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Madrid se agrieta: 53 avisos diarios por socavones, un 38% más que hace cuatro años
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El ayuntamiento está rematando un plan de choque de 48 millones

Madrid se agrieta: 53 avisos diarios por socavones, un 38% más que hace cuatro años

2016 cerró con 19.400 quejas por mal estado de aceras y calzadas, 5.400 más que en 2013, año en el que no hubo 'operación asfalto'. El contrato de mantenimiento (336 millones) no es suficiente

Foto: Socavón en una calle del distrito madrileño de Usera.
Socavón en una calle del distrito madrileño de Usera.

Madrid se agrieta. Las aceras y calzadas de la capital del reino envejecen. El paso del tiempo no perdona y los miles de peatones y vehículos que transitan y circulan por sus calles desgastan el pavimento, poco a poco, como un goteo inexorable. Las incidencias por el mal estado de las aceras y las calzadas madrileñas se dispararon en 2016. Hubo 53 diarias, según datos facilitados por el ayuntamiento, un 38,5% más que en 2013, año que supuso un punto de inflexión porque no se destinó ni un solo euro a la famosa 'operación asfalto' de verano. Desde entonces, la ciudad arrastra un déficit de mantenimiento que ha pesado como una losa sobre la piel de la ciudad.

En 2013, año sin 'operación asfalto', se registraron 14.000 incidencias efectivas (así las define el ayuntamiento, tras eliminar los avisos duplicados), una media de 38,3 diarias. En 2014, tras un año sin 'la asfalto', se pasó a 18.000, un importante incremento. 2015 cerró con 19.000 y 2016, con 19.400, lo que se traduce en 53 avisos diarios. El grupo municipal de Ciudadanos da más detalles. Los avisos y quejas sobre las aceras crecieron un 19,2% entre enero y octubre de 2016 en comparación con el mismo periodo de 2015 (pasaron de 8.581 a 10.229). Los de las calzadas subieron un 39,3% (de 5.780 a 8.054).

El ayuntamiento que dirigen Ahora Madrid y Manuela Carmena presentó en 2016 un plan de choque (lo que tradicionalmente se llamaba 'operación asfalto'), dotado con 48 millones de euros, para renovar el pavimento de 523 calles de los 21 distritos de la ciudad. Basta con darse una vuelta por la capital para ver que las grietas, pequeñas fisuras, baches y socavones forman parte del escenario callejero de Madrid. "La ciudad tiene 60 millones de metros cuadrados de aceras y calzadas, 3.900 kilómetros si los ponemos en línea. Había que hacer una inversión fuerte porque hubo ejercicios en los que no hubo conservación", señala José Luis Infanzón, director general de Espacios Públicos, Obras e Infraestructuras. Por eso, el presupuesto de este año, esos 48 millones, es el más alto de todos. Nunca se había destinado tanto dinero (ver gráfico).

Los avisos y quejas en las aceras crecieron un 19,2% entre enero y octubre de 2016 en comparación con el mismo periodo de 2015

Entre 2004 y 2012, la partida anual de la 'operación asfalto' nunca superó los seis millones de euros, siendo en el periodo comprendido entre 2010 y 2012 inferior a 3,5 millones anuales. En 2013 no se destinó ni un euro. No había dinero. En 2014, la cifra tuvo que subir a los 13,3 millones. La ciudad lo demandaba. En 2015 (el Presupuesto aprobado por el PP pero ejecutado ya por Ahora Madrid), subió a los 30 millones. En 2016 ha sido de 48 millones. Y eso que este dinero está al margen del gran contrato "de gestión integral de infraestructuras viarias" que el PP adjudicó en 2013 y que empezó a funcionar en 2014 (estará en vigor ocho años, hasta 2021).

Foto: El Paseo de la Castellana es una de las zonas más afectadas de las calzadas madrileñas. (EFE)

Un contrato que unificó todos los que había de mantenimiento en la capital y que se llevó Dragados, filial de ACS, por 336,59 millones, tras ofertar una rebaja del 22,44% sobre el presupuesto de licitación. Este año 2016 que ha finalizado, los madrileños hemos pagado a la adjudicataria 27,8 millones para que mantenga en buen estado nuestras calles. Entre enero y octubre, Dragados actuó en 133.000 metros cuadrados, tras validar el ayuntamiento las incidencias presentadas por los madrileños. "El presupuesto asignado en el contrato con Dragados es insuficiente para que la ciudad tenga un mantenimiento óptimo, por eso son necesarias estas operaciones de choque con pavimentos que ya tienen una edad y no les llega con la conservación que realiza Dragados", explica Infanzón. Una calzada tiene una vida media de 15 años, pero a los 11 ya presenta los primeros problemas. Una acera debe renovarse cada 25 años.

"El contrato de Dragados es un parche. Hay un grave déficit de mantenimiento heredado de la etapa de Ana Botella. Pero ahora hay dinero, es necesaria una inversión fuerte. Pero, claro, si el ayuntamiento prefiere gastarse 104 millones en comprar edificios", señala Sergio Brabezo, edil de Ciudadanos. Se refiere a la reciente adquisición del inmueble de la calle Alcalá 45, sede de las concejalías de Economía y Hacienda y de Participación Ciudadana, adquirido recientemente por el consistorio después de que Ruiz-Gallardón lo vendiera en 2004 y pagara un alquiler por seguir en él.

Mercedes González, concejala socialista, también señala que el contrato de mantenimiento es insuficiente. "Por eso los 48 millones del plan de choque. El contrato que adjudicó el PP es manifiestamente mejorable. Es un contrato de mínimos, que está claro que no funciona, y que el ayuntamiento debería estudiar rescindir. No cubre las necesidades de mantenimiento de la ciudad, que tiene un problema agravado por la dejadez del PP". Las obras del plan de choque comenzaron en noviembre, algo que critican PSOE y Ciudadanos. "Lo normal es hacer las obras en agosto, cuando hay menos gente y menos tráfico en Madrid", señala Brabezo.

El ayuntamiento asegura que no ha tenido otra opción con los plazos. El plan de choque comenzó en octubre y se distribuyó en tres fases para las aceras y en tres fases para las calzadas. "Ahora estamos rematando la última fase, teniendo en cuenta que tuvimos que reducir la intensidad de las obras en diciembre por las navidades", señala Infanzón. Los 48 millones se presupuestaron como inversiones financieramente sostenibles (IFS), que se aprobaron en abril y se adjudicaron entre agosto y septiembre. Por eso las obras empezaron en otoño.

Otra fuerte inversión este año 2017

¿Qué son las IFS? El Gobierno central aprobó un decreto en 2014 que permite a los ayuntamientos con superávit o remanente positivo de tesorería, y que no han sobrepasado sus límites de deuda, destinar sus excedentes presupuestarios a inversiones sostenibles, encaminadas a mejorar de alguna forma las condiciones de vida de los ciudadanos. El nuevo equipo municipal avisa de que en 2017 habrá que realizar otra importante 'operación asfalto' para que "el estado de las calzadas vuelva a niveles anteriores a la crisis". El área que dirige Infanzón está realizando un inventario de todos los viales de Madrid para asignar niveles de estado de conservación por manzanas y tramos, un trabajo que ya se ha completado en dos distritos.

Lo que está claro es que las arcas públicas están sufragando ahora la falta de inversión de otros años. "Un metro cuadrado de pavimento necesita 0,7 euros de mantenimiento al año", señala Juan José Potti, presidente de Asefma, la patronal de los fabricantes de mezclas asfálticas y maquinaria. "Entiendo que muchas administraciones hayan reducido el mantenimiento de sus aceras y calzadas por la crisis, pero no lo comparto, porque a la larga sale caro". En el sector, prima la regla 1-5-25, que dice que si en tres años no se aborda la inversión prevista, al cuarto año el mantenimiento cuesta cinco veces más.

Asefma ha hecho una encuesta entre los municipios españoles de más de 50.000 habitantes preguntándoles que han hecho en conservación estos años y las quejas recibidas. "La falta de mantenimiento también provoca un aumento en el número de accidentes de tráfico y un incremento de las emisiones de CO2", señala Potti, a quien no le gusta el modelo del contrato de mantenimiento de Madrid, que recae en una sola empresa (en este caso, Dragados), "porque es poner un montante importante es una sola firma".

Madrid se agrieta. Las aceras y calzadas de la capital del reino envejecen. El paso del tiempo no perdona y los miles de peatones y vehículos que transitan y circulan por sus calles desgastan el pavimento, poco a poco, como un goteo inexorable. Las incidencias por el mal estado de las aceras y las calzadas madrileñas se dispararon en 2016. Hubo 53 diarias, según datos facilitados por el ayuntamiento, un 38,5% más que en 2013, año que supuso un punto de inflexión porque no se destinó ni un solo euro a la famosa 'operación asfalto' de verano. Desde entonces, la ciudad arrastra un déficit de mantenimiento que ha pesado como una losa sobre la piel de la ciudad.

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