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Guerra cainita de Izquierda Unida en Madrid: ‘garzopodemitas’ contra los 'rancios IU'
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la batalla se traslada a los municipios

Guerra cainita de Izquierda Unida en Madrid: ‘garzopodemitas’ contra los 'rancios IU'

La nueva federación madrileña (la de Garzón) ha aprobado en su asamblea política su nueva estrategia: "Clarificar el uso de la marca frente a otras organizaciones que la están usurpando"

Foto: Rueda de prensa de Alberto Garzón. (EFE)
Rueda de prensa de Alberto Garzón. (EFE)

Las heridas no están cerradas. Todo lo contrario. Cada vez se abren más y más. Dos formaciones enfrentadas (compuestas por los que antes eran compañeros de un mismo partido) se disputan la marca de Izquierda Unida en Madrid, una guerra cainita que se sigue dirimiendo en los tribunales y que tiene todos los visos de perpetuarse como una batalla fratricida: los ‘garzopodemitas’ contra los 'rancios IU'. Un conflicto que se remonta a junio de 2015, cuando el consejo político federal de Izquierda Unida aprobó que IU se desvinculaba "a todos los efectos, legales, jurídicos y políticos" de IU Comunidad de Madrid.

Es decir, IU Federal dejó de reconocer a IUCM como su referente en la región. Para sustituir ese vacío, Alberto Garzón, líder de IU Federal, creó poco después Izquierda Unida Madrid, que dirigen Mauricio Valiente y Sol Sánchez. Comenzó entonces un proceso de reafiliación que no consiguió repescar a todos los militantes de la antigua IUCM (unos 4.670, según el último censo antes de la ruptura). El problema es que un mes antes de la desfederación, en las elecciones municipales de mayo de 2015, 160 candidatos de IUCM habían obtenido su acta de edil. Concejales que ahora forman parte de gobiernos locales en 26 municipios de la región, entre ellos dos tan importantes como Móstoles y Alcalá de Henares.

Foto: Los líderes de IU y de Podemos, Alberto Garzón (i) y Pablo Iglesias (d), durante una reunión del grupo parlamentario de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea. (EFE)

Mucho en juego. Una tarta demasiado golosa para dos partidos, dos realidades, que comparten nombre. Izquierda Unida Madrid frente a Izquierda Unida Comunidad de Madrid. Los primeros acusan a los segundos de robar la marca, de no representar a IU. Los segundos aseguran que nunca se han movido de sus posiciones, que fue el federal quien decidió romper. Un enfrentamiento que está teniendo como campo de batalla la política municipal. El pasado 28 de enero, Izquierda Unida Madrid, la de Garzón, celebró su asamblea política y social y definió sus estrategias: "Clarificar el uso de la marca de IU frente a otras organizaciones que la están usurpando. Apoyo legal a grupos municipales. Fundamentalmente, en asesorar a nuestros concejales frente a las denuncias y amenazas de aquellos que aún usurpan las siglas de IU". La nueva federación madrileña se vanagloria además de lograr el cierre de la cuenta de Twitter de IUCM —"por violar nuestra marca, ya que se hacía pasar por nuestra organización utilizando el logo y atacando a nuestros legítimos representantes"—.

La realidad es que, haciendo una radiografía de los 20 municipios más poblados de la Comunidad de Madrid, la Izquierda Unida de Alberto Garzón solo reconoce como suyos los ediles que bajo la marca de la desfederada IUCM obtuvieron representación en Alcobendas, Majadahonda y Collado Villalba. En otras siete localidades, Móstoles, Alcalá de Henares, Leganés, Getafe, Alcorcón, Parla, Coslada, Valdemoro y Arganda del Rey, IU no considera como 'suyos' los ediles que obtuvieron el acta bajo las siglas de IUCM. Un portavoz de Izquierda Unida Madrid señala en cambio que miembros de su formación sí obtuvieron el acta de edil formando parte de candidaturas de unidad popular en Ganar Fuenlabrada, Ahora Getafe, Ganar Alcorcón, Ganar Torrejón-IU-Equo, Contigo Por Las Rozas, Somos Coslada, Somos Pozuelo, Ganemos Sanse (San Sebastián de los Reyes), Somos Rivas (con el alcalde Pedro del Cura) y Ahora Aranjuez. En Coslada, IU participa en Somos Coslada.

En la Asamblea de Madrid, la guerra civil tuvo funestas consecuencias: IUCM no obtuvo representación parlamentaria. Algo que ahora lamenta la nueva Izquierda Unida Madrid. "La ausencia de IU en la Asamblea de Madrid supone un hándicap en términos no solo políticos sino también comunicativos. La falta de portavoces de IU en el día a día del Parlamento madrileño implica que nuestras reacciones no son recogidas en primera instancia por los medios de comunicación y que los comunicados que hacemos al respecto de asuntos de actualidad no siempre llegan a tiempo", reza una de las conclusiones de la asamblea política del mes pasado.

Recuperar la marca en los municipios

La línea de actuación es clara para la IU madrileña de Garzón: ofensivas políticas en los municipios para recuperar la marca. El primer triunfo en esta guerra cainita se obtuvo en Coslada, donde el PSOE gobierna en minoría. Izquierda Unida Federal envió un escrito al ayuntamiento recordándole que los tres concejales electos de IUCM "no forman parte de Izquierda Unida Federal, tanto a nivel jurídico como político". Y que en este sentido "está en trámite judicial el derecho al uso sobre las siglas de IU y sus logos. Hechos que ponemos en su conocimiento a los efectos legales oportunos". El PSOE movió ficha y dejó a los tres concejales de IUCM sin grupo municipal, convirtiéndoles en tránsfugas, en concejales no adscritos.

Foto: Alberto Garzón con los dirigentes de Izquierda Unida Madrid.

"Actualmente, la única resolución firme respecto a la legitimidad de los cargos públicos elegidos en las elecciones de 2015 ha sido la del Ayuntamiento de Coslada, donde los tres concejales que integraban el Grupo Municipal de IU han sido expulsados al grupo de concejales no adscritos. Esta primera resolución nos motiva a redoblar los esfuerzos para que todos los cargos públicos que integren los grupos municipales de IU sean aquellos, como parece obvio, que comparten el proyecto de IU Madrid y no proyectos espurios", señalan desde Izquierda Unida Madrid.

"Lo que está claro es que IUCM no ha denunciado ni ha amenazado a ningún cargo electo. Somos los cargos públicos leales al programa, al electorado y a la organización por la que nos presentamos en mayo de 2015 quienes venimos sufriendo el acoso y la descalificación en los medios de comunicación y en las instituciones de la jauría 'garzopodemita', como está pasando en Alcalá de Henares, Boadilla del Monte, Casarrubuelos, Coslada o Guadarrama", señala un portavoz de la Presidencia de IUCM, que lamenta que IU Madrid amenace en su asamblea con "redoblar sus esfuerzos" contra lo que califica de proyectos espurios. "No lo somos, los ediles de IUCM representamos a la mayoría de la militancia y al electorado", explica el mismo portavoz.

Comienza aquí la guerra de cifras y motes. En diciembre del año pasado, 1.898 militantes estaban a corriente de pago en Izquierda Unida Madrid, la de Garzón, apodados 'garzopodemitas' por el otro bando, "por querer liquidar IU y entregárselo a Podemos". En el otro lado, en IUCM, no hay datos exactos porque la organización tiene un embargo de Hacienda por una deuda de 1,8 millones de euros por no abonar las retenciones del IRPF de sus empleados entre los años 2000 y 2009. "Es complicado llevar un registro de militantes al día porque cualquier cuota que se domicialice es embargada por Hacienda", señalan fuentes de IUCM. Pero la cuenta es sencilla. De los 4.700 afiliados que había antes de la desfederación, solo 1.898 se han reafiliado a la nueva Izquierda Unida Madrid, por lo que la diferencia, unos 2.700, se presupone que no han querido formar parte del nuevo proyecto y seguirían en IUCM. Estos también tienen su mote, los 'rancios IU'.

La confluencia con Podemos

IUCM asegura que el único objetivo del 'garzopodemismo' "es allanar el camino para la plena integración en Podemos y la conservación de las siglas de IU en su poder, insultando y persiguiendo a la militancia y los cargos públicos que no se doblegan a sus planes". Lo cierto es que el informe político de la última asamblea de Izquierda Unida Madrid (la de Garzón) defiende el desarrollo de una estrategia unitaria mediante "la creación, en coordinación con Podemos, Equo y las fuerzas comprometidas con el cambio en nuestra región que lo deseen, de Unidos Podemos en la Comunidad de Madrid".

La nueva ejecutiva de Podemos Madrid, liderada por Ramón Espinar, ha recogido el guante y centra ya una buena parte de sus esfuerzos organizativos y políticos en preparar las elecciones municipales y autonómicas de 2019. El objetivo no es otro que extender la experiencia "ganadora" de Ahora Madrid al mayor número posible de ayuntamientos de la región, con el diseño de una estrategia que pasa por tejer confluencias con las candidaturas municipalistas ya existentes y el resto de fuerzas progresistas locales a la izquierda del PSOE. Para facilitar los trámites, la dirección del partido creará "una oficina de asesoría jurídica" al servicio de las organizaciones municipales del cambio, sean o no de Podemos, y amoldará su estructura para volcarse en el reto electoral de dentro de dos años.

Las heridas no están cerradas. Todo lo contrario. Cada vez se abren más y más. Dos formaciones enfrentadas (compuestas por los que antes eran compañeros de un mismo partido) se disputan la marca de Izquierda Unida en Madrid, una guerra cainita que se sigue dirimiendo en los tribunales y que tiene todos los visos de perpetuarse como una batalla fratricida: los ‘garzopodemitas’ contra los 'rancios IU'. Un conflicto que se remonta a junio de 2015, cuando el consejo político federal de Izquierda Unida aprobó que IU se desvinculaba "a todos los efectos, legales, jurídicos y políticos" de IU Comunidad de Madrid.

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