La campaña más soberanista con los vascos menos independentistas: solo un 23%

En pleno debate político y judicial sobre su posible inhabilitación como candidato a 'lehendakari' por EH Bildu, confirmada ahora por la Junta Electoral de Guipúzcoa, Arnaldo Otegi ha querido poner en valor en sus comparecencias públicas que el próximo Parlamento Vasco puede ser el de mayor acumulación de escaños soberanistas de la historia. Ya se le ha olvidado al líder batasuno la sincera preocupación que expresó nada más salir de prisión el pasado 1 de marzo tras permanecer seis años y medio entre rejas por el ‘caso Bateragune’: que el sentimiento independentista en la sociedad vasca se había desplomado hasta caer por debajo del 20%.

La sociedad que se encontró Otegi al recobrar la libertad había acentuado el sentimiento contrario a la independencia. El 38% de los ciudadanos se manifestaba en contra de la desanexión de Euskadi de España, el porcentaje más elevado desde 1998, cuando el Sociómetro Vasco comenzó a medir este indicador. Los resultados de este sondeo que difunde el Ejecutivo autonómico, el número 60 y que se nutría de encuestas realizadas en enero y febrero, determinaban que el apoyo a la independencia había caído hasta 11 puntos en dos años ya que solo el 19% de la población apostaba por esta vía, lo que suponía un mínimo histórico. A día de hoy, el escenario ha experimentado ligeros cambios. En la actualidad, según el Sociómetro 61 correspondiente a julio, los partidarios de la soberanía vasca han crecido cuatro puntos (23%) y los opositores a la misma han bajado dos puntos (36%), si bien el apoyo independentista permanece en registros mínimos.

El próximo Parlamento vasco puede ser el de mayor acumulación de escaños soberanistas de la historia, según Otegi, pero el Sociómetro Vasco no indica eso

El sentimiento menos soberanista en la calle coincidirá, paradójicamente, con la campaña electoral más independentista de los últimos tiempos. PNV, Podemos y EH Bildu concurrirán a la cita con las urnas del 25 de septiembre con el derecho a decidir y la consulta soberanista como reclamos electorales. La formación 'jeltzale' asume ahora esta propuesta a pesar de que, según el Sociómetro Vasco 60, tan solo dos de cada 10 de sus votantes se muestran partidarios de la independencia del País Vasco (en el caso de la izquierda 'abertzale' el porcentaje se eleva hasta el 70%).

La independencia, enterrada cuatro años

La cuestión de la independencia ha estado enterrada los últimos cuatro años. Más allá de algunas declaraciones soberanistas encaminadas a contentar a su electorado más favorable a la autodeterminación, el PNV ha sacado esta cuestión de la gestión de gobierno. Los únicos pasos prácticos se dieron con la creación de una ponencia de autogobierno en el Parlamento vasco que se quedó en agua de borrajas, ya que se cerró sin ningún acuerdo por las fuertes discrepancias entre los grupos.

Sin embargo, para la cita del 25 de septiembre, el PNV ha recuperado para su programa la propuesta de consulta a la ciudadanía que ya abanderó Juan José Ibarretxe y que había desaparecido del primer planteamiento electoral de Urkullu en los comicios de 2012. Entonces, en el que fue su primer asalto a Ajuria Enea, el aspirante 'jeltzale' no incluyó el derecho a decidir en su hoja de ruta de gobierno y apostó por avanzar en el autogobierno y lograr un nuevo estatus político para Euskadi en Europa. La independencia quedó relegada dentro de un esquema de acción que priorizó la salida de la crisis y la gestión del escenario post-ETA (ante sí tenía la primera legislatura sin la violencia de la banda terrorista).

Ahora, el 'lehendakari' y candidato a la reelección, que se ha definido como “un independentista del siglo XXI, un soberanista pragmático”, defiende como una “prioridad” alcanzar un acuerdo en Euskadi entre las formaciones políticas sobre el futuro autogobierno vasco y someterlo a la aprobación de la ciudadanía con una consulta para la que no pone fecha antes de su traslado a las Cortes. Urkullu descarta la ‘vía catalana’ para lograr la desconexión de España y confía tener en Madrid los apoyos de Podemos y el PSOE a la consulta, aunque los socialistas han descartado rotundamente todo aval a cualquier propuesta que “divida” a la sociedad vasca.

El apoyo de Podemos a la consulta, decisivo

Ibarretxe ya recibió un sonoro portazo en el Congreso de los Diputados con su propuesta encaminada a la separación de España. Llegado el caso, el PNV contaría en las Cortes con el respaldo de la formación de Pablo Iglesias, que será la primera fuerza nacional que defiende en el Parlamento vasco el derecho a decidir de Euskadi (incluso ha llegado a celebrar el Aberri Eguna, el día escogido por el nacionalismo vasco para avivar su sentimiento). La entrada de Podemos a la Cámara de Vitoria romperá el tradicional bipartidismo que ha existido entre fuerzas independentistas y constitucionalistas (aunque los soberanistas han sido mayoría), y decantará la balanza en favor de la autodeterminación. En la pasada legislatura, el 64% de los asientos del Parlamento Vasco tenía acento independentista frente al 36% con voz españolista. Ahora, la fuerte irrupción que protagonizará Podemos en sus primeras elecciones autonómicas ampliará el color soberanista en el hemiciclo.

En todo caso, la unanimidad de PNV, Podemos y EH Bildu en torno a la consulta se convierte en discrepancias en relación al camino a recorrer para llegar al referéndum. Estas diferencias amenazan con la presencia de obstáculos en la vía soberanista. Por ello, en esta campaña EH Bildu va a incidir en poner en cuestión el DNI independentista del PNV por la ambigüedad que demuestra ante este tema. La coalición 'abertzale' exigirá a la formación nacionalista que se posicione claramente a favor o en contra del derecho de autodeterminación en una estrategia a la que se sumará desde el otro lado el PP, que tratará de polarizar la campaña entre independentistas y constitucionalistas. Por su parte, el PNV se esforzará en tratar de desacreditar a Podemos por su indefinición conceptual al ser su gran rival en las urnas.

Urkullu descarta la ‘vía catalana’ para lograr la desconexión de España y confía tener en Madrid los apoyos de Podemos y el PSOE a la consulta

El auge de Podemos, que en las dos últimas elecciones generales ha sido la fuerza más votada en Euskadi, ha obligado al PNV a acrecentar su discurso soberanista de cara a las elecciones. En Sabin Etxea están preocupados por el respaldo del que goza la formación morada, que ha sabido atraer al electorado 'abertzale' y a esa parte de la izquierda no independentista pero con sensibilidad nacionalista que no se muestra contraria a que se pregunte a la ciudadanía, y más cuando ya no está la violencia de ETA. Por ello, su candidata a 'lehendakari', Pili Zabala, tiene clara la estrategia. Ponerse de perfil ante las cuestiones más polémicas del escenario político vasco y dejar la decisión en manos de la sociedad vasca, lo “verdaderamente importante”.

La caída en la que está inmerso el PSE, que podría descender a mínimos históricos en el Parlamento vasco (una traslación al Parlamento vasco de los resultados de las generales del 26-J le haría bajar de 16 a 10 escaños), preocupa en las filas del PNV, que ve cómo una posible alianza Podemos-EH Bildu podría superar en votos a su entente con los socialistas, lo que abre la vía a su salida de Ajuria Enea. Para mantenerse en el poder, la formación 'jeltzale' podría necesitar los votos del PP, que en estas elecciones abanderará el discurso de la “sensatez” frente a la amenaza independentista para agrupar al voto constitucionalista. El candidato a 'lehendakari' de los 'populares', Alfonso Alonso, ha vestido su logo con las banderas de Euskadi, España y Europa para lograr el objetivo de evitar el 'Brexit vasco'. Para ello, tendrá que recuperar el apoyo ido a Ciudadanos.