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La limpieza es ya la mayor urgencia del Gobierno de Carmena para 2016
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EL AYUNTAMIENTO AFIRMA QUE NINGÚN TRABAJADOR ESTÁ AFECTADO POR EL ERTE

La limpieza es ya la mayor urgencia del Gobierno de Carmena para 2016

Los recursos destinados a combatir la precaria situación de las calles de Madrid son insuficientes. Los vecinos se quejan y la oposición denuncia falta de inversión y pide que se mejoren los contratos

Foto: Una trabajadora de los Servicios de Limpieza de Madrid recoge las basuras y desperdicios que quedan en las inmediaciones de la Puerta del Sol de Madrid (Efe)
Una trabajadora de los Servicios de Limpieza de Madrid recoge las basuras y desperdicios que quedan en las inmediaciones de la Puerta del Sol de Madrid (Efe)

Hojarasca, basura acumulada, colillas, cajas de cartón, papeles… Un paseo por cualquier barrio madrileño -y muy especialmente el centro de la capital- es suficiente para comprender que la limpieza sigue siendo el mayor problema de la capital... y también el mayor reto político. El Ayuntamiento de Ahora Madrid lleva meses practicando limpiezas intensivas en los distintos distritos y planes de choque con barridos manuales y mecánicos, baldíos mixtos, vaciado de papeleras y un sinfín de medidas que, sin embargo, no parecen bastar para limpiar la ciudad según los vecinos y los representantes políticos de la oposición.

Durante estas semanas de fiestas navideñas las cantidades de basura han sido mucho mayores y el consistorio ha intensificado sus medios para combatirla, especialmente en fechas clave como Año Nuevo, la noche de Reyes y los días posteriores. De hecho y según informó la Alcaldía que dirige Manuela Carmena, la recogida de residuos será más intensa durante este jueves y la próxima madrugada con 300 recipientes adicionales, que recorrerán los barrios madrileños para hacer frente a los montones de cartones y papeles de regalo que se han ido acumulando en las casas.

El pasado verano, la exjueza recién llegada al Palacio de Cibeles, aseguró que la limpieza sería uno de los objetivos principales de su mandato. Aún así, el resto de grupos políticos del consistorio denuncian que la situación es más precaria que nunca. “Madrid es una ciudad muy sucia. Vivimos entre la basura”, asegura el concejal popular y número dos de Esperanza Aguirre, Íñigo Henríquez de Luna, que apunta ahora a la caída de la hoja como un problema “que pone en riesgo la seguridad los madrileños”.

Precisamente el consistorio de Ahora Madrid culpa de la situación actual a la herencia recibida del PP de Ana Botella, que adjudicó en 2013 unos contratos con medios humanos y materiales insuficientes para llevar a cabo este servicio a las empresas Ferrovial, Sacyr, OHL-FCC y Obrascón y, que de no haber cambios, prevalecerán hasta 2021. Además, los sindicatos mantienen que las contratistas no han dejado de aplicar por completo el ERTE iniciado y que actualmente más de 200 barrenderos siguen afectados. Desde el Ayuntamiento mantienen que es completamente falso y aseguran que ningún trabajador está afectado por el ERTE en la actualidad. De hecho, Carmena y la delegada de Medio Ambiente, Inés Sabanés, anunciaron hace ya tres meses un principio de acuerdo por el que quedaría suspendido. Concretamente, insisten desde el área de Medio Ambiente, FCC lo retiró y OHL lo sigue teniendo paralizado.

En este sentido, los populares instan al nuevo equipo de Gobierno a “tomar las medidas que consideren previstas en el pliego de condiciones” si creen que los contratos no están siendo cumplidos y "se dejen de cambalaches”. En la misma línea se expresa el grupo municipal de Ciudadanos, cuya portavoz Begoña Villacís, admite como problema original los contratos firmados en la etapa de Botella, pero que considera que Ahora Madrid “debe estar a la altura” y recuerda que un contrato “puede sufrir modificaciones si una de las partes no cumple”.

@begonavillacis y así están varias calles del centro de Madrid. pic.twitter.com/nt9Tiw3VU3

Por eso Ciudadanos critica al equipo de Gobierno la falta de inversión en este área y considera un error que el Ayuntamiento priorice el gasto en Urbanismo o Coordinación Territorial en vez de dotar de mayores recursos a Medio Ambiente -área con competencias en limpieza- para poder mejorar los contratos destinados al servicio. Según los presupuestos aprobados el pasado diciembre para 2016, la concejalía dirigida por Inés Sabanés contará con 848 millones -400 menos que el año pasado-. En realidad, Ahora Madrid explica que la menor cuantía se debe a que el actual consistorio ha separado las áreas de Medio Ambiente y Desarrollo Urbano Sostenible, transfiriendo a este último algunas competencias de Medio Ambiente y Movilidad. En total, 217 millones de euros estarán destinados a la limpieza viaria.

Más allá del baile de cifras, las quejas de los representantes políticos, y sobre todo de los vecinos, persisten. De hecho las últimas encuestas sitúan la precaria limpieza de la ciudad como una de las mayores preocupaciones para los madrileños, lo que sitúa la gestión de las calles en el mayor reto que tiene por delante el Ayuntamiento. Junto a él, la contaminación. En los últimos meses el consistorio ha activado en tres ocasiones las restricciones al tráfico por un episodio de contaminación por dióxido de nitrógeno, obligando a rebajar la velocidad máxima en la M-30 y vías de accesos en ambos sentidos de 90 a 70 kilómetros por hora.

La última vez sucedió el 24 de diciembre, en plena Nochebuena. Aunque el Ayuntamiento todavía no ha llegado a aplicar el ‘Escenario tres’ del protocolo, que restringe el tráfico de vehículos en función del número par o impar de las matrículas, podría llegar a hacerlo si no se consiguen reducir los niveles de contaminación a través de un modelo de ciudad que incluya nuevas medidas.

Hojarasca, basura acumulada, colillas, cajas de cartón, papeles… Un paseo por cualquier barrio madrileño -y muy especialmente el centro de la capital- es suficiente para comprender que la limpieza sigue siendo el mayor problema de la capital... y también el mayor reto político. El Ayuntamiento de Ahora Madrid lleva meses practicando limpiezas intensivas en los distintos distritos y planes de choque con barridos manuales y mecánicos, baldíos mixtos, vaciado de papeleras y un sinfín de medidas que, sin embargo, no parecen bastar para limpiar la ciudad según los vecinos y los representantes políticos de la oposición.

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