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El rector que se enfrentó a los colegios mayores: "Si son el futuro, estamos aviados"
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"La universidad debe actuar con dureza"

El rector que se enfrentó a los colegios mayores: "Si son el futuro, estamos aviados"

Carlos Berzosa fue rector de la Universidad Complutense de Madrid durante ocho años. Durante su mandato, dedicó buena parte de su tiempo a remodelar las instituciones y no fue sencillo

Foto: Carlos Berzosa durante su época como rector de la UCM. (EFE/Leonardo Wen)
Carlos Berzosa durante su época como rector de la UCM. (EFE/Leonardo Wen)

Carlos Berzosa (Madrid, 1945) se enfrentó a la controversia de los colegios mayores mucho antes de que se convirtiese en un asunto de Estado. En sus años como rector de la Universidad Complutense de Madrid llegó a ser víctima de un escrache por parte de un grupo de colegiales. Ahora, alejado de la primera línea universitaria, ve la situación desde la barrera, pero no tiene problemas en comentar la polémica del Elías Ahuja. "Debemos preguntarnos si como sociedad queremos seguir financiando los estudios a este tipo de personas", sentencia. A él lo acorralaron y le llegaron a escupir, según las crónicas de aquellos días, por proponer acciones mucho menos duras.

Máxima autoridad de la Universidad Complutense de Madrid durante ocho años, de 2003 a 2011, este catedrático de Economía Aplicada llevó a cabo, junto a su vicerrectora Margarita Barañano, uno de los cambios más profundos de las últimas décadas en el estamento colegial. Sustituyó directores, se plantó frente a las novatadas y consiguió, no sin polémica, que parte de las instituciones pasasen de ser solo masculinas o femeninas a entornos mixtos. "Al principio costó. Pero es que la universidad no puede lavarse las manos en este asunto", señala.

Visto el debate actual, pide más implicación de las instituciones y rememora casi con memoria fotográfica el momento en el que un grupo de estudiantes intentó amedrentarlo. Pero, eso sí, pide que se respete a su universidad. "La Complutense es la que más perjudicada sale de todos estos acontecimientos", asegura.

Foto: Puerta del colegio mayor Elías Ahuja de Madrid. (EFE/Rodrigo Jiménez)

PREGUNTA. ¿Qué piensas de lo que ha ocurrido estos últimos días? ¿Crees que es algo habitual en los colegios mayores y forma parte la tradición o es algo puntual?

RESPUESTA. Yo tengo una irritación e indignación tremenda con esto. Me ha parecido realmente gravísimo lo que he oído y se ha visto, y me parece mentira que jóvenes universitarios hagan estas cosas. Quizá no tanto por el colegio mayor masculino, que también, sino por las chicas que han dicho que es una broma que se repite todos los años y que no hay que darle importancia. Es que es perder la dignidad, es perder la dignidad por parte de ellas y eso es lo más que me irrita. Y recurren a la tradición cuando eso es un argumento falaz. De haber seguido siempre la tradición, seguiríamos en la edad de piedra. Si estos son los que van a dirigir el país en el futuro, estamos aviados.

P. ¿Por qué crees que se refugian en ese tipo de argumentos dentro del mundo colegial? La sensación que queda es que en estos grupos se justifican estas acciones de una forma que fuera es difícil de entender.

R. Yo en mi época viví mucho lo de las novatadas. También se refugiaban en eso de las tradiciones para seguir haciéndolas y hubo que hacer una labor muy dura para conseguir cambios. Vamos, la vicerrectora, Margarita Barañano, se volcó con esto. Para conseguirlo hicimos carteles y anuncios, dejamos claro que estaban prohibidas y que cada uno se atenía a las consecuencias, y se habló con los directores. El problema fue que siguió habiendo muchas novatadas en la calle y el periódico 'El Mundo' les dio mucha cobertura. Recuerdo una fotografía de una chica que llevaba un gorrito multicolor que decía: "Soy una puta". Todas estas novatadas son vejatorias y humillantes. Y, aunque se escuden en la tradición, hay chicos y chicas que no aguantan y se tienen que ir. Y eso no debería ocurrir.

P. ¿Y qué pasa con la dirección de esos centros?

R. Bueno, hay de todo. Es verdad que, viendo acciones como las de estos días, uno se replantea qué tipo de educación reciben estas personas tanto en el colegio como en casa. La mayoría va, además, a colegios religiosos, pero los curas y las monjas parece que se quedan calladitos ante todo esto. Hay que actuar de forma tajante desde cualquier ámbito en el que se amparen. Últimamente, hasta me replanteo si como ciudadanos debemos seguir pagando los estudios a esta gente.

placeholder Mario Vargas Llosa (2i), acompañado por Patricia Llosa (2d) y por Carlos Berzosa (d). (EFE/Kote Rodrigo)
Mario Vargas Llosa (2i), acompañado por Patricia Llosa (2d) y por Carlos Berzosa (d). (EFE/Kote Rodrigo)

P. Vosotros tuvisteis importantes enfrentamientos por intentar actuar sobre la gestión de los colegios.

R. Cuando yo llegué a la rectoría, la Complutense gestionaba directamente seis colegios mayores. Tres masculinos, dos femeninos y uno mixto, que era el Colegio Mayor Santa María de Europa, que por cierto se había hecho durante el mandato de Rafael Puyol, un hombre cercano al Opus Dei. Pues decidimos hacer que el resto también se hiciesen mixtos y por ello recibimos hasta cartas de excolegiales de los 40 y 50 que nos amenazaban con ir a la prensa para defender la segregación. Y entonces se armó lo que luego aparecería en la prensa

P. ¿Qué pasó?

R. Era marzo de 2010 y, en el Consejo de Gobierno en el que se votaban los cambios de normativa que afectaban a los colegios, apareció un grupo de personas para presionarnos y evitar que se aprobase. Yo intenté hablar con ellos y les dije que si querían entrar el consejo podían hacerlo para exponer sus razones, pero se negaron. Y es que no tenían argumentos. Se puede ver en la prensa, que queda recogido de aquellos días. Centraban su defensa en que con el cambio ya no podrían tirarse pedos o pasearse en calzoncillos.

Después intentaron impedir que yo saliese del consejo y tuve que pactar con ellos, que los recibiría más adelante para hablar. Llamaron incluso a Telemadrid para que cubrieran la protesta, pero todo se les volvió en su contra, como es lógico. A muchos les llamaron sus padres para echarles la bronca y es que de verdad no tenían ningún argumento sólido para defender que los colegios no fueran mixtos y hacer lo que hicieron. Era algo que todo el mundo entendía.

P. ¿Y conseguisteis algo?

R. Sí, se hizo lo que se pudo. Se consiguió lo de los mixtos y se erradicaron bastante las novatadas. La mentalidad que tenían los colegiales en aquel momento era igual que ahora, de tradición y de integración. Dicen que ellos ya las han pasado y que no pasaba nada. Pero, claro, es todo muy relativo. Porque lo que ocurre en muchos es que la gente a la que sí le ha pasado algo con estas prácticas está silenciada. Hay un grupo que lidera y que impone el terror y el silencio sobre todos, o sigues lo que te decimos o te tienes que ir. Y si te vas no puedes decir nada de lo que hay aquí. Por eso nosotros intentamos ir hasta el final.

placeholder Carlos Berzosa, acompañado por Reina Rivera (2i), Víctor Romero (d) y Gilda Rivera (i) en un acto. (EFE/Manuel H. de León)
Carlos Berzosa, acompañado por Reina Rivera (2i), Víctor Romero (d) y Gilda Rivera (i) en un acto. (EFE/Manuel H. de León)

P. Perdón que insista, pero todos estos centros tienen estatutos y normas muy claras sobre todo esto. ¿Por qué no actúan? ¿Se hace la vista gorda?

R. Hay que tener claro que el colegio mayor tiene una finalidad diferente a las residencias. Además de un lugar en el que estar mientras estudias, ha de ofrecer una formación educativa y cultural interna que vaya más allá. Compartir, convivir, hacer actividades comunes, etc. Muchos se esmeran en conseguir esa experiencia, pero hay algunos colegios que, por las actividades que programan, han dejado de enseñar. Llevan a cabo actividades que ni son culturales ni son nada. En nuestra época, había tres centros punteros como buenos ejemplos: el Chaminade, el San Juan Evangelista (conocido como el Johnny) y el Isabel de España. Allí sí que se apostaba por toda esta educación complementaria.

Antes, los colegios tenían un papel fundamental, incluso como polos culturales subversivos. Proyectaban 'El Acorazado Potemkin' cuando estaba prohibido en España, iban artistas muy señalados y se debatían temas que fuera no se veían. Ahora, muchos centros han olvidado su cometido.

P. Estos días muchos excolegiales incidían en las diferencias entre unos colegios mayores y otros, que no se podían meter todos en el mismo saco. ¿Es cierto?

R. Claro que hay diferencias, y solo tienes que mirar un poco. Cuando entras en un colegio mayor y ves los murales que tienen colgados ya te puedes hacer una idea de lo que hay dentro. Pero, bueno, se intenta hacer lo que se puede en todos. Y hay que decir que son centros que no son fáciles de cambiar, incluso los punteros en estos cambios confiesan que no es algo fácil. Pero es que hay prácticas que hay que erradicar, aunque cueste, aunque haya resistencia. No puedes mirar para otro lado.

Foto: Fotograma del vídeo de los estudiantes del Colegio Mayor en el que insultan a las mujeres. (Tiktok)

P. ¿La universidad puede presionar más para conseguirlo?

R. Puede y debería hacerlo. Un colegio mayor es colegio mayor porque está adscrito a una universidad, si no se quedaría en una residencia. Esa universidad a la que se adscriben tiene una serie de normas y deben cumplirlas si quieren seguir con el convenio. Si algún colegio se niega a hacerlo, la universidad debe actuar y, si hay que romper el convenio, se rompe. Aunque muchas sean instituciones privadas, tienen un estatuto marcado por la entidad a la que se unen y, es más, el director del colegio lo elige el rector de la universidad. Obviamente, lo proponen ellos, pero el rector debe dar el visto bueno, y puede cambiarlo o denegarlo. No son algo autónomo que solo lleva el sello de la Complutense.

P. ¿Y la Complutense es tajante?

R. Creo que al menos debería tener esa intención. Porque, mira, en el caso este del Ahuja, en última instancia la perjudicada es la universidad. Y no es que la Complutense tenga más colegios mayores porque lo haya querido así, es que es una larga historia que viene de la época del franquismo, cuando todo el terreno de la Ciudad Universitaria era del Ministerio de Educación. Fue el ministerio el que prestó el suelo para las residencias, y posteriormente todo ello fue a parar a la Complutense. Es decir, que estos colegios están en suelo público con una concesión que se va renovando cada tantos años. Claro, la UCM aceptó quedarse con todos ellos, pero por eso mismo debe dejar claro lo que puede y no se puede hacer, y no hacer la vista gorda. Sea la institución que sea.

No solo hablo de imponer, claro, hay que convencer a estas instituciones de que hay que seguir las normativas y que se interioricen los valores. Que tampoco estamos hablando de intervenir actos culturales o similares, sino de que se respeten los derechos humanos, se apueste por la igualdad y se sigan los principios democráticos y constitucionales.

Carlos Berzosa (Madrid, 1945) se enfrentó a la controversia de los colegios mayores mucho antes de que se convirtiese en un asunto de Estado. En sus años como rector de la Universidad Complutense de Madrid llegó a ser víctima de un escrache por parte de un grupo de colegiales. Ahora, alejado de la primera línea universitaria, ve la situación desde la barrera, pero no tiene problemas en comentar la polémica del Elías Ahuja. "Debemos preguntarnos si como sociedad queremos seguir financiando los estudios a este tipo de personas", sentencia. A él lo acorralaron y le llegaron a escupir, según las crónicas de aquellos días, por proponer acciones mucho menos duras.

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