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De "disparate" a "insuficiente": el protocolo anticontaminación divide a los madrileños
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MUCHOS OPTAN POR EL TRANSPORTE PÚBLICO

De "disparate" a "insuficiente": el protocolo anticontaminación divide a los madrileños

La medida que impide circular a los coches pares dentro de la M-30 divide a la opinión pública entre los que echan en falta alternativas y los que lo ven como la única opción

Foto: Vista del cielo de Madrid. (EFE)
Vista del cielo de Madrid. (EFE)

La medida municipal contra la contaminación que impide circular hoy a los coches pares divide a los madrileños entre partidarios y opositores. Del “insuficiente” al “disparatada” cabe toda una gama de calificativos, donde influyen la necesidad de usar coche a diario, el lugar de residencia o trabajo y la conciencia ecológica.

“Soy madrileño de toda la vida, he pasado inviernos más secos que este y no se ha hecho nada, así que no lo entiendo”, explica José Tomás Olivera, que trabaja en un edificio de Plaza de España. Hoy se ha levantado media hora antes “gracias a la alcaldesa”, puesto que los dos coches que tiene son pares y debe tomar el transporte: “Parece que solo pueden contaminar los ricos, los que pueden tener un coche de cada o pagar 30 euros al día por un parking”.

Lo hacen por notoriedad, yo no me creo nada

Junto a él, asiente Daniel Palacios, un compañero de trabajo: “Lo hacen por notoriedad, yo no me creo nada”. En su caso, tiene matrícula impar, pero ante la perspectiva de que el viernes le toque a él no poder circular, cree que se saltará el protocolo y acudirá con coche, arriesgándose a una multa de 90 euros. “No tienen en cuenta que el transporte no llega a todos los sitios, yo vivo en Velilla de San Antonio y no tengo otra forma de venir a trabajar”.

“En transporte no entramos todos”

La reiterada superación de los niveles máximos de NO2 en la capital, y la desfavorable previsión metereológica sigue sin convencer a muchos, que echan en falta alternativas: “Me afecta, y mucho. Es un disparate, no está bien pensado, ¿dónde cree Carmena que va a entrar en el transporte toda la gente que cada día entra y sale de Madrid?”, se queja Juan José Garcia, un trabajador de banca que hoy deberá volver a coger el transporte público por segundo día consecutivo para desplazarse desde Pozuelo, donde vive, al centro de Madrid, donde trabaja. “Ayer ya tuve que dejar el coche en casa por si no encontraba aparcamiento, y hoy igual”, cuenta sobre la medida del pasado miércoles que impedía el estacionamiento a todos los vehículos no residentes o sin certificado de cero emisiones en la zona centro.

Madrid tiene un problema de contaminación y no se va a ir solo, es cuestión de acostumbrarse

Álvaro también usa el coche para ir a trabajar. Vive cerca de la Gran Vía y va todos los días a Pozuelo. Es matrícula par, por lo que hoy tendrá que coger Metro y Renfe para llegar a su puesto de trabajo, invirtiendo el doble de tiempo de lo que le lleva habitualmente el trayecto. Sin embargo, lo hará con gusto: “Madrid tiene un problema de contaminación y no se va a ir solo, es cuestión de acostumbrarse y aunque al principio sea molesto, es por el bien común”. Cree además que las reacciones ante la medida son exageradas: “Todo se magnifica, es como lo de la Gran Vía, que al principio todo el mundo hablaba de ello y les parecía mal, y ya estamos todos acostumbrados, porque el cambio no era tan grande”.

A Elena y Enrique, vecinos de Lavapiés, también les afecta la medida porque tienen un coche par, pero, como a Álvaro, no les molesta: “Mañana no pensábamos usar el coche, pero aunque lo necesitáramos no nos importaría, porque creemos que lo más importante es bajar los niveles de contaminación”. Otros, como Ana Arranza, prefieren el Metro para ir a trabajar: "Solo lo he cogido hoy porque tengo que llevar a alguien al aeropuerto, pero normalente no lo hago, así que no me afecta".

El coche como herramienta de trabajo

Pero veces el coche no sóoo es la forma de llegar al trabajo, si no una herramienta más. Es el caso de Francisco Oliva, que acaba de empezar a pintar un piso en el centro de Lavapiés y hoy tenía previsto descargar los materiales para poder trabajar. Sin embargo, ayer, cuando se enteró de la medida todavía no sabía cómo lo iban a hacer. “Nosotros podemos venir en transporte, pero las herramientas a ver cómo las traemos, deberían dar un permiso a los que necesitamos el coche para trabajar, porque si no es imposible”, cuenta el pintor. El protocolo solo exime de las restricciones a los vehículos con cero emisiones, a las motocicletas y a los que llevan tres o más pasajeros.

Cerca de allí, Ángel Ramos y María José Cenzano, vecinos de Lavapiés, agradecen la medida, precisamente, para que se reduzca el tránsito de furgonetas y furgones por la zona centro, entre otros motivos. “No es solo la contaminación del ambiente, también la acústica, nosotros vivimos en Mesón de Paredes y es como la Gran Vía”, explica Ángel, que considera la activación del escenario tres insuficiente: “Debería ser más restrictiva, hacerse siempre, porque hay una densidad de coches muy alta”. Su mujer, María José, echa en falta además más vigilancia para que las medidas se cumplan. “Estos días con las restricciones está mucho más tranquilo, pero es fácil saltárselo porque no hay vigilantes, las cámaras no funcionan… de nada sirven las leyes si no se cumplen”.

Pilar Serrano, otra vecina del barrio, se considera “anticoches” y está encantada con la medida. “Yo ya contribuyo a no contaminar no teniendo coche, así que el que tenga y no pueda usarlo, pues lo siento, pero me parece bien, porque es la única manera, además ya se hace en otros países y funciona”. Junto a ella su hermana Elena coincide con su opinión, pero sí cree que debería informarse mejor: “No se puede decir de la noche a la mañana, hay que avisar con tiempo para que la gente se organice”.

La medida municipal contra la contaminación que impide circular hoy a los coches pares divide a los madrileños entre partidarios y opositores. Del “insuficiente” al “disparatada” cabe toda una gama de calificativos, donde influyen la necesidad de usar coche a diario, el lugar de residencia o trabajo y la conciencia ecológica.

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