro lo intercambió con uno de sus jefes, otro se lo regaló al gerente y dos fueron para el bote del área

La versión de Rojo fue avalada por Paloma Rodríguez, miembro también del área de Administración y Compras y presidenta del comité de empresa de Ferraz. "Se trataba entonces de creer o no creer. Y no hay pruebas para creer lo contrario de lo que dijo. Conocemos a Juanmi hace mucho tiempo y sabemos que es un tío serio. Si tuviéramos dudas fundadas de que miente, lo denunciaríamos, pero no es así. Así que decidimos que ahí se acaba la cosa", explica uno de los integrantes de la sección sindical de UGT en la sede, que insiste en que el comité no tenía pensado colectivamente emprender acciones judiciales contra los agraciados por el Gordo, ni acudir a la comisión de ética y garantías, ni pedir su expulsión. Rojo, contactado por este diario, también confirma que así se desenvolvió el encuentro de este viernes con sus compañeros del comité.


Ni siquiera hubo una reunión con Mario Jiménez, portavoz de la gestora, ni con su adjunta, Laura Seara. Tampoco con la adjunta de Organización, la extremeña Ascen Godoy. Aunque, obviamente, los tres estaban al tanto del follón existente y, de hecho, Godoy había conversado con Rojo el jueves durante la celebración del 'vino obrero' —la copa de Navidad que organiza la sección sindical de UGT para los trabajadores del partido en Madrid—, a la vista del revuelo y el malestar presentes entre los empleados. Mal rollo que incluso percibió el exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, que se había acercado por la mañana a Ferraz a la reunión del patronato de la fundación Pablo Iglesias y se marchó airado por el enfrentamiento de la plantilla.

La cúpula, atónita

Agustín Ramos, propietario de la administración número 32, ratifica por su parte la versión ofrecida por el primo de su esposa. "Llevo intercambiándome dos décimos con Juanmi mucho tiempo, y siempre me pide el 13 porque le gusta, y se lo reservo pronto porque enseguida se agota. Pero los otros tres boletos me los pagó. A nosotros no se nos puede escapar ni un décimo. Y no se nos deja regalar lotería como obsequio, y menos por haber comprado un número completo [el 91.674]", manifiesta el lotero en conversación con este periódico. El malestar que se extendió en Ferraz se produjo, precisamente, porque parte del personal entendió que los cinco boletos del 66.513 fueron regalados por la administración a cambio de la venta de los 1.650 décimos del 91.674 (33.000 euros de golpe), y por tanto el premio debía ser repartido entre todos los trabajadores de la casa o bien reintegrado en las arcas del partido.

El lotero que vendió íntegramente el 66.513 ratifica la versión de su primo Juanmi y subraya que no le regaló ninguno de los décimos premiados

La gestora ha asistido atónita a la guerra abierta dentro de sus muros. Tuvo que montar una especie de gabinete de crisis el jueves para afrontar la avalancha de informaciones e intentar bajar el 'soufflé'. Por eso emitió por la tarde un comunicado en el que subrayaba que el PSOE, como organización, "no administra, distribuye o gestiona Lotería de Navidad", y añadía que algunos trabajadores de la sede habían sido agraciados, "a título personal", con el Gordo. La dirección provisional, encabezada por Javier Fernández, pretendía apartarse de la polémica, insistir en que se trataba de un "conflicto entre los empleados" en el que el partido nada tenía que decir.

Foto: Los propietarios de la administración del paseo de la Esperanza 4, de Madrid, Agustín y María José, este 22 de diciembre, celebrando la venta del 66.513. (EFE)

Pero el "sainete" de la lotería, como lo calificaba con cierta guasa (y preocupación) una integrante del área de Organización, tuvo otro requiebro este viernes: Goyo Martínez, el gerente del PSOE desde enero de 2014 (y anterior jefe de Gabinete de Alfredo Pérez Rubalcaba), se había presentado en la tarde del jueves en comisaría para denunciar el extravío del décimo que le regaló Rojo. Pero al día siguiente un amigo le llamó por la mañana para agradecerle que le hubiera agasajado con un boleto premiado. Martínez entonces recordó que ese décimo lo había intercambiado con dos amigos suyos. Así que retiró la denuncia inmediatamente. Él se había quedado sin los 400.000 euros del Gordo.

Agradecida por "echar agua, no gasolina"

Rojo se declaraba anoche "agotado" de tener que dar explicaciones y de que desconfíen de él, y no deseaba "alimentar más" la polémica. "Mi vida está destrozada. Todo el mundo sabe bien quién soy. Me miran por la calle, estoy harto, esto no tiene precio", expresa, sin poder ocultar su rabia. Ahora pide que "respeto" y que le dejen disfrutar un poco de estos días de descanso.

"Mi vida está destrozada. Todo el mundo sabe bien quién soy. Me miran por la calle, estoy harto, esto no tiene precio", dice Rojo, que pide "respeto"

Este jueves circulaban pocos trabajadores por la sede. No había actividad del partido y la dirección, además, suele actuar con flexibilidad cuando se acercan las fiestas navideñas. Así que el ambiente no estaba tan enrarecido como la víspera. "Hay un cabreo importante, pero imaginamos que la cosa se disipará", comentaban fuentes del comité de empresa. Desde la gestora agradecían que la sección sindical hubiera contribuido a "echar agua, y no gasolina" al conflicto. Claro que la reflexión de la cúpula era inevitable: "Esto parece una historia de Berlanga o una película de Ben Stiller. El PSOE parece ahora mismo una sucesión de gags". No es una valoración hiperbólica. Porque al lío político interno se sumó el embrollo de la lotería. Y este viernes, encima, la ruptura del Gobierno en Canarias. Quizá el mayor deseo de los socialistas sea condenar al olvido este 2016 y pensar que el próximo año se dé un poquito mejor.

Tras la tempestad, Ferraz intenta buscar su calma. El cabreo de los trabajadores a cuenta del lío generado por el Gordo de Navidad no se ha disipado del todo, pero el comité de empresa busca reconducir la tensión interna, zanjar la polémica. Ya ha escuchado la versión del encargado de llevar a la sede federal los cinco décimos del 66.513, los que fueron premiados, y ha decidido no dar más hilo a la cometa. No buscar tres pies al gato ni trasladar la polémica a los tribunales.

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