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Los Stuyck defienden su casa en la Fábrica de Tapices: "No es okupación, es renta antigua"
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EL GOBIERNO LOS QUIERE ECHAR

Los Stuyck defienden su casa en la Fábrica de Tapices: "No es okupación, es renta antigua"

La familia acusada por el Gobierno y el Ayuntamiento de Madrid de ocupar un dúplex de 700 metros esgrime contratos de arrendamiento de hace décadas para defender su finca

Foto: EL dúplex de 700 metros que usa la familia Stuyck está situado sobre la Real Fábrica de Tapices. (EFE)
EL dúplex de 700 metros que usa la familia Stuyck está situado sobre la Real Fábrica de Tapices. (EFE)

Los Stuyck, acusados por el Gobierno y el Ayuntamiento de Madrid de vivir de gorra desde hace 20 años en un dúplex sobre la Real Fábrica de Tapices, en el centro de Madrid, han salido a defenderse. La familia de Livinio Stuyck está dispuesta a presentar batalla legal para defender su derecho a la vivienda o, como mínimo, a tener una indemnización si deben abandonarla. Fuentes próximas al clan explican que tienen un primer contrato de 1889 que fue prorrogado el 1 de abril de 1952. Señalan que Livinio Stuyck, exdirector de la Fábrica de Tapices y patrono de la Fundación pública que ahora la gestiona, vive allí con todas las de la ley.

La historia de los Stuyck y la de la Real Fábrica de Tapices va paralela. Descienden de Jacobo Vandergoten, tapicero flamenco traído a España por Felipe V en 1721 para fundar la fábrica de tapices y alfombras. Desde entonces un Stuyck se mantuvo al frente de la fábrica. Livinio Stuyck entró en 1975 al fallecer su padre, Gabino -a un Livinio siempre le sucede un Gabino y viceversa-. En 1996, acuciada por la mala situación económica, el Estado tomó el control de la fábrica en una fundación.

Livinio siguió al frente del organismo como director, pero en 2002 fue despedido por el entonces presidente del Patronato, José Luis Álvarez, exalcalde de Madrid. El 14 de enero de 2003, la empresa y Livinio firmaron un acta de conciliación por su despido. Allí acordaron una cantidad y trataron el tema de la vivienda. "La empresa manifiesta que el uso de la vivienda con sus servicios y suministros que ocupa el trabajador con carácter previo a la constitución de la relación laboral no tiene conexión con este, derivando de las relaciones que pudieran existir con el Estado como titular del inmueble". Los Stuyck interpretan que ahí hay un reconocimiento de que la Fundación conocía y toleraba que vivieran en ese dúplex y que por tanto si quiere cambiar esa situación tienen derecho a una indemnización.

El Ministerio de Educación argumenta que, tras rebuscar en todos los archivos, no ha encontrado ningún título que habilite a Livinio Stuyck para residir allí, pero la familia sí esgrime papeles que, en su opinión, demuestran que no hay okupación sino un alquiler de renta antigua. Se trata de un contrato del 23 de marzo de 1889 renovado el 1 de abril de 1952. Además, la familia ha consignado cinco años de alquiler -al precio ínfimo que marca el contrato antiguo- como arma ante los tribunales.

El administrador de la Fundación, Alejandro Klecker, defendió hace unas semanas: "Nadie puede vivir en un bien público. Este edificio es, además, Bien de Interés Cultural. En 1889 se cede el uso a la fábrica de tapices, pero el edificio siempre ha sido público. Llegó a depender directamente del Gabinete del presidente Azaña".

Pese a que el Ejecutivo les ha amenazado con una sanción de 75.000 euros cada semana que aguanten ahí, el tiempo pasa y nada se ha movido. El contencioso se prevé largo. Ya lo avisó Livinio a este diario: "No voy a dar las llaves. Esta es mi casa".

Los Stuyck, acusados por el Gobierno y el Ayuntamiento de Madrid de vivir de gorra desde hace 20 años en un dúplex sobre la Real Fábrica de Tapices, en el centro de Madrid, han salido a defenderse. La familia de Livinio Stuyck está dispuesta a presentar batalla legal para defender su derecho a la vivienda o, como mínimo, a tener una indemnización si deben abandonarla. Fuentes próximas al clan explican que tienen un primer contrato de 1889 que fue prorrogado el 1 de abril de 1952. Señalan que Livinio Stuyck, exdirector de la Fábrica de Tapices y patrono de la Fundación pública que ahora la gestiona, vive allí con todas las de la ley.

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