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464 mujeres de tarjeta roja: Ciudadanos quiere más árbitros femeninos en Madrid
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464 mujeres de tarjeta roja: Ciudadanos quiere más árbitros femeninos en Madrid

La Asamblea ha aprobado una PNL para fomentar la inclusión femenina en el arbitraje. El 29% de los árbitros de baloncesto son féminas, porcentaje que baja al 5,2% en fútbol sala y al 4,3% en fútbol 11

Foto: Olga y su hija Andrea, árbitros de baloncesto (Carmen Castellón)
Olga y su hija Andrea, árbitros de baloncesto (Carmen Castellón)

Olga Marín tiene 46 años y su hija Andrea va a cumplir los 18 esta misma semana. A las dos les apasiona el mundo de la canasta y ambas decidieron hace dos años convertirse en árbitros de baloncesto federados en la comunidad de Madrid. Se apuntaron al mismo curso y aprobaron juntas. Un terreno a veces pantanoso, el del arbitraje, en el que pocas mujeres se adentran, a veces por miedo, otras por desconocimiento. Para que las cosas cambien Ciudadanos ha conseguido que la Asamblea de Madrid apruebe una proposición no ley para potenciar "la incorporación de mujeres árbitros o juezas en el ámbito de la competición profesional y no profesional”.

¿Cómo? "Hay que fomentar el acceso de la mujer a los cursos de formación, sobre todo a través de planes de difusión. Otra medida puede ser que la Comunidad de Madrid puntúe mejor en las subvenciones que cada año da a las federaciones deportivas madrileñas los planes que estas incluyen para incorporar a la mujer a los colectivos arbitrales de sus respectivas disciplinas", señala Roberto Núñez, diputado de Ciudadanos, que ha sido jugador profesional de baloncesto (militó en el Real Madrid, entre otros equipos).

"Yo he jugado 16 años y creo que solo me he ha pitado una mujer una vez. Y, por ejemplo, nunca he tenido una preparadora física. No se debate que tenga que haber el mismo número de mujeres y hombres en un colectivo arbitral, porque obviamente cada uno elige lo que quiere ser, sino que haya igualdad de oportunidades para acceder a ello", argumenta Nuñez. "Es básico desarrollar programas de formación en los centros educativos para promover la igualdad de género a través de la actividad física y el deporte", concluye.

Olga y Andrea no se sienten un rara avis de la profesión. La Federación de Baloncesto de Madrid (FBM) explica que de los 1.273 árbitros federados, 373 son mujeres (un 29,3%). No pasa lo mismo en el fútbol, el deporte rey. De los 1.305 árbitros que hay bajo el paraguas de la Federación de Fútbol de Madrid, solo 57 son féminas (el 4,3%). En fútbol sala, la proporción es de 34 de 650 (un 5,2%). Es decir, los tres deportes más populares en la región, fútbol, baloncesto y fútbol sala, suman 464 árbitros femeninos. No está tan mal teniendo en cuenta que los tres deportes tienen 20.474 jugadoras federadas (un árbitro por cada 44 deportistas). En cuanto a los chicos, hay 2.764 árbitros por 131.679 fichas masculinas (un árbitro por cada 47 jugadores), según los últimos datos que maneja el Ejecutivo autonómico.

Las cifras revelan que el baloncesto, no siendo el deporte más practicado, es el que más fichas de jugadoras suma y donde más mujeres tienen el título de árbitro ¿Por qué? "El baloncesto tiene una tradición más femenina. Y muchas antiguas jugadoras dan el paso de convertirse en árbitros y entrenadoras. Cada temporada aumenta el número de chicas en el colectivo arbitral, en los últimos cinco años el número de mujeres ha crecido un 50%", explica un portavoz de la FBM. A partir de los 16 años ya se puede arbitrar.

La FBM también ha potenciado los cursos de arbitraje específicos para mujeres. "Llevamos muchos años trabajando con mujeres, pero nos dimos cuenta que se apuntaban pocas y muchas de ellas abandonaban pronto el arbitraje. Uno de los motivos era que en los cursos casi todos eran chicos. Ellas eran la excepción, la minoría, y pensamos que en un entorno solo femenino a lo mejor se apuntaban más. Por eso hemos creado cursos solo para chicas", explican desde el comité de árbitros. Olga y su hija Andrea se apuntaron a uno de ellos. Juntas aprobaron el exámen teórico y juntas pasaron las pruebas físicas. Ahora son asistentes únicos (no tienen pareja) en la categoría escuela federada, arbitrando a chavales de hasta 15 años.

El baloncesto tiene una tradición más femenina. Y muchas antiguas jugadoras dan el paso de convertirse en árbitros y entrenadoras

"Empezamos en marzo de 2016. Mi hija es jugadora también. Nos gusta impartir justicia. Yo llevo un mes en el paro y no lo hago por el dinero. Solo puedo arbitrar los sábados por la mañana y me pagan 20,7 euros por partido", señala Olga, que pita a chicos y a chicas y de momento no ha tenido ningún problema por su condición de mujer. "El árbitro siempre es el malo de la película, da igual que sea hombre o mujer. Además, el baloncesto es más civilizado".

La edad tampoco es obstáculo. Tiene 46 años y ha pasado las pruebas físicas. "Arbitrar supone un gran esfuerzo y un reciclaje constante. Esta semana he tenido un curso para cambiar de categoría, ya que no sé arbitrar con un compañero, siempre he pitado sola, y ahora estoy aprendiendo para pitar dos en pista". Olga lo tiene claro para fomentar el arbitraje femenino: "hace falta más información y más difusión por parte de los clubes femeninos".

Andrea tampoco ha tenido problemas, por ser chica y encima más joven que su madre, lo que en cierta medida puede implicar que la respeten poco. "La verdad es que los chavales, los deportistas son gente sana. Lo peor son los padres y los entrenadores. Pero el truco es abstraerse. Pitar y punto. Pero también hay trucos para ganarse el respeto. "To tengo la potestad de desalojar un campo. Y ya lo hecho. Hay padres que no dejan jugar a sus hijos en paz", asegura Olga.

Doble violencia en el fútbol

En fútbol sala, por ejemplo, sí hay limites de edad. En una de las últimas convocatorias para apuntarse a los cursos de formación, la federación madrileña sí ponía como requisito tener un máximo de 25 años. De las 34 mujeres con el título para arbitrar en las competiciones de fútbol sala tan solo 7 son principales y el resto, asistentes. De las 7 principales, una pita en la categoría nacional de tercera división, otra en primera regional y cinco en regional. En fútbol once, la categoría donde las chicas han llegado más alto en Madrid es la tercera división (hay dos principales y tres asistentes).

El deporte rey, de momento, no está atrayendo tanto la atención de las chicas a la hora de colgarse un silbato e impartir justicia en un terreno de juego. Solo 90 mujeres pitan en fútbol 11 y fútbol sala en la comunidad de Madrid. El tan denostado colectivo arbitral, que sufre a menudo episodios de violencia (sobre todo en categorías inferiores), no tiente tanto atractivo entre las mujeres. "A la violencia que a veces sufrimos los árbitros hay que sumar la violencia machista que sufren la mujeres, eso es doble violencia, lo que hace que muchas se lo piensen antes de dar el paso", señala un portavoz del Sindicato de Árbitros, una asociación no oficial. Esta agrupación propone que se diseñen "más proyectos y programas de educación que se centren en la igualdad".

Hoy todos cobran lo mismo, ya sean mujeres u hombres. Lo que varían son las pruebas físicas para poder acceder. En baloncesto, por ejemplo, las tarifas por partido oscilan entre los 19 y los 80 euros, más desplazamientos, todo en función de la categoría. En fútbol sala, entre 24 y 100 euros, más 0,21 euros por kilómetro de desplazamiento. En fútbol 11, entre 15 y 87 euros, más cuotas de desplazamiento.

Pocas deportistas

Fuera del arbitraje, Ciudadanos denuncia: "En nuestra región podemos contemplar año tras año que la oferta de actividades sigue adoleciendo de un tratamiento equitativo por género. En el programa de 'Juegos Deportivos Municipales' del año 2016 solo el 14,7% de los 135.287 participantes eran mujeres". A nivel nacional, según datos del Consejo Superior de Deportes, en el año 2015 se registraron en las distintas federaciones deportivas un total de 3.501.757 licencias, de las cuales tan solo un 21,5% son femeninas. "Además, las deportistas de alto nivel no se benefician de la equidad de género con relación a los deportistas en cuanto a ingresos y recursos financieros (becas de estudios, subvenciones, patrocinadores) y en materia de reinserción profesional. En el último listado de 2016 de deportistas becados en el Plan ADO, tan sólo un 37% se corresponde con deportistas femeninas, mientras que en el Plan ADOP esta cifra baja al 25% respecto a deportistas beneficiarios", se lamenta Ciudadanos.

Olga Marín tiene 46 años y su hija Andrea va a cumplir los 18 esta misma semana. A las dos les apasiona el mundo de la canasta y ambas decidieron hace dos años convertirse en árbitros de baloncesto federados en la comunidad de Madrid. Se apuntaron al mismo curso y aprobaron juntas. Un terreno a veces pantanoso, el del arbitraje, en el que pocas mujeres se adentran, a veces por miedo, otras por desconocimiento. Para que las cosas cambien Ciudadanos ha conseguido que la Asamblea de Madrid apruebe una proposición no ley para potenciar "la incorporación de mujeres árbitros o juezas en el ámbito de la competición profesional y no profesional”.

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